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Cómo abordar la crisis en situaciones de desastre
Según expertos, existen cuatro etapas y cada una se debe afrontarse de distinta forma.
La intervención de crisis será una de las principales herramientas con las que contará la población para salir adelante después del sismo del pasado 19 de septiembre.
El abordaje de la crisis es un evento descrito para la situación de las guerras, pero en gran parte de las circunstancias aparecen los mismos síntomas , dijo en entrevista con El Economista el doctor José Mendoza, coordinador de investigación de la Facultad de Medicina del departamento de Psiquiatría de la UNAM.
Existen cuatro etapas y todas se abordan de distinta manera:
Anticipación: Cuando tenemos la oportunidad de planear, por ejemplo, cuando se presenta un huracán o tsunami. Aquí se dan todos los factores de protección para que no haya un impacto psicológico fuerte, proveer de información y generar materiales de confianza, para que la gente sepa qué hacer.
Fase crítica: Es la etapa que se vive luego de que se cumplen las primeras 72 horas después de la situación de riesgo. Lo que hay que impedir, puntualizó el doctor, es que la situación de estrés agudo impida el funcionamiento correcto o favorezca el riesgo de una crisis de angustia que incluso podría poner en peligro a más personas. Se debe evitar que la posición defensiva del paciente reduzca nuestras posibilidades de intervención para su mejoría.
Periodo poscrítico: Esta etapa comienza aproximadamente después de un mes y hasta los seis meses. Después de la adrenalina y el efecto que nos dan las hormonas para enfrentarnos al estrés, el cuerpo empieza a percibir ciertas situaciones y favorece la aparición de otras enfermedades.
Mendoza dijo que es posible evaluar a las poblaciones con más riesgo. Por ejemplo, personas que ya pasaron por circunstancias similares tienen más probabilidad de desarrollar complicaciones. También las personas que han sufrido abuso, enfermedades mentales previas o con tratamiento psiquiátrico.
El especialista explicó que la complicación crónica es el trastorno por estrés postraumático. Este implica la rememoración del hecho de forma continua, tristeza y ansiedad constantes.
Si después de un mes, todavía no se puede subir a los elevadores, si cualquier movimiento lo asocia con un temblor, si tiene ansiedad o angustia y hasta signos de depresión, esto ya requiere un tratamiento psiquiátrico establecido .
Normalización: Es la etapa en la que vemos cómo vamos a volver todos a nuestras actividades normales y si requerimos ayuda para lograrlo.
Mendoza concluyó que los efectos de los desastres sobre la salud mental han evolucionado. ?A diferencia del temblor de 1985, donde no se entendía qué implicaba la salud mental, hoy sabemos que la gente que vivió aquel suceso tuvo consecuencias importantes que impactaron no sólo en su salud mental, sino también en la física.
Si atendemos estas etapas, podríamos disminuir la incidencia de enfermedades crónicas, como ansiedad, depresión o trastorno por estrés postraumático .
Esto tiene mucha importancia porque estas variabilidades de la frecuencia cardiaca asociadas a esto pueden favorecer la aparición de síntomas metabólicos, como la hipertensión arterial y algunas otras enfermedades crónicas incluso .
La automedicación
Luego de experimentar una situación crítica, algunas personas pueden decidir tomar medicamentos para afrontar la ansiedad, miedo o falta de sueño. Esto puede desencadenar consecuencias a largo plazo en su salud mental.
En el caso de los remedios naturistas, como pasiflora o similares, probablemente el medicamento no les cause algo malo, pero no previene el estrés postraumático. Esta condición eventualmente puede aparecer a pesar de que se tomen estas sustancias , explica el Dr. Mendoza.
Las benzodiazepinas como rivotril o clonazepam están indicadas exclusivamente para crisis de angustia, pánico o insomnio grave. Si se toman de manera no controlada, pueden incluso favorecer la aparición del trastorno de estrés postraumático , aseguró.
Lo que más se ha utilizado para la prevención son medicamentos como propranolol, inhibidores de la recaptura de serotonina y algunos opioides, que pueden ayudar un poco a prevenir que se establezca el trastorno .
Sin embargo, el doctor hace especial hincapié en la importancia de la revisión de cada caso por parte de profesionales de la salud.