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De los trozos del naufragio económico
Una visión punzante de la omnipresencia de la economía en nuestras vidas
Dice Julio García Murillo, en el texto que abre esta exposición, que esto se trata de un juego de “ecuaciones hipotéticas”, en las que los miembros de la operación son, por un lado, la educación sentimental, término del siglo XIX que define lo que nos es querido, lo que nos conforma como seres emocionales; y por el otro, la frialdad aparente de la economía, en especial en su modelo neoliberal, curiosamente también hijo del XIX, cuando el mundo comenzó a dividirse entre ricos colonialistas y pobres colonias sobreexplotadas.
Somos monstruos económicos
Notas para una educación (económico) sentimental reúne a un grupo de artistas jóvenes (todos nacidos después de 1980) que cavilan en modos diversos sobre el efecto de la economía sobre sus afectos, y los afectos de todos.
Es importante decir su generación: son artistas que vivieron las crisis económicas de los 80 y los 90, que fueron niños durante el salinismo y que se hicieron adultos con la gran crisis mundial de 2008.
La economía, pues, ha afectado sus vidas de la manera más pura: como un shot de heroína que cambia la visión completa de la realidad.
La primera pieza con la que el visitante se encuentra es con el tapete hecho de telar Zúuin, palabra que en zapoteco significa trabajo. Zúuin es una traducción gráfica de una palabra puramente oral. La autora es Andrea Medina (nacida en 1993) y su idea es hacernos voltear a la economía originaria convertida en turismo: el trabajo duro de un artesano indígena convertido en souvenir.
Divertida es la pieza Aquí va a una fiesta un pastel Sanborns. Es una serie de pinturas en las que se retrata la estética del típico pastel de casa de los tecolotes. Carmen Huízar (1995, originaria de Zacatecas) hizo una investigación sobre la distribución de los restaurantes Sanborns en la Ciudad de México, dirigidas por el nivel socioeconómico de la población; los Sanborns como no-lugares donde la clase media ha festejado, comprado y consumido desde hace décadas. Cumpleaños con Peppa Pig, Halloween con fantasmitas, los 100 años del América, ninguna ocasión se escapa de ser convertida en pastel Sanborns.
La estética merengue del pastel Sanborns no es ajena al visitante y puede comprobarla de inmediato: hay un Sanborns a menos de una cuadra del museo.
El oso y el toro son símbolos del capitalismo. Cecilia Barreto se vale de ellos para hacer un conjunto de obras: una escultura, un collage y un estandarte.
En la escultura ambas bestias —el oso representa a la bolsa de Fráncfort y el toro a Wall Street— aparecen desbalanceadas, una suerte de confrontación amañada en la que el toro lleva las de ganar.
El estandarte recuerda la guerra y en él ambos símbolos están frente a frente. La ironía: ese estandarte de guerra está hecho con los colores de la Unión Europea, supuesto acuerdo de paz. El collage representa un paisaje urbano en el que el oso y el toro se encuentran en los extremos inferiores, dominando la escena.
La pieza más entrañable es la de Natalia Millán (1986). Estirpe juega con un acto que es al mismo tiempo mercantil y sentimental: dar un regalo. Expone Millán la máquina de hacer listones que estuvo en la papelería de su abuela durante casi 50 años y también videograba a alguien en el acto de desenvolver un regalo; acto que, dice la artista, es personal, cada quien tiene su modo: o desgarra el papel o lo guarda para reutilizarlo.
Notas para una educación (económico) sentimental es breve pero sus obras son punzantes. Dan en el clavo. El modelo neoliberal está agotándose y es precisamente a la generación de estos creadores a la que tocará transformarlo.
Museo Universitario del Chopo.
Dr. Enrique González 10, Santa María la Ribera.
Miércoles a domingo, de 11 am a 7 pm.
Entrada: $30.