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Crece expectativa ante avistamiento del eclipse anular
El físico José Franco, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, explica por qué se producen los eclipses y qué significado han tenido a lo largo de la historia.
Los eclipses son los espectáculos más bellos que hay en la naturaleza, es una experiencia que vale la pena que todos disfrutemos. Los jóvenes que nacieron después de 1991 no han tenido la oportunidad de ver un eclipse total de Sol, por ello considero que para las nuevas generaciones es muy importante estar presenciándolo de alguna manera”.
Para el doctor en física José Franco, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, será un momento emocionante y a pesar de todo lo que él ha podido ver por su labor, este sigue siendo un espectáculo único y para todos.
A manera de preámbulo sobre lo que veremos este sábado 14 de octubre a partir de las 9:30 de la mañana, el especialista explica que los eclipses se producen cuando un astro se interpone a otro astro. Necesitamos la alineación entre el Sol, la Luna y la Tierra. “En los eclipses de Sol, como el que viviremos en breve, lo que tenemos es que la Luna se interpone y tapa el disco solar. Cuando lo tapa completamente tenemos un eclipse solar y cuando la Luna está en su punto más lejano, el diámetro aparente de la luna, visto desde la Tierra, es menor, y en esos casos el disco lunar es menor al disco solar, por eso no lo alcanza a tapar completamente y queda un anillo luminoso, llamado anillo de fuego”. Este último es el fenómeno que estaremos presenciando.
Los eclipses en el pasado
La sensación de vivir un eclipse es bastante llamativa, porque, por un lado, baja la temperatura, se oscurece y tenemos una noche durante el día; esto hace que no solamente animales trastornen sus hábitos y estemos sorprendidos y consternados, como las aves que regresan a sus nidos, también los seres humanos lo vivimos de una forma intensa.
Incluso los eclipses se han relacionado con supersticiones o malos augurios. El hecho de que la Luna tape al Sol, generó bastante incertidumbre en el pasado. “Las personas que observaban un eclipse no sabían si el Sol volvería a brillar o no y tanto el Sol como la Luna han sido considerados deidades por todas las culturas. Tener a estos dioses juntos en un momento, se consideraba como un augurio que por lo general se pensaba como una tragedia o algo negativo”.
“Desafortunadamente el miedo que generaba dio pie a muchos mitos que se arraigaron en las culturas y que algunos de ellos persisten en la actualidad. Los rituales asociados se siguen llevando a cabo, pero en el entendido de que no hay afectaciones en los humanos; además, debemos verlos con respeto, porque son herencias culturales y como tal deben ser respetadas”.
Franco concluye que aunque los eclispse son relativamente frecuentes –”puede haber hasta tres de Sol y tres de Luna” durante el año–, no siempre podemos verlos, ya que ocurren en zonas muy restringidas del planeta. Por eso reitera que es un espectáculo digno de disfrutar, teniendo cuidado de proterger la vista, pues hoy conocemos las formas seguras de disfrutarlo, sin miedos y con toda la emoción.