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Desde Londres un Hamlet humano
La puesta del National Theater protagonizada por Rory Kinnear, será transmitida en el Lunario del Auditorio Nacional.
El crítico literario Harold Bloom escribió un largo ensayo (en realidad un conjunto de ensayos nacido en su cátedra so bre Shakespeare en la Universidad de Yale) en el que llega a una conclusión rotunda: la obra de William Shakespeare es la más grande proeza literaria que ha creado hombre alguno. El título mismo del ensayo delata la importancia de la obra del Bardo inglés: Shakesperare, la invención de lo humano. Y en el corazón de la obra shakepereana, de ese invento de lo humano, está Hamlet.
Así que, de atenernos al criterio del profesor Bloom, Hamlet es opus magnum del arte literario.
Sin necesidad de irnos a tan espectaculares e hiperbólicas alturas, sin duda Hamlet es una obra tan bien lograda, tan punzante y tan compleja, y al mismo tiempo tan universal y tan apabullantemente humana, que ha seguido hablándonos de manera íntima durante 400 años.
Precisamente por su universalidad, versiones de la tragedia del príncipe de Dinamarca, atrapado entre el deber de vengar a su padre y la locura, hay cientos: se puede adaptar como una guerra empresarial en el Japón (Los malos duermen bien, una de la primeras cintas de Kurosawa), una guerra entre pandillas de motociclistas (la serie televisiva Sons of Anarchy) y hasta una comedia musical juvenil (la improbable Hamlet 2 con Steve Coogan).
Esta semana llega a México una versión más, la de la National Theater de Londres. Como parte de la temporada de transmisiones vía satélite a todo el mundo (algunas en vivo, otras diferidas, como será el caso nuestro) de las producciones de la compañía inglesa, Hamlet llega al Lunario del Auditorio Nacional esta semana.
En esta versión, Hamlet usa jeans, Horacio es de raza negra y todo el drama se desarrolla en un conjunto de oficinas en la zona financiera de Londres.
Dirigida por Nicholas Hytner, actual director de la compañía inglesa, este Hamlet quiere ser una puesta al día de Shakespeare que no descuida el lirismo insuperable del lenguaje del autor, así que hay un difícil choque en escena: una puesta visualmente contemporánea en la que los personajes hablan inglés isabelino.
El protagonista es interpretado por Rory Kinnear, hijo del fallecido comediante Roy Kinnear, quien, según las reseñas rabiosas que recibió la noche del estreno, da una actuación inolvidable, dando a Hamlet al mismo tiempo vulnerabilidad y nobleza, de tal suerte que su locura final es tan dolorosa como el suicidio de un hombre común.
Suena a un espectáculo que no hay que perderse.
Dicho sea de paso, la temporada de la National Theater se completará con tres obras más: en febrero se proyectará Fela!, musical sobre la vida del compositor y perseguido político nigeriano Fela Anikulapo; en marzo llega El rey Lear, otra gran obra de Shakespeare; y en abril se completa el ciclo con la que se antoja la joya de la corona: Frankenstein de Mary Shelley dirigida por el cineasta Danny Boyle.
Hamlet
National Theater de Londres en HD.
Lunario del Auditorio Nacional.
Reforma y Campo Marte, Bosque de Chapultepec.
Boletos: $150.
Miércoles 12, jueves 13 y viernes 14 de enero, 8 de la noche.