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Arte e Ideas

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Cuando los niños ?se rebelan

A 100 años de su nacimiento, el autor Roald Dahl, famoso por Charlie y la fábrica de chocolate, continúa divirtiendo a chicos y grandes por igual.

Cuentan que a los siete años, Roald Dahl fue internado en un colegio británico, donde padeció el rígido sistema educativo que posteriormente se vería reflejado en algunas de sus historias: El coraje que estas cosas le causaban, que los adultos abusaran de los niños, que se pusieran antes que ellos ... es por eso que reivindica a los niños en sus historias , nos comenta Pilar Armida, gerente editorial del sello infantil y juvenil loqueleo de Santillana.

El creador de Charlie y la fábrica de chocolate y El gigante bonachón nació en Gales en 1916, en una familia acomodada de origen sueco. Cuando terminó el bachillerato, entró a trabajar a una compañía multinacional petrolífera en África, continente donde le tocó vivir la Segunda Guerra Mundial.

Ante el conflicto, no se quedó de brazos cruzados: se hizo piloto de aviación en la Royal Air Force. Desgraciadamente fue derribado en combate y pasó seis meses hospitalizado. Luego, regresó a Londres,?donde comenzó a escribir sus aventuras de guerra. Posteriormente, las historias que contaba a sus hijos influyeron en su trabajo.

La primera historia infantil que escribió fue Los gremlins (1943), donde criaturas mitológicas se dedican a sabotear los aviones de la Royal Air Force. En un principio, la historia se pensó para que fuera una película de propaganda por Disney, pero nunca llegó a hacerse.

Me apasiona su sentido del humor. Me parece que sabe encontrar el detalle perfecto para hacer reír tanto a niños como a adultos. Recurre a la exageración, a la rebelión, a las situaciones absurdas y chuscas , comenta Pilar sobre la fascinación que tiene por Dahl.

Ha pasado mucho tiempo desde aquellas épocas de educación represora. Sin embargo, Pilar opina que los cuentos de Dahl son aún vigentes: El niño siempre va a estar en desventaja frente al adulto. Infancia significaba incapacidad de hablar, desde ahí el niño es el que no puede decir las cosas, debe depender del adulto para su supervivencia. Así como hay extremos, adultos que no son buenos padres porque tratan mal a los niños, hay extremos de educarlos de cierta manera que no se les exige nada .

Al final, el que es perjudicado es el niño. En las historias de Roald Dahl todo depende de lo que los niños hagan, el que resuelve el problema es el niño. En la vida real, no; los papás dicen: no salimos hoy, y efectivamente no salimos .

Si bien en las historias existe ese halo de rebeldía infantil, es importante observar que los niños mal portados sí son castigados: Lo que fascina es la construcción de los personajes y el hilo de la historia, pero no me iría por los mensajes y la moraleja, sino por cuánto disfruté la historia y cuántas veces los puedo volver a leer .

Él tenía muy claro que había un sentido del deber. Los niños que veían la televisión y que mentían son niños que de alguna manera están a favor de los adultos y reproducen sus costumbres. Hay una línea muy fina de cuando se es mal y bien portado. Hay una rebelión constante donde se reivindica a los niños buenos. Y así como hay niños mal portados, hay adultos que son buenos.

Lo único que uno debe hacer en los libros y en el cine es dejarse llevar por las historias, no por la búsqueda de valores. No es que los libros de Dahl no tengan una lógica interna de cuál es el bien y cuál es el mal, pero los mejores libros son los que conquistan por la historia. Los niños que son maleducados no se van a reconocer en la historia, pero la van a disfrutar .

El sello editorial loqueleo de Santillana ha publicado un total de 18 título de Roald Dahl, incluyendo sus dos libros autobiográficos.

@faustoponce

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