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"D’Mente", teatro para hablar de la salud mental

Un divertido soliloquio de Ari Telch en el que se abordan manías, adicciones, la depresión y la biloparidad, en el Teatro Milán.

Ari Telch, actor de larga trayectoria en teatro y televisión, protagoniza "D’Mente". Foto: Notimex

Ari Telch, actor de larga trayectoria en teatro y televisión, protagoniza "D’Mente". Foto: NotimexFoto: Notimex

En el mundo, hay 365 millones de personas enfermas de depresión, la epidemia del siglo; sin embargo, el actor Ari Telch recuerda que en 2014 las autoridades de Salud dieron a conocer que “en 2017 iba a ser la primera causa de discapacidad laboral, personal y familiar, pero el destino nos alcanzó porque aún la siguen proyectando para 2021, y eso sucede porque atenderla cuesta mucho dinero, es un grave problema al que no le está entrando México”, dice.

Detalla que dos de cada 10 mexicanos padecen ataques de ansiedad o llamados también ataques de pánico, que cuando los hospitales reciben a diario decenas de personas que creyeron que les había dado un infarto, resulta que lo que tenían era este trastorno.

Ari Telch, actor de larga trayectoria en teatro y televisión, protagoniza "D’Mente", un divertido soliloquio en el que habla de la salud y la enfermedad mental, y asegura que el teatro por sí mismo es terapéutico, porque se requiere de concentración para contar una historia, de mostrar las mejores habilidades, es un juego, un ejercicio lúdico, pero todo eso para él no ha sido catártico.

“Llevamos más de un año con la puesta en escena y abordamos un tema del que no estamos hablando en México, como si las enfermedades de la química cerebral y la expresión de los genes no existieran y ya son un problema de salud pública”.

Ari  se hunde en sus recuerdos y detecta que fue en Brasil donde sintió la primera alerta de que estaba en problemas severos con la bipolaridad que se ha adueñado, desde entonces, de sus pensamientos.

“Me di cuenta de que padecía de bipolaridad cuando tuve un delirio respetable…estaba en Sao Paulo, Brasil, pedí apoyo; regresé a México y le avisé a mi psiquiatra, tenía pensamientos infames hasta de muerte y es entonces cuando decido acudir con el especialista”, reveló.

Recordó que de pronto tenía tres o cuatro semanas que no quería levantarse de la cama, cuando era un individuo que se bañaba dos o tres veces al día, "pero ya no lo hacía, la depresión es la muerte en vida".

Ese estado de ánimo está lleno de ideas relacionadas con la muerte, hasta que puede llegar a consumarse, muchas veces como la última opción para abandonar el dolor,” es una enfermedad dolorosísima”.

“Crecí en una familia grande, solíamos los sábados y domingos comer en la casa del abuelo y era impresionante cómo había enfermedad mental en mi familia, ahora lo sé, antes no. Todos se gritaban locos”.

Hace memoria y confiesa que tenía una tía muy enferma con trastorno obsesivo-compulsivo, “ella gastaba compulsivamente; mi abuela Sofía, que fue mi adoración, padecía depresión desde que yo la conocí hasta que nos dejó”.

Ari califica la bipolaridad como la enfermedad de las pérdidas, que afecta sobremanera a la familia.

De acuerdo con informes médicos, una persona con trastorno bipolar presenta cambios marcados o extremos en el estado de ánimo. Los periodos de sentirse triste o deprimido pueden alternar con etapas de sentirse muy feliz y activo o malhumorado e irritable. Se reconoce como enfermedad mental maníaco-depresiva que no tiene cura, sólo puede controlarse.

“Haces mierda todo, porque las manías son sentimientos de autoimportancia, hipersexualidad, conductas de riesgo, nos ponemos mal, parloteamos todo el día, no necesitamos dormir, te gastas todo tu dinero”.

Con naturalidad, Ari describe su trastorno, explica que tiene bipolaridad tipo 2, la menos elevada. “A mí se me empezó a elevar en esos momentos donde yo no tenía sueño suficiente, no podía ejercitarme, no podía comer bien, fue una época difícil donde hacía teatro y televisión en Pachuca y en San Luis Potosí”.

Entonces, suspira y continúa narrando que cuando terminaba la función agarraba dos o tres horas de carretera, para subsanar los síntomas que le provocaba la enfermedad; cuando ya eran las dos o tres de la tarde, desde donde estuviera emprendía el regreso a la capital.

El actor de telenovelas de éxito hace una pausa, toma su teléfono celular y busca un tuit que le envió un joven que asistió a ver la obra “D’Mente”.

“Gran noticia, leí sobre 'D’ Mente' en teatro y por azares del destino mi primo sufre ataques de ansiedad y no deseaba ir con un especialista. Lo invité al teatro a ver 'D’Mente' el día de ayer... entre el llanto, hoy decidió dar el primer paso para someterse a tratamiento, muchas gracias”.

Telch explica lo que significa ese mensaje y cada lunes que representa la obra en el Teatro Milán. “Tenemos esa y otras muchas bendiciones y satisfacciones, como el ver que durante la función la gente se da de codazos porque se identifica entre sí".

El artista dijo que los espectadores que requieren ayuda lo entienden y deciden buscar un especialista, "porque se dan cuenta de que están enfermos, vemos que hasta la gente se sale, pero luego al final entrega un gran agradecimiento.

Cuenta que en el tiempo que ha estado sometido a su tratamiento ha podido enterarse de algunos datos duros sobre la bipolaridad.

Educación desde primaria

Ari Telch pide al gobierno federal realizar programas educativos, desde la primaria, relacionados con la higiene mental y propone al titular de Salud, Jorge Alcocer Varela, abrir una cuenta de Twitter para tener comunicación con la gente, sobre todo cuando padece casos de urgencia.

“Cuando una mamá llega a solicitar un psiquiatra porque su niño intentó suicidarse le dan la cita seis meses después con un pasante, cuando el niño lo intentará tres o cuatro veces, y a lo mejor lo logra... sólo uno de cada 20 intentos se consuma, entonces comencemos a informar, existe la enfermedad de la química del cerebro”.

Al finalizar la charla, muy emocionado, relató que el lunes pasado tuvo una linda función y al finalizar una chava (sic) lo esperaba y lloraba desconsolada, él le pidió un abrazo de oxitocina, “porque así le digo siempre a la gente en general”. Lo que le pasaba a la espectadora fue que al fin había podido escuchar a alguien decir lo que a ella le estaba pasando, que padece bipolaridad, también llamado trastorno maníaco-depresivo.

Ari ha sabido cómo sobrellevar su vida luego de lo que le ocurrió en Brasil. Revela cómo su padecimiento se ha inmiscuido en su vida personal y profesional, pero se ha convertido en un vocero para ayudar a quienes como él fueron presa de esa incertidumbre de no saber qué les sucedía.

 

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