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Davos, justificar lo injustificable
Para el periodista especializado Andy Robinson, la reunión en Suiza del WEF es sólo un lavadero de imagen de los poderosos.
La caída de Lehman Brothers en el 2008 y la consecuente crisis económica que sufrió el planeta, propició que la imagen de los hombres más ricos del mundo se viese dañada.
La brecha entre la élite y el resto de personas se hizo más grande. Por ello, y con el temor que causan las revoluciones de las clases sociales más bajas de antaño, las élites buscan lavar su imagen a través de actividades en pro de la equidad.
El lugar preferido para mostrar su cara más comprometida es el Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés) que se realiza en la localidad de Davos, Suiza.
Andy Robinson relata con finísima ironía cómo esta élite decide el porvenir del mundo enfundada en trajes de esquí cada mes de enero.
"El libro tiene un componente humorístico porque la situación se presta", dijo el autor de Un reportero en la montaña mágica, cómo la élite económica de Davos hundió el mundo. "En Davos tienes esa especie de círculo que a veces parece esperpéntico", añadió.
Robinson es un asiduo periodista con acreditación marrón de Davos. Al no gozar de los privilegios de un reportero que tiene acceso a todo, ha desarrollado técnicas de lo más inverosímiles para poder escuchar las conversaciones de los hombres más poderosos.
"Estuve en una cena hace dos años con consejeros delegados de tres o cuatro petroleras importantes. Pude escuchar cómo hablaban de la explotación del Ártico y de cómo podían rentabilizar su deshielo", dijo.
El libro es un tributo a la obra del alemán Thomas Mann publicada en 1924: La montaña mágica. Esta novela es conocida porque muestra la decadencia de la burguesía en una época previa a la Primera Guerra Mundial. Robinson utiliza muchas similitudes entre las conferencias actuales y el Waldsanatorium (sanatorio para tuberculosos), ubicado también en Davos, donde se desarrolla la historia de Mann.
Andy Robinson desmitifica en cada capítulo la aureola con que Mann rodea a Davos y advierte la pérdida de popularidad de este microcosmos elitista. "El nivel de aceptación de la sociedad sobre Davos es mucho menor al que existía antes de la crisis", dijo.
Figuras de la talla de Bono, Bill Clinton o Denis OBrien son desenmascaradas dentro del libro. Bono era el ícono perfecto para aquella mezcla tan esencialmente WEF de millonarios de Forbes, Hard Rock Café y misiones humanitarias a Somalia. Él hacía su networking con barba de dos días, gafas de sol Armani y pantalones negros de cuero, destaca la novela.
La obra de Robinson busca mostrar cómo la filantropía que muestran los hombres más poderosos del mundo desde la llegada de la crisis en el 2008 no es más que una herramienta de marketing y relaciones públicas para que el resto de la sociedad se crea que se merecen todo el dinero que tienen mientras que la pobreza y la desigualdad crece a pasos agigantados. "Es un instrumento para justificar lo injustificable", dijo el autor.