Devolución del Monumento 9 de Chalcatzingo, indicio de un cambio de conciencia mundial sobre patrimonio

El Monumento 9 de Chalcatzingo, Morelos, aquella pieza olmeca de grandes magnitudes de cuya existencia no se supo sino hasta que apareció en publicaciones en Estados Unidos durante la segunda parte del siglo XX, que fue extraída de su lugar de origen, en aquel estado de la república, transportada y sacada del país en algún momento antes de 1968, es parte de la serie de extracciones de patrimonio arqueológico que se realizaban en nuestro país a destajo, ante de la publicación de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (1972), con la que finalmente se estableció la protección del patrimonio y se penalizó su extracción y comercio.

El Monumento 9 no captó el interés de la opinión pública sino hasta que al cierre de la semana pasada el canciller Marcelo Ebrard anunció que la Unidad en Contra del Tráfico de Antigüedades de la Oficina del Fiscal de Distrito de Nueva York informó sobre la recuperación y la intención de restituir a México la pieza, una de las más buscadas por el país, a decir del canciller.

Se supo de ella por una publicación en EU

El Economista conversa con el arqueólogo Mario Córdova Tello, investigador del Centro INAH Morelos, sobre los detalles de la pieza y lo que simboliza el acto de restitución que, de entrada, señala, es de buena fe, lo que establece un panorama de buenas relaciones entre Estados Unidos y México para la restitución de piezas patrimoniales incluso si su sustracción sucedió en un periodo donde no había las garantías jurídicas para protegerlas.

“El Monumento 9 se dio a conocer por primera vez en una revista norteamericana de investigadores, ‘American Antiquity”, en el número 33, en 1968. El arqueólogo David Grove es quien la describió. Fue la primera vez que se supo de su existencia”, relata el arqueólogo.

“Con el tiempo siguieron saliendo otros artículos y dos o tres fotos sobre la pieza, pero no era muy popular. Después supimos que estaba en la colección del Museo Metropolitano de Arte (Met) de Nueva York. Después se volvió a publicar en una revista en México sobre el mundo de las colecciones de arte, esto en 1994. Hasta ahí sabíamos de su existencia. Y nosotros empezamos a hacer trabajos de mantenimiento y conservación en la zona arqueológica de Chalcatzingo en el 2002”.

Chalcatzingo ha sido una de las zonas arqueológicas donde se han hallado más esculturas en el altiplano mexicano, 45 hasta ahora, entre relieves, estelas, altares y piedras talladas sobre el cerro. Fue con estos trabajos de excavación e identificación de patrones que se definió que la pieza correspondía a la zona arqueológica de Chalcatzingo, por lo que inició un trabajo de solicitud, a través del INAH y la Secretaría de Relaciones Exteriores, para que la pieza fuera devuelta al país.

Esta solicitud de investigación se dio, sobre todo, porque se supo que ya no se exhibía en el Met de Nueva York dado que al parecer había sido retirada por quienes se decían sus dueños. Tiempo después la pieza fue localizada y comenzó un trabajo de años, de envío de cartas y negociaciones, “hasta que, por fin, el año pasado empezaron a hablarnos de la fiscalía de Nueva York, que estaban haciendo investigaciones. Entrevistaron a mucha gente, a la gente mayor de Chalcatzingo, que recuerda aquellos años. Imagino que el archivo que ellos formaron debe ser inmenso, aunque nosotros no tenemos muchos datos. Ellos fueron quienes le informaron a las autoridades mexicanas sobre su devolución”.

El especialista señala que el INAH Morelos tiene planes de construir un gran museo para el oriente de Morelos, para exhibir todo lo que se ha hallado en las décadas de trabajo. “Ahorita tenemos un museo muy chiquito, pero estamos planteando hacer otro, y el Monumento 9 será clave, la pieza central. Estamos viendo cómo conseguir dinero, porque así ha sido siempre, hay que conseguir el dinero. Pero nosotros tenemos que seguir trabajando y conservando. Ha habido algunos recortes, pero la investigación continúa, estamos restaurando, haciendo clasificaciones de materiales, ordenándolos. La austeridad la tenemos, pero el trabajo debe ser continuo”.

Las posturas están cambiando

Finalmente, Córdova Tello reconoce el trabajo de años por parte del INAH, en colaboración con otras instancias públicas, para reforzar medidas de prevención y sanción sobre el tráfico de bienes patrimoniales, así como las campañas de denuncia sobre las subastas de objetos arqueológicos en mercados del extranjero.

“Se ha frenado mucho el coleccionista en México, ya no es como antes. Hoy en día, las piezas no se mueven de sus lugares de origen, salvo que tengan que ir a algunas exposiciones temporales en otros lados. Ahora, la cooperación en todo el mundo ha cambiado, se está repatriando mucho patrimonio a sus lugares de origen. México también ha regresado muchas piezas. Creo que es una cuestión de conciencia. Los egipcios ya están pidiendo su Piedra de Rosetta, porque es muy importante para su escritura y no es posible que primero la tuvieran los franceses y luego los ingleses, cuando no les pertenece”.  

Algunos datos sobre la pieza:

• Una tonelada, el peso aproximado de la pieza
• 1.8 metros por 1.5 metros, sus dimensiones
• Proviene del Preclásico Medio, es decir, del 800 al 400 a.C.
• Hasta el momento se han hallado 45 monumentos en la zona arqueológica de Chalcatzingo
• Se desconoce el año y la manera en la que se extrajo la pieza del país

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