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Arte e Ideas

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Debuta Rodrigo Macías en la temporada de la OFUNAM

Allegro molto - Rodrigo Macías, director asistente de la OFUNAM hizo un magnífico papel al frente de la orquesta universitaria este fin de semana. Ojalá lo veamos pronto una vez más sobre el podio.

Rodrigo Macías, fundador y director de la Orquesta de Texcoco, empuñó sábado y domingo la batuta de la OFUNAM, de la que fue designado director asistente el año pasado, y entregó buenas cuentas a los instrumentistas y al público de la Sala Nezahualcóyotl.

La primera parte estuvo formada por obras del siglo XVIII: Sinfonía número 96, denominada El milagro, de Franz Joseph Haydn (1732-1809), y el Concierto para violín y orquesta número 3, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), con la participación solista de Cuauhtémoc Rivera, director de la Escuela Superior de Música y ganador en 1999 de la Medalla Mozart, otorgada por el gobierno de Austria.

La segunda parte del programa estuvo consagrado a la música del siglo XX: Ma mere l’Oye (Mamá la oca), de Maurice Ravel (1875-1937), y El Salón México, de Aaron Copland (1900-1990).

Por supuesto, el joven y talentoso Rodrigo Macías y la OFUNAM tienen que trabajar intensamente para afinar muchos puntos, pero el comienzo ha sido prometedor.

Particularmente afortunada fue su interpretación de "Le jardin féerique" (El jardín encantado), séptima y última parte de Ma mere l’Oye, escrita originalmente para piano e instrumentada por el mismo Ravel con la maestría que hizo de él uno de los grandes orquestadores de todos los tiempos.

Notable fue también la cuarta parte, "Les entretiens de la Belle et la Bête" (Diálogo de la Bella y la Bestia), en que el insólito solo de contrafagot y su contrapartida en la flauta logran que la horripilante criatura se convierta en el príncipe encantador del famoso cuento de Charles Perrault (1628-1703).

Como era previsible, El Salón México, pieza final del programa, alborotó a la concurrencia que el sábado pidió, sin que se le concediera, una repetición de esta sonorísima obra en la que el estadounidense Copland adoptó ciertamente la visión del turista, pero su amor por México, su música y sus tradiciones, lo llevó a legar una partitura trascendente.

Así lo dijo el compositor: Desde el principio, la idea de escribir una obra basada en las melodías populares mexicanas estaba unida en mi mente con la de un popular salón de baile de la ciudad de México; pero lo que me atrajo no fue la música que escuché ahí, sino el espíritu que sentí. Espero haber puesto en mi música algo de ese espíritu .

El Salón México cumple este año siete décadas y media de su nacimiento. Hay quien afirma que cuando alguien comienza a contar su vida en décadas es que ya entró en la decadencia. Éste no es, de ninguna manera, el caso de El Salón México, música que llega a los mexicanos al fondo del alma.

Tras el resultado del tercer programa de la temporada de la OFUNAM, deseamos volver a ver en acción a Rodrigo Macías para confirmar que su designación ha sido un acierto.

aparamoc@gmail.com

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