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Arte e Ideas

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Conmemoración inédita del 68 en el complejo Los Pinos

En la ex residencia presidencial se conmemoró el movimiento estudiantil con teatro, música, arte gráfico y conversatorios.

Fue una ocasión inédita. Este miércoles 2 de octubre, el Complejo Cultural Los Pinos fue sede de una serie de actividades para conmemorar el 51 aniversario del Movimiento Estudiantil de 1968, con un programa que en otros sexenios hubiera sido imposible.

Las actividades comenzaron desde los primeros minutos de apertura del complejo. En el salón Adolfo López Mateos, donde los mandatarios ofrecían las conferencias de prensa arropados por meticulosas medidas de seguridad, el público era cuantioso, también lo eran los elementos de seguridad que flanqueaban el escenario.

Se acababa de presentar la obra de teatro Tlamaquitiliztli: no morirá la palabra, no encerrarán nuestra voz, de las compañías Artes Escénicas RENO y Arte sin Frontera, ambas integradas por 10 presos del Reclusorio Norte. El bullicioso público estaba integrado en su mayoría por las familias de los reclusos. Los cuerpos de seguridad, con miradas escrutadoras, mantenían un cerco de seguridad.

Sobre el escenario estaba la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, aplaudiendo a los responsables de la puesta en escena. “Hoy estamos viviendo una revolución cultural y todos ustedes son parte de este movimiento extraordinario de cultura en el que nadie puede quedar atrás, independientemente de la condición en la que se encuentre. Gracias a ustedes que decidieron tomar el arte como una herramienta de libertad”, declaró la funcionaria.

Pidió a las autoridades del Reclusorio Norte y del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México que permitieran a los actores acompañarla en el recorrido por la exposición El espíritu del 68, que tendría lugar en la sala Miguel de la Madrid, la cual en sexenios anteriores fungía como sede para las reuniones del gabinete federal.

Iconografía del 68

Curada por el cartonista Rafael Barajas, El Fisgón, e integrada por más de 400 piezas, entre dibujos, fotografías y carteles de la Colección Carlos Monsiváis, la exposición El espíritu del 68 se inauguró al mediodía. Evoca el contexto sociopolítico en México y el mundo antes, después del 68 y, con él, la trágica masacre en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.

La apertura fue encabezada por la funcionaria junto con Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de Comunicación Social y vocero del gobierno de la República; Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y Homero Fernández Pedroza, director de Los Pinos.

Ahí Frausto declaró que conmemorar el 2 de octubre al interior del complejo, ahora integrado al Bosque de Chapultepec, es parte de una revolución pacífica a través de la cultura. “Este 2 de octubre tampoco se olvidará. Lo digo con toda humildad porque no se puede comparar un momento que lastimó nuestra historia tan profundamente con un momento que está resarciendo heridas de décadas, de muchos años en los que dominaban la injusticia y el autoritarismo. Nunca más esas historias deberán suceder en este país”, agregó.

Por su parte, Ramírez Cuevas declaró que el suceso histórico “ha sido uno de los movimientos culturales, políticos y sociales que han alimentado la lucha por la democracia en este país”, y reiteró un compromiso: “El actual gobierno de México cumple su palabra de no dejar en el olvido los crímenes de Estado que traen a la memoria a todos los mexicanos que han luchado por tener un país mejor, de libertades y de justicia”.

Taibo II, sobre los días de huelga

El helipuerto del complejo también fue espacio para las expresiones conmemorativas del 2 de octubre. Ahí, después de la presentación del cantautor Óscar Chávez, quien ofreció a un numeroso público varias de sus emblemáticas canciones, el escritor y director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, inició la conversación titulada Fueron 123 días de lucha, no un día de muerte. Fue tajante en su discurso.

“Desde aquí se mandó a matar a nuestra generación, que no se nos olvide. Desde aquí se dieron las órdenes de represión, asesinato, persecución, durante 50 años, para los mexicanos que disentíamos con la manera en la que se gobernaba este país. Entonces, esta recuperación de Los Pinos, este venir a contar historias, tiene una carga simbólica enorme”, enunció.

La generación del 68, dijo, “ganó la guerra por acabar con un gobierno dictatorial y espurio”.

Evocó sus memorias como estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México y como integrante de la brigada Che Guevara, que tomó parte del movimiento disidente. Dijo que es un error reducir la conmemoración de la memoria del Movimiento Estudiantil de 1968 únicamente al 2 de octubre, porque, explicó, la memoria del 68 debe basarse en los 123 días que duró la huelga general.

“Estos 123 días de huelga animaron un proceso lento de transformación que no ha terminado. Ganamos una batalla de 50 años pero no hemos ganado la guerra. En este país sigue la injusticia, el abuso del poder, la mentira, el doble lenguaje”, señaló y, finalmente, remató que “como funcionario del gobierno sigo siendo uno de los muchachos del 68”.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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