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¿Cuánta ciencia hay detrás de un producto para la salud de consumo libre?

Todos estos productos de consumo dedicados a la salud se pueden comprar sin receta médica, son de venta libre, pero eso no elimina la gran cantidad de ciencia y tecnología que hay detrás de ellos, pues en muchos casos es realizada por las mismas farmacéuticas que realizan investigación y generan medicamentos para las enfermedades más complejas que podamos imaginar.

Foto EE: Nelly Toche

Foto EE: Nelly Toche

La mayoría de los mexicanos hemos utilizado productos de consumo dedicados a la salud, estos los ubicamos desde pequeños y permanecen en nuestros botiquines para toda la vida. En todos los hogares existe cierto stock que incluye analgésicos, para malestares digestivos, como dolor de panza, antiácidos, hepatoprotectores; para combatir cuadros gripales, como tos y resfrío; o antialérgicos, jabones especiales, vitaminas, en general, remedios que suelen comprarse por corresponder a malestares menores y conocidos por el usuario, de causas fácilmente identificables y que afectan situaciones de la vida cotidiana. 

Todos ellos se pueden comprar sin receta médica, son de venta libre, pero eso no elimina la gran cantidad de ciencia y tecnología que hay detrás de ellos, pues en muchos casos es realizada por las mismas farmacéuticas que realizan investigación y generan medicamentos para las enfermedades más complejas que podamos imaginar. Podríamos pensar que ese estatus nos permite tomar decisiones sobre ellos  y que son sustituibles, pero han pasado por un proceso tan estricto que merecen ser tomados con conciencia y respetados en sus indicaciones para que logren su cometido.  

¿Cuánta ciencia hay detrás de un producto de consumo libre? Los especialistas de la empresa farmacéutica Sanofi nos abrieron las puertas para conocer a detalle de sus procesos y la gran cantidad de tecnología involucrada en un producto que logra llegar al público en 20 días aproximadamente desde su elaboración hasta su entrega en el centro de distribución y unos 7 días más para llegar hasta el último rincón del país.  

En el municipio de Ocoyoacac, Estado de México, se encuentra ubicada la planta de manufactura de Sanofi Consumo, un sitio de producción para el mercado mexicano con 100,000 m2 de superficie, dentro del cual se manufactura un 40% de la producción de Sanofi a nivel internacional y solo un 5% de exporta; es decir, 100 millones de empaques sólidos y líquidos para el mercado local y 20 millones para otros mercados de la farmacéutica. 

Foto EE: Archivo

Foto EE: Archivo

Alfonso Martínez, director de la planta de Sanofi Consumo Ocoyoacac, explica que en ese lapso de tiempo ocurren muchas cosas, que cada vez integran más y más tecnología en todos los ámbitos, desde los empaques, el flujo de manufactura de lotes, la digitalización, líneas de llenado, cuartos de fabricación, bodegas reguladas por temperatura, automatización de procesos, la seguridad y en general en todas las etapas hay avances significativos para que los productos tengan los más altos estándares de calidad.    

Los especialistas en producción aseguran que en realidad en las plantas no existe una distinción en cuanto a productos de consumo y de receta. Lo único que cambia es la naturaleza de la molécula, unos necesitan un control más específico que otros. “Todo lo que se manufactura sigue completamente los estándares de buenas prácticas; lineamientos gubernamentales, los mismos lineamientos de la empresa farmacéutica, y todos traen la ciencia y la investigación que traería cualquier medicamento”, explica Martínez.  

En realidad lo que le da la característica de libre venta es la regulación, clasificación y permiso que le da cada país, mismo que a través de sus autoridades se encargan de revisar minuciosamente las  peculiaridades de cada producto, su seguridad y eficacia de acuerdo con el reglamento de salud. En México quien se encarga de este análisis es la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris

Sanofi por ejemplo, como productos CHC (Consumer Healthcare) están regulados por la NOM 059 de Cofepris sobre buenas prácticas de fabricación de medicamentos.  Esta Norma establece los requisitos mínimos necesarios para el proceso de fabricación de los medicamentos para uso humano comercializados en el país o con fines de investigación. Es de observancia obligatoria para todos los establecimientos dedicados a la fabricación o importación de medicamentos, así como los laboratorios de control de calidad, almacenes de acondicionamiento, depósito y distribución de medicamentos y materias primas. 

El ejemplo de los empaques

Como ya se mencionó, la ciencia y tecnología en este tipo de productos está en todos los niveles, al caminar por los pasillos de la planta, uno se puede dar cuenta que incluso en los empaques ya hay un trabajo de investigación importante.   

Los especialistas explican que todos los empaques deben ser capaces de mantener las características del producto por el tiempo que se tiene en el mercado. “Si este indica que su tiempo de vida es de 24 meses, se busca con estudios desarrollar un empaque que proteja la calidad del producto, sin ninguna alteración o cambio”. 

Esto también es una obligación de la farmacéutica, que el tiempo que el producto está fuera, se mantenga. Por ello existen muchos diferentes empaques que tienen que ver con el producto y sus características como la temperatura, por ejemplo se usan frascos, tubos, Blister, Pote, ampolla, aerosol, entre otros. Además de diversos materiales como aluminio, vidrio, plástico, papel,  Blisters de PVC,  PVDC, ALU ALU, entre muchos otros. Ahora también específicamente Sanofi busca la sustentabilidad en los empaques y hablan de lograr estuches reciclables en un 82% para todos los productos y el certificado de Industria Limpia.  

Manuel Mustieles, Head of supply chain en Sanofi CHC, concluye que estos productos de autoconsumo que genera también la farma, lo que promueve es el autocuidado. Por ejemplo para evitar enfermar de una gripe, tomamos vitaminas, para evitar un dolor estomacal tomamos antiácidos, para evitar alguna infección vaginal, usamos productos de higiene para la mujer, son problemas que aunque recurrentes, deben ser tratados adecuadamente, por ello la última recomendación, es que siempre leamos las instrucciones, que nos tomemos un minuto, pues esto nos permite conocer de manera adecuada la forma de utilizar el producto y así lograr su uso de forma responsable y segura.

nelly.toche@eleconomista.mx

kg

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