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Conacyt podría ofrecer, al menos, una disculpa pública: José Franco
“No sólo querían destruir nuestra reputación sino también nuestras vidas, poniéndonos en una cárcel de seguridad, con mentiras amplificadas”, dice el astrofísico acusado por la Fiscalía de delincuencia organizada y lavado de dinero, y finalmente exonerado tras 16 meses de proceso penal.
El pasado 13 de enero el juez federal Gregorio Salazar Hernández, resolvió dictar el sobreseimiento del proceso penal en favor de cinco de los 31 científicos investigados por la Fiscalía General de la República (FGR) por delincuencia organizada, lavado de dinero y delitos de corrupción. Uno de ellos es el astrofísico José Franco, quien después de 16 meses de proceso, al igual que sus colegas, recibió sentencia absolutoria.
Tras la resolución, el Ministerio Público ya no puede investigarlos y acusarlos por los mismos hechos, y menos aún el Poder Judicial llevar un proceso penal en su contra ni condenarlos.
El doctor José Franco fungió como coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico A.C. (FCCyT) en el periodo de 2014 a 2018, ejercicio por el cual fue señalado por el Conacyt e investigado por la FGR.
En conversación con El Economista narra: “Fue un proceso largo, que se tenía que llevar de manera individual, cada uno de nosotros tuvimos que contratar abogados y hemos estado tratando de cerrar la carpeta desde que nos enteramos”. Platica que cuando recibieron la carpeta en octubre de 2020, se dieron cuenta de que no existía dentro de ella ningún elemento que indicara que se podían levantar cargos en su contra, por lo que desde ese momento comenzó su defensa.
“No hubo manera de poner en duda la honorabilidad de las 31 personas señaladas y mucho menos que se actuó en forma coordinada como se plantea, tampoco que los recursos que se utilizaron fueron de procedencia ilícita”.
Estos señalamientos fueron para diversos investigadores, funcionarios y personal administrativo, que colaboraban tanto en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, como en el FCCyT.
El doctor Franco explica que el Foro Consultivo está definido en la Ley de Ciencia y Tecnología del 2002, misma que hasta hoy sigue vigente. Este espacio es una instancia de asesoría sobre ciencia, tecnología e innovación (CTI) para el gobierno federal y para el mismo Conacyt. “Es una instancia asesora autónoma, es decir, que no puede depender de ninguna manera de Conacyt con excepción de que en la misma Ley está establecido que para el funcionamiento del Foro, que el Consejo aportará los recursos necesarios para este funcionamiento”.
Asegura que la legislación es totalmente clara y no existe un solo elemento que indique que los recursos fueron de procedencia ilícita o que actuaron al margen de la Ley, “cada año que se recibió dinero se realizaron auditorías, mismas que venían por duplicado”.
Explica que primero una era realizada por el Foro Consultivo a través de una firma externa y la cual le presentaba a la mesa directiva los resultados de la parte técnica como financiera, y una vez que la mesa directiva estaba enterada del reporte técnico y financiero, la mesa directiva se encargaba de hacérselo llegar a Conacyt, el cual a su vez hacía llegar una auditoría técnica y financiera.
Otro elemento valioso de aclarar es que la misma Legislación interna de Conacyt especificaba que el Foro para recibir sus recursos debía tener la figura de Asociación Civil para recibir sus recursos. Esto fue así hasta 2020 cuando el Consejo cambió su legislación interna para quitar el artículo donde se establecía este hecho.
De acuerdo con el investigador hoy libre de señalamientos, todo el planteamiento que hizo Conacyt --porque de ahí procedió la denuncia--, está basado en “supuestos que se vuelven mentiras. Desafortunadamente estas mentiras fueron amplificadas por la fiscalía y fueron llevadas a un punto donde se solicitó el encierro. Esto indica que no sólo querían destruir nuestra reputación sino también nuestras vidas, poniéndonos en una cárcel de seguridad”.
El proceso para los restantes del grupo de señalados continúa, pero Franco está convencido de que esto se podrá aclarar para todos. “No somos los primeros, antes hubo tres de los investigadores que recibieron una exoneración y una más con una exoneración parcial. Esto definitivamente es un elemento claro para todos los demás señalados, porque podrán seguir sus litigios de la misma forma que lo hemos hecho nosotros”.
Los costos de la persecución
Dijo que los costos, no sólo de esta persecución, sino de todos los agravios sufridos hacia el gremio, son muy altos y negativos para el país. De manera personal el doctor Franco comparte que "el costo anímico", tanto para él, su familia, amigos y compañeros de trabajo, "fue muy alto y lastimoso". “Porque todo esto fue hecho con dolo para destruir no solamente el prestigio de cada una de las personas sino destruir la vida misma”. Recordó que el prestigio de un académico es el elemento más valioso que tiene y que se ponga en tela de juicio el mismo es poner en duda todo el trabajo recorrido.
Afortunadamente, dijo, en este momento queda claro para toda la sociedad que el planteamiento de Conacyt ha sido fincado con mentiras y en una forma dolosa. “Y si examinamos el impacto que ha tenido la acción de Conacyt sobre el sistema de CTI, es negativo, donde lo único que han hecho es destruir la poca infraestructura que existía, la dirección se ha apoderado en forma de ´piratas´, por ejemplo, de los Centros de Investigación de Conacyt”.
Concluye que "lo que al menos podría hacer Conacyt es ofrecer una disculpa pública, aunque falta ver su reacción"; sin embargo, está satisfecho pues además asegura que los 31 investigadores están muy agradecidos por el apoyo tan solidario y unánime por parte de la comunidad académica, dentro y fuera del país, “esto nos ha fortalecido y nos ha mantenido firmes”.