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Cuentwittero rumbo a la lectura del futuro
Una centena de autores, sobretodo, latinoamericanos atiborra las redes sociales con los llamados nanocuentos, cuentwittos o twitteratura. Uno de ellos es mexicano, José Luis Zárate.
Gijón, España. En el principio fue Monterroso con uno de los cuentos breves más memorables: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Le siguió una de las leyendas en las letras estadounidenses, Ernest Hemingway, con el inquietante anuncio: Urgente, se venden zapatos de bebé sin usar , otro de los cuentos brevísimos más memorables en la historia de este género que despierta todo tipo de preguntas.
Después, nadie se imaginaba que el acceso a las nuevas tecnologías revolucionaría el género, quienes se lo imaginaron lo hicieron.
Una centena de autores, sobretodo, latinoamericanos atiborra las redes sociales con los llamados nanocuentos, cuentwittos o twitteratura. Uno de ellos es mexicano, José Luis Zárate, un escritor de ciencia ficción cuyas ideas ingeniosas fueron una de las revelaciones de la semana de literatura negra de Gijón, al norte de España, sus presentaciones públicas fueron despedidas con largos aplausos y carcajadas.
En sus tres entregas diarias a su editor que es la conocida red social Twitter pueden leerse cuentwittos como: Poirot era un detective tan importante que los criminales debían enviar un curriculum y esperar años para que los descubriera.
O lo que podría ser prácticamente una novela en entregas de la sensual relación entre la tierna Caperucita y el Lobo feroz: El lobo supo que todo había terminado cuando Caperucita se compró un perro .
Ante el peligro de una eventual extinción de la especie, empezaron a nacer lobas pelirrojas ... ¿Qué más podría resultar de la mezcla de lobo feroz y una caperucita roja si no?
Primero escribí ciencia ficción, luego terror, luego cuentos. El editor te dice para qué escribes cuentos mejor haz novela, pero uno no entiende y ahora estoy en los nano cuentos; es decir, mi radar para escoger temas que digan Ay, qué bien lo va a tratar la intelectualidad o le van a decir eres un escritor de alta cultura, no es muy bueno , dice en platica con El Economista.
Zárate es un escritor poblano que en la década de los 80 ganó un concurso en la revista El Cuento, se resiste a migrar al DF como única vía para ser reconocido en su país, esa es otra de las razones por las que la posibilidad de escribir cuentwittos la recibió como un reto y tabla de salvación. Después de 20 años de picar piedra, tres dentro de las redes sociales le han dado más reconomiento que las pensadas en las dos décadas anteriores.
Reconoce que los impulsores del nanocuento no están descubriendo este género sino que este viene de una tradición latinoamericana.
¿Si tomamos en cuenta que el cuento breve ya existía, qué es la twitteratura, sólo un nuevo soporte o un nuevo género?
Yo digo que es un nuevo formato, igual que un Soneto tiene que tener ciertas reglas.... Es muy interesante porque los que estamos haciendo twitteratura con esta extensión lo estamos haciendo respetando el lenguaje, sin usar las muletillas o abreviaciones que están usando los jóvenes cuando mandan mensajes por celular, pero parte del juego de la twitteratura es que sea un lenguaje accesible.
El cuento corto en Latinoamerica tiene una amplia trayectoria... Hemingway decía que un cuento tenía que ser como un iceberg, 10 por ciento se ve y todo lo demás es oculto, se siente está ahí, puede captarse pero no se ve, ves una fracción que puede dibujar un universo. Es algo de lo atractivo de este tema .
¿Cuál es la diferencia entre cuento breve y cuento en twitter aparte de los 140 caracteres?
El nanocuento al ser tan increíblemente pequeño debe, exige e invita al lector a completarlo, es un juego de complicidad del autor con el lector, es coautor del cuento, uno le hace cosquillitas a la emoción del autor para que despierte. Lo sensible que es suelta una carcajada o hace una sonrisita es una invitación abierta.
Para Zárate, twitter es un formato que en unos años será sustituido por otro, sin embargo destaca que al mismo tiempo el formato impreso está agotado y, si bien no quedará abruptamente fuera de la literatura, tanto letra impresa como la de redes sociales como Twitter, tendrán que convivir temporalmente, mientras surge, sin que sea ficción, la plataforma que será la lectura del futuro.