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Covid-19 está dando tregua, pero virus y bacterias siempre habrá
¿Qué lecciones hemos aprendido tras la pandemia? “Los microrganismos quieren vivir, por ello se van a estar transmitiendo toda la vida, la manera de evitarlos es con medidas higiénicas, vacunas y evitando el uso indiscriminado de antibióticos. Incluso las bacterias multidrogorresistentes se asocian a más muertes que el propio Covid-19”, explica la infectóloga y epidemióloga Daniela de la Rosa Zamboni.
“Después del Covid-19 todos debemos ya haber sentido, vivido y aprendido lo importante que es la prevención de infecciones y lo que podemos hacer para evitarlas”. La doctora Daniela de la Rosa Zamboni es internista, infectóloga, vicepresidenta de la Asociación Mexicana para el Estudio de las infecciones Nosocomiales (AMEIN) y subdirectora de atención integral al paciente, además de maestra en epidemiología por la London School of Hygiene and Tropical Medicine, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Desde su experiencia, la especialista en control de infecciones compartió con El Economista las lecciones que debemos haber entendido después de haber vivido una de las peores pandemias en los últimos tiempos.
“Hace muchos siglos se hablaba de que la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma, de igual manera pasa con los organismos que son los causantes de las infecciones, no se crean de pronto, sólo pasan de un lado a otro y para evitar que eso pase hay lecciones aprendidas”.
Explica que las infecciones no se generan de la nada, “alguien se la pasó a alguien más”, esta es la situación más común, o en situaciones muy escasas se da cuando una persona tiene las defensas muy bajas y él mismo suelta una infección que tenía adentro. En este contexto, la antítesis de infección es la higiene, ya sea de manos, del sitio, o del aire, este es el factor enemigo número uno de virus, bacterias y hongos.
De la Rosa Zamboni explica que en la epidemia de covid, de alguna manera vivimos muy claramente este fenómeno de transmisión. Alguien que no se cuidó contrajo el virus y posteriormente contagió a alguien. “Estos conocimientos deben quedar con nosotros de por vida, de entrada porque el coronavirus dejó claro que no es un virus aislado sino que seguiremos conviviendo mientras la humanidad exista con más de ellos”.
Se encuentran en todos lados, pero los más comunes, hablando de centros de atención sanitaria, por ser los más graves y con mayor frecuencia, ya que son infecciones directas a la sangre o pulmones son: neumonía, bacteriemia (estas dos causan un riesgo de fallecer entre 2 y hasta 5 veces más que un paciente que no la tiene), infección de vías urinarias asociadas a sondas, además de infecciones de sitio quirúrgico.
Otra lección de la pandemia es entender cómo se transmiten los microorganismos. Estos entran por mucosas o heridas, por el contrario, la piel ha demostrado ser un órgano de defensa muy bueno, pero si agarramos algo muy sucio y luego tocamos alguna de estas ventanas, provocamos un contagio.
Hoy también sabemos que la definición de infección implica enfermedad, es decir, que ya llegó un microrganismo a su toxina y que se replicó en una persona causando signos y síntomas, “eso no quiere decir que no convivamos ya con bacterias y virus y que no nos causen nada, de hecho, hay más bacterias en el cuerpo humano que seres humanos en el mundo, muchos nos ayudan, otros sólo viven ahí y cuando se reproducen de manera en que el organismo tiene que atacarlas, es una infección”.
Esto, aunque no es algo que queramos, ha existido toda la vida, pero cada vez la humanidad tiene menos infecciones, hasta ahora por covid hay alrededor de 6.5 millones de muertes, pero en la influenza española sucedieron alrededor de 80 millones de muertes, según las estimaciones, pues en aquel momento los sistemas de monitoreo tampoco eran muy sofisticados. Sin duda la respuesta está en la higiene.
¿Qué hacer para evitarlo?
La especialista comparte que los hospitales en el mundo han hecho mucho por evitar las infecciones adquiridas en el hospital, pero aun así siguen sucediendo, por ello es importante que como ciudadanos también nos hagamos cargo de la propia prevención, en lugares como estos, en el hogar, trabajo y espacios comunes.
“Hoy sabemos que la higiene de manos es la medida por excelencia para evitar infecciones”, con evidencia 1A, es decir, que cuenta con la más alta evidencia científica, porque tiene muchos artículos bien hechos y no sesgados para comprobar de manera definitiva que evita infecciones. “Esta es una medida básica en casa pero también como pacientes al ingresar a un centro de salud”.
También, desde el punto de vista de la infectóloga/epidemióloga, deben existir programas estructurados y educativos con retroalimentación, recordatorios, evaluación de la higiene, además de continuar con limpieza de superficies, reuniones breves, desinfectando, uso de gel y cubrebocas, sobre todo en espacios cerrados como los hospitales, y por supuesto, las vacunas. “La mayoría de los epidemiólogos hospitalarios opinamos que el uso de cubrebocas en sitios de hospital es algo que debe continuar y que si entramos a cualquier lugar deberíamos cubrir dos de tres acciones al menos”.
Estos son pasos que deben continuar, pero hay otros que se deben ir mejorando, como el optar por tener “aire limpio”, sobre todo en hospitales, es decir, aire que corra en lugar del aire acondicionado, “esto no es tarea fácil ni barata, pero poco a poco podemos ir optando por tecnologías de desinfección de aire”, por ejemplo, luz ultravioleta, recicladores de aire con filtros, desinfección de aire con peróxido de hidrógeno, para que poco a poco, en sitios de larga estancia, o donde se encuentran personas con defensas bajas, se logre aire más limpio.
Sobre las acciones en casa la especialista opina que uno es quien decide el riesgo, pues es muy difícil que las 24 horas estemos con cubrebocas en el interior y compartiendo con la familia. “La idea sería cuidarnos en todos los demás lugares para que en la casa estemos sin cubrebocas, importante el lavado de manos al llegar a casa y ser muy consciente de que si estuvimos en reuniones muy grandes o en contacto con mucha gente, este peligro lo podríamos llevar al hogar”.