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Deliciosa antojería
La cocina está en manos de doña Bertha, su hijo Marco Nicolás y su yerno Ernesto Notholt, quienes constantemente están inventando nuevos sabores y platillos.
En honor a mi madre y por la memoria de mi padre...
...éste fue el mensaje del viajero del sabor... .
Así reza, en pocas palabras, el espíritu de esta antojería familiar, cuya calidez se deja sentir al entrar al local.
La familia formada por el padre don Marco Antonio Martínez (q.e.p.d.) y la madre, doña Bertha Acra, procrearon cuatro hijos: Marco Nicolás, José Paulino, María Josefa y Jorgina (no Georgina), quienes viajaron extensamente por toda la República Mexicana, visitando todo tipo de lugares y disfrutando de las gastronomías locales.
A la muerte del padre y desde hace unos tres años, nació la idea de abrir un negocio de comida; para ello, realizaron pruebas con amigos y familiares con el acervo de más de 300 recetas que coleccionaron.
El peculiar nombre que escogieron, El Parnita (Avenida Yucatán 84, Local E-2, colonia Roma Norte, teléfono 5264-7551), es el hispanismo de partner, en inglés la pareja de golf, deporte que practicaba don Marco Antonio.
La cocina está en manos de doña Bertha, su hijo Marco Nicolás y su yerno Ernesto Notholt, quienes constantemente están inventando nuevos sabores y platillos.
La deliciosa comida, llena de antojitos que disfruté, fue así:
Para afilar el apetito, dos tipos de mezcales oaxaqueños blancos, el primero, de agave espadín, y el segundo, una sorpresa, el rey de los mezcales: el tobalá de agave silvestre (a. potatorum), suave y delicado, pero conservando su sabor mezcalero.
Y empezó el desfile de antojitos...
Tres salsas en la mesa: una roja, de chile morita y jitomate, una verde de jalapeño y tomatillo, y la especial: chile habanero, cebolla y aceite de oliva.
Antes que nada, una mención muy especial a las tortillas del lugar, hechas a mano con masa nixtamalizada por un equipo de tortilleras que constantemente están echando tortillas un poco gorditas en el comal y con la idea de servirlas al instante, lo cual hace una diferencia enorme en los tacos.
Los Tacos del Viajero, una de las especialidades, están elaborados con carne de lomo y pierna de cerdo, macerada con especias y cebolla durante 12 horas, y después cocinada en un cazo de cobre, estilo Michoacán, por otras ocho horas a baja temperatura con jugo de limón y naranja; el resultado es una carne que se deshace y que tan sólo necesita una tortilla para hacer un taquito con mucho sabor.
Los Tacos Carmelita (recordando a Playa del Carmen), de camarón empanizado, acompañado de una hojita de lechuga mini-romana, mayonesa y aceite de oliva, sazonado con la salsa de chile habanero, sabroso y con textura crujiente.
Los Tacos de Chapulines, de mini-insectos oaxaqueños, fritos y crujientes, con una rebanada de aguacate y sazonados con salsa roja.
Los Tacos de Oveja Negra, de longaniza mexiquense, con nopales, cebolla y un poco de salsa verde.
Haciendo un intermedio, sorprendentemente, una sopa de hongos shiitakes, orgánicos de Cholula, Puebla, elaborada con fondo de verduras, vino blanco, perejil y cebolla, de sabor muy delicado.
El Ceviche del Compadre, de camarón y callo de almeja, chile manzano, jitomate, cebolla, cilantro, vinagre y aceite de oliva es de una frescura digna de las playas nacionales.
El Rellenito es un chile meco zacatecano relleno de queso panela, frijoles refritos y aguacate en salsa de piloncillo canela.
La Bañada es una torta de pan de agua rellena de la carne de cerdo preparada como se describió al principio, con frijoles refritos, cebolla morada desflemada con vinagre y col agria, bañada en salsa de chile de árbol y jitomate.
Un taco nuevo, el Taco de Chile de Agua, de camarones en crema de chile de agua oaxaqueño, servido con aguacate y mayonesa, de gran sabor.
Para terminar, un panqué de chocolate y manzana.
jtoledo@eleconomista.com.mx
Twitter: @toledoyleyva
