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Arte e Ideas

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Dos muestras para evocar al pintor José Luis Cuevas

 El museo Cuevas reúne a los maestros que rompieron con los paradigmas de la Escuela Mexicana de Pintura y da constancia de la diversidad artística y temporal de las artistas mexicanas, de Leonora Carrington a María José Romero.

Este 25 de julio, el Museo José Luis Cuevas conmemora el segundo aniversario luctuoso del maestro de la Ruptura, además del 27 aniversario de la apertura de este espacio expositivo en el Centro Histórico de la Ciudad de México, con un acto protocolario y la apertura de dos exposiciones colectivas.

La primera de ellas: La cortina de nopal; José Luis Cuevas, la Ruptura y la transición, se gestó para evocar la figura y el peso específico del maestro como figura determinante de la vida cultural del país y del trabajo de sus contemporáneos; por ello retoma en su título La cortina de nopal, el conocido ensayo publicado por Cuevas en el suplemento México en la Cultura del periódico Novedades, en 1956, a los 21 años, con el cual hizo una crítica sin precedentes de la Escuela Mexicana de Pintura, sobre todo para el máximo de sus representantes en ese momento, David Alfaro Siqueiros o Rufino Tamayo, y, a partir de ella, sentó las bases para una nueva visión del arte mexicano más apegado a las vanguardias internacionales.

Es así que en la exposición se observan obras no sólo de los representantes de la Ruptura, entre ellas, piezas de Lilia Carrillo, Manuel Felguérez, Rafael y Pedro Coronel, Vicente Rojo, Kazuya Sakai, Fernando García Ponce, Francisco Toledo, Alberto Gironella, Arnaldo Coen y, por supuesto, el propio José Luis Cuevas, sino de los precursores y artistas que surgieron a partir de este movimiento, como Rufino Tamayo, que supo migrar su obra; Carlos Mérida, Gunther Gerzso, Vlady y Juan Soriano. Es, pues, un recorrido expositivo por toda una época que cambió los rumbos del arte en México, con un total de 19 artistas y sus distintas preocupaciones plásticas.

El maestro Arnaldo Coen fue invitado a recorrer la exposición y ofrecer su testimonio como parte de esta corriente y sus réplicas. Como si hubiera sido ayer, el pintor recordó a muchos de sus colegas, sus anécdotas y estilos.

“Fue importante la presencia de Cuevas y la apertura que se le dio al arte joven, el que no estaba siguiendo los parámetros que seguía la Escuela Mexicana de Pintura”, dijo Coen durante su recorrido. Agregó que, para él, más que una oposición, la Ruptura fue complementaria del arte que se venía haciendo en el país. “Actualmente deberíamos reconocer que todo el arte, desde el prehispánico hasta nuestros días, sigue vigente, está vivo. Hay que mantener vivos a los artistas a través de su obra”.

¡Más que musas!

Del otro lado del Museo José Luis Cuevas, la muestra ¡Más que musas! La mujer en el arte reúne la obra de 25 mujeres artistas de distintas épocas y propuestas plásticas, desde las grandes representantes del modernismo hasta las más destacadas propuestas contemporáneas.

Se exhiben, sobre todo, trabajos pictóricos bajo las firmas de Lilia Carrillo, que es la única artista que se exhibe en ambas muestras; la maestra surrealista Leonora Carrington, con sus retratos de diosas benefactoras; los estudios de arte sacro y su reinterpretación en manos de Esther González; o los ensambles pictóricos de María José Romero, como si se tratara de un jazz sobre el lienzo; así como las propuestas fotográficas de Paulina Lavista, famosa por sus retratos de grandes maestros de la literatura del siglo XX, como Jorge Luis Borges, con la presencia de la emblemática fotografía del argentino durante su visita a Teotihuacan, y por ser la primera fotógrafa que expuso en Bellas Artes; lo mismo que Cristina Kahlo, Flor Garduño, Vanessa García y Jill Hartley.

También se exhiben trabajos escultóricos moldeados por las manos de María José de la Macorra, Betsabeé Romero, Ángela Gurría y Naomi Siegmann, todas ellas maestras reconocidas del arte mexicano.

“El interés de la exposición es replantear diferentes posibilidades artísticas. Son artistas de diferentes épocas, con técnicas distintas”, explicó la curadora Lourdes Sosa. Destacó que para esta exposición se reunieron distintas piezas por préstamo de las artistas, pero también fue una oportunidad para mostrar piezas de la colección femenina del museo.

La muestra, dijo, es “meramente enunciativa y no limitativa. Si pudiéramos nada más traer a las mujeres creativas de la Ciudad de México, nos haría falta este museo, más el de junto y el siguiente. La mujer artista está muy dedicada a su labor creativa. Antes esta faceta era un poco castigada por las obligaciones; ahora tiene esa libertad de plantear su creatividad. Tratamos de presentar un escenario amplio”.

Ambas muestras estarán vigentes en el Museo José Luis Cuevas, Academia 13, Centro Histórico, durante todo julio y agosto.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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