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Cuatro Ciénegas, la peor sequía en 10,000 años
En agosto del 2011 se perdió al menos un tercio de la laguna Los güeros, conocida también como laguna intermedia; el manantial está tan bajo que el río que sale de él está encharcado y sin flujo.
El sistema hidrológico del Churince, dentro del valle de Cuatro Ciénegas, en Coahuila, está enfermo de muerte y es un invaluable tesoro biológico-evolutivo.
Este año no sólo perdió los ríos y lagunitas que desembocaban a la ahora seca Laguna grande, sino que este agosto del 2011 por primera vez en 10,000 años se perdió al menos un tercio de la laguna Los güeros conocida también como laguna intermedia, el manantial está tan bajo que el río que sale de él está encharcado y sin flujo.
Para octubre las tortugas marcaban su último trayecto a la muerte con rasguños hacia un agua que ya no existe, los peces muertos forman un tapete macabro donde las pisadas de los pájaros oportunistas se confunden con el crecimiento verduzco de las bacterias que degradan los cadáveres que nadie ya pudo comer.
Menos evidente pero igualmente importante: se han perdido cientos de miles o millones de especies bacterianas endémicas del sitio que no se acabaron de describir antes de que murieran.
La investigación que el laboratorio de Evolución Molecular y Experimental del Instituto de Ecología de la UNAM ha desarrollado en los últimos años ha contribuido a demostrar que Cuatro Ciénegas es el sitio con el mayor número de endemismos microbianos del mundo. Los estudios revelan que sus microorganismos pueden tener la clave de nuestro pasado planetario ya que son los únicos sobrevivientes de todas las grandes extinciones. Sin embargo, la sobreexplotación de los manantiales y del agua fósil está ocasionando la desecación del sistema lagunar. Su valor es incalculable y depende de su integridad.
La extracción del agua para mantener los cultivos de alfalfa no sólo es una violación a los tratados nacionales e internacionales que protegen a la región, es atentar contra el patrimonio de los mexicanos. La falta de acción de las autoridades demuestra una vez más que la impunidad gana ante la injusticia.
En Cuatro Ciénegas, el agua lo es todo y su origen es diverso. Poca de la lluvia que cae en la zona se infiltra por las rocas en las sierras y tarda unos 60 años en regresar a la superficie. Mucha queda atrapada en las plantas del desierto y no llega a las lagunas. Además hay depósitos de agua profunda, cuyo origen es viejísimo. Parte de ésta se acumuló en los acuíferos al derretirse los glaciares hace más de 10,000 años y está almacenada entre las rocas y sube a las pozas debido a que la calienta una bolsa de lava que se encuentra bajo la Sierra de San Marcos. Cuando el agua caliente sube a la superficie disuelve el suelo del desierto formando hoyos como los cenotes de Yucatán. Desde hace más de 10 años los agricultores extraen con bombas eléctricas esta agua de la profundidad de los Valles Hundido y Ocampo y del propio Cuatro Ciénegas. El agua profunda de los acuíferos de Cuatro Ciénegas y valles adyacentes no se recicla, es un agua que al ser usada de manera irracional se pierde para siempre. Es por esta razón que es indispensable que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) decrete las vedas prometidas para Ocampo-Cuatro Ciénegas y haga que se respete la veda para el Hundido.
Sin duda, parte importante del valor de Cuatro Ciénegas está en su diversidad biológica y en la historia geológica y evolutiva que nos cuenta.
Es imposible calcular un monto en pesos por algo que se ha mantenido intacto por miles de millones de años. Pero el valor económico es aún más difícil de calcular cuando pensamos en el potencial biotecnológico o del conocimiento que podemos obtener de un sitio como Cuatro Ciénegas.
Tan sólo para abrir boca podemos hablar sobre los estudios que nos ayudan a entender la evolución de la atmósfera terrestre o los que podrían darnos claves para resolver algunos de los problemas asociados con el cambio climático y las pistas que podría darnos para buscar vida en Marte.
Sabemos que la biodiversidad del valle de Cuatro Ciénegas es el resultado de una combinación de su antigüedad y la falta de nutrientes. Esto quiere decir que los seres vivos de Cuatro Ciénegas sólo se reproducen en el mismo lugar y hay poca reproducción sexual, ocasionando que sus cuerpos de agua funcionen como islas en donde los organismos que viven en cada una de ellas evolucionan a su propio paso, justo como lo que encontró Darwin en las Galápagos.
Cuatro Ciénegas es un área de protección de flora y fauna del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de México desde 1994, por sus ecosistemas acuáticos, es un sitio Ramsar. La mayoría de las plantas y animales de Cuatro Ciénegas están enlistados como especies amenazadas o en peligro.
En octubre de este año las lagunas Grande y Los güeros perdieron gran parte de su agua ocasionando la muerte de infinidad de animales acuáticos, entre ellos cientos de miles o millones de especies bacterianas endémicas que nunca llegaremos a describir.
En Cuatro Ciénegas el agua lo es todo porque la biodiversidad depende de los cientos de arroyos, humedales y lagos que lo forman. Además es una reliquia oceánica, resultado de la separación del súper continente Pangea que dio lugar a los continentes que hoy conocemos.
Hace 220 millones de años, el mar inundó la región donde se empezaba a dividir Pangea, entonces una multitud de organismos marinos invadió el nuevo territorio. Entre éstos fueron los tapetes microbianos y estromatolitos (estructuras parecidas a arrecifes pero de bacterias), muy abundantes durante los primeros 3,500 millones de años de la historia de la vida en la Tierra. Posteriormente, hace 35 millones de años, cuando se formó la Sierra Madre, el altiplano central de nuestro país se elevó y aisló del mar a Cuatro Ciénegas. Por razones que todavía no entendemos, el valle siempre ha mantenido bajo el agua y el sol a los mismos organismos que transformaron a nuestro planeta en uno habitable y que llevan reciclando los átomos que nos dan la vida desde hace varios miles de millones de años.