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Ciencias sociales y humanidades, factores clave en la educación superior
Para tener ciudadanos con una capacidad de reflexión crítica, las humanidades son escenciales, asegura el el Dr. Juan Carlos Domínguez, director de Investigación en el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.

En un entorno en que las ciencias sociales y las humanidades parecen quedar rebasadas por las ciencias económicas a nivel educación superior por los problemas sociales y económicos a nivel global, el Dr. Juan Carlos Domínguez, director de Investigación en el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, comentó que aunque hay voces que “claman” que algunas humanidades y algunas ciencias sociales podrían ir perdiendo terreno frente a cambios inminentes a nivel global, yo estaría en profundo desacuerdo con esa postura, me parece que en estos momentos de cambio estructural-social, las humanidades y ciencias sociales se vuelven muy importantes no sólo porque es importante saber quiénes somos, de dónde venimos y cuáles son nuestros escenarios futuros posibles de acuerdo con la propia historia que tenemos como sociedad, son importantes no sólo para generar una reflexión alrededor de lo que otras disciplinas están haciendo, sino que son importantes en sí mismas”.
El académico enfatiza que las humanidades se volverán sumamente relevantes como parte del enriquecimiento que todo individuo al margen de la preparación que se tenga para afrontar los retos del mercado de trabajo; es decir, no se trata sólo de tener una educación que sea pragmática, con fines prácticos utilitarios, pues aunque es importante, también está la formación en general que necesitamos como individuos y como ciudadanos. “si queremos que este país tenga ciudadanos con una capacidad de reflexión critica ahí es donde las humanidades y ciencias sociales van a jugar un papel sumamente importante”.
Pilares de la educación
Desde el punto de vista del Dr. Domínguez, es muy importante considerar que la educación superior en el país requiere de tres pilares principales: el primero es la educación a nivel universitario, entendiendo la universidad no sólo como un centro para expedir títulos, sino también como un centro de vinculación con la sociedad en general; es decir, pensando en la universidad como una figura de formación humanista”.
El segundo pilar que considera el investigador se refiere a la educación superior más especializada, que en el caso de México se encuentra a cargo de centros de investigación, muchos de ellos son los 27 centros públicos Conacyt que existen actualmente, donde se busca la formación de recursos humanos especializados en distintas áreas.
“El tercero tiene que ver con la educación dual, esa educación profesionalizante que se hace muchas veces en conjunto con empresas con la finalidad de brindar una formación de recursos humanos en un sentido más práctico en la dirección de formar técnicos y especialistas que no necesariamente adquieren una carrera universitaria, pero entran con otras calificaciones al mercado de trabajo”, agregó el Dr. Domínguez.
El directivo hace un énfasis en la necesidad de hacer una diferencia en los tres pilares anteriores, pero no excluirlos entre si, “el próximo gobierno tiene una apuesta por una educación superior generalizada con un mayor número de universidades, ampliando la matrícula, eso de alguna manera es una parte válida, pero es sólo una parte de la estrategia, no hay que perder de vista los otros dos pilares, porque nuestro país, que sobre todo está teniendo profundas transformaciones sociales, económicas y políticas, requiere seguir con estos tres pilares”.
Retos
Finalmente, el académico indicó que como Instituto, cuentan con cuatro maestrías, dos doctorados y una licenciatura enfocadas en las ciencias sociales y humanidades, lo que da un panorama sobre las áreas de trabajo en que se enfocan; por tanto, uno de sus retos tiene que ver con la formación de recursos humanos en historia especializados que estén preparados para llevar a cabo investigaciones, pero también para llevar a acabo otras actividades.
“El reto es enfrentar los cambios sociales, ofreciendo la oportunidad de que esto suceda con una cara más humana, tomando en cuenta nuestra historia, tomando en cuenta quiénes somos y que la política pública no responda solamente a cuestiones pragmáticas utilitarias de coyuntura sino que se haga con una reflexión de más largo plazo”, concluyó.