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Arte e Ideas

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Cuatro Ciénegas, la evidencia viva del reloj de la vida

Un grupo de expertos se ha dedicado a develar los misterios de este lugar y ahora busca generar conciencia sobre su situación y su importancia.

Cuatro Ciénegas era una ventila hidrotermal en el Pacífico hace 220 millones de años, hoy pareciera un espacio desierto, pero en él se encuentra la evidencia más antigua de que tenemos vida en este planeta a través de uno de los oasis más peculiares del mundo.

¿Cómo podría ser posible esto en el lugar con menos fósforo de la Tierra? ¿Cuántas bacterias puede haber ahí, si el fósforo es la fuente de energía y lo que construye el ADN?. Debe haber muy pocas cosas que vivan en estos ojos azules y transparentes , pensaban los científicos encabezados por la doctora Valeria Souza, que por curiosidad y encomienda de un profesor ha dedicado su carrera a develar los misterios de lo que hoy se considera el reloj de la vida .

Miles de millones de años de evolución se esconden aquí. Cuatro Ciénegas es una anormalidad. (...) Este lugar es una mariposa blanca en mitad de la nada y se conservó así a pesar de ser el lugar más pobre de dos elementos esenciales: el fósforo y el hierro , explicaba Souza en su conferencia El mundo perdido que sobrevivió .

Este lugar no sólo es el más diverso en bacterias, también lo es de estromatolitos, los cuales son la evidencia más antigua de vida en el planeta y fueron dueños de éste por más de 3,000 millones de años sin que nada les estorbara, luego llegaron los primeros herbívoros y se los comieron .

Cuatro Ciénegas es el único lugar en el mundo donde estos seres no sólo sobreviven, sino que coexisten con peces, tortugas, libélulas, 400 tipos de arañas, entre otras especies. Literalmente aquí se tiene la evidencia de cómo se armó el reloj de la vida y los elementos que nos conforman como seres , dijo la investigadora, y explicó que hay un pedazo de grafito, que es con lo que escribimos en un lápiz, encerrado en un diamante de circonio en una piedra de Sudáfrica de hace 4,100 millones de años; esta es la primera evidencia de vida en el planeta y aquí se tiene vivo ese mismo metabolismo.

También se tiene a todas las bacterias del azufre, porque este elemento es la rueda central del reloj de la vida, tiene muchas cualidades químicas diferentes que lo hacen mover la energía de diferentes maneras y alrededor de éste se junta el carbono que hace la azúcar y el nitrógeno que hacen las proteínas, el hierro que está en el centro de todo, el nitrógeno y el oxígeno, entonces así se arma el reloj de la vida capa por capa .

Expuso que aquí todos los elementos están en armonía y funcionan juntos; estas criaturas verdes que convirtieron el planeta en azul, las tenemos aquí y sobrevivieron justo a eso, a que el planeta se volvió azul y a cinco grandes extinciones; sin embargo, no están sobreviviendo a la sexta extinción, que somos nosotros .

Pero, ¿cómo se supo todo esto? A través de la genética, los investigadores secuenciaron la comunidad completa de esos estromatolitos y tapetes microbianos de colores para hacer metagenómica creando un mapa metabólico del planeta completo; Cuatro Ciénegas es capaz de tenerlo todo en milímetros, los 40 metagenomas que tenemos, esto se trata de una máquina del tiempo , detalló.

Las extinciones en Cuatro Ciénegas son raras y por eso sobrevivieron, porque, al tener el reloj completo y a la comunidad que las cobijan, pueden sobrevivir a todo, explicó Souza.

En conclusión, aquí se guardaron las condiciones de un mar antiguo, sin fósforo, rico en azufre y pobre en oxígeno, con evolución local, pues no hay sexo ni viajes, por lo que no se desperdigan los genes. Entonces, aquí no tenemos a los dinosaurios sino a los papás de los dinosaurios .

El potencial biotecnológico de Cuatro Ciénegas es enorme, se tiene a los ancestros de los patógenos, pero también guías metabólicas que incluyen miles de antibióticos nuevos, tenemos incluso una posible cura contra el cáncer, porque varias de las bacterias que se encuentran aquí se comen cualquier célula cancerosa sin hacernos nada a nosotros.

Aquí se pueden encontrar 1 millón de bacterias, las cuales no se habían descrito antes, éstas son las reinas de la diversidad, las más antiguas, las que hacen más tareas y las dueñas del reloj de la vida; incluso del grupo mejor conocido de bacterias, las Bacillus, que aguantan lo que sea, incluso puede ir a la luna y de regreso, aquí se encontraron 600 especies nuevas, debido a que la evolución aquí no para.

Cerca del desastre

La zona privilegiada de Cuatro Ciénegas podrían explicar lo que se va a perder en un futuro y entender nuestro pasado, pero está en peligro de desaparecer.

Conflictos locales han puesto en riesgo a estos humedales que albergan la historia de nuestro planeta, pequeños progresos como el cierre de la compuerta del canal de la becerra o la concientización en los niños han demostrado que hay esperanza y las bacterias tienen muchos trucos que no conocemos y pueden sobrevivir.

Por ello, se requiere de un esfuerzo extraordinario para juntar voluntades y realizar acciones concretas: comprar las tierras, los derechos del agua, transformar al turismo responsable, crear un museo de la historia de la vida y una estación de campo para educar y transformar conciencias.

El último esfuerzo ha estado a cargo del fotógrafo David Jaramillo, quien participó con un libro de concientización. Hoy lo sucede un documental con un gran escenario científico, una gran belleza biológica y con un hilo sociológico que también expresa la necesidad local y la desinformación que existe , explicó Jaramillo.

El arte es un puente que nos une y no separa ; la ecología en este proyecto va agarrada de la mano para poder producir un material y una propuesta sustentada científicamente pero que a partir de la manifestación artística y de la belleza de un ecosistema en peligro de extinción nos acerca a entender que debemos hacer algo desde muchos frentes, pero sobre todo a la gente que habita ahí, pues serán los que salven su propia tierra, endemismo y especies.

Queremos que el mundo sepa de Cuatro Ciénegas a través del documental, fueron más de 100 horas de grabación para lograr un material en el que pretendemos generar conciencia, no sólo cuestionar y evidenciar la situación en nuestro país con el tema agrícola, sino también mostrar las soluciones y que no todo está perdido, porque se está trabajando con todos los involucrados, dando muestras de cómo se puede salvar a un ecosistema, que es a través del arte, la educación a jóvenes y la formación científica , concluyó.

nelly.toche@eleconomista.mx

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