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Ebrard recibe Premio Humanitario Joe Kiani por “salvar miles de vidas”

El canciller “comprendió que ser guardián de tu hermano es lo mejor que puedes ser (…) necesitamos que este hombre se convierta en presidente de México”, expresó Kiani al entregarle el galardón en la 10ª Cumbre Anual sobre Seguridad del Paciente, Ciencia y Tecnología, en California.

Foto EE: Cortesía SRE

Foto EE: Cortesía SRE

Newport Beach, California. “Estoy aquí ahora para hablar de alguien que no sólo hizo su trabajo, sino el trabajo de otros. Alguien que comprende que ser guardián de tu hermano es probablemente lo mejor que puedes ser, y se necesita el trabajo de muchas personas para eso”.

Fueron las palabras de Joe Kiani, empresario y filántropo estadounidense, fundador del Movimiento por la Seguridad del Paciente (Patient Safety Movement Foundation, PSMF, por su sigla en inglés), al entregarle al canciller mexicano, Marcelo Ebrard Casaubon, el premio que lleva su nombre, en el marco de la 10ª Cumbre Anual sobre Seguridad del Paciente, Ciencia y Tecnología, celebrada este viernes en Newport Beach, California.

En uno de los salones principales del Hotel Vea Marriott, Marcelo Ebrard recibió el Premio Humanitario Joe Kiani por su contribución desde la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno de México para “salvar miles de vidas”, cuando “el Covid estaba incontenible y él se aseguró de que las vacunas estuvieran disponibles para la gente de México, y para la gente de América Latina, estamos agradecidos con usted", dijo Kiani, al entregarle el galardón.

Ante una audiencia compuesta por eminencias en salud, de instituciones y hospitales de todo el mundo, y luego de haber escuchado a un panel de periodistas que cubren el tema sanitario, Kiani resaltó: “Quiero contarles que (Ebrard) es secretario de Relaciones Exteriores, no de Salud, aun así, se preocupa por su gente, se preocupa por la gente de América Latina”. Luego buscó el rostro del canciller mexicano, quien aguardaba en un asiento en primera fila: “Muchas gracias por su amor y amabilidad. Gracias. Y por su liderazgo”.

Y remató: “necesitamos que este hombre se convierta en presidente de México”.

En su turno, el canciller Ebrard, con el galardón en mano, expresó: “Estoy muy honrado de recibir este reconocimiento en este foro tan importante. Sólo quiero decir que es muy inusual tener a un secretario de Relaciones Exteriores en un movimiento de salud y de seguridad del paciente, pero de hecho estamos apoyando y tenemos el compromiso de extender en nuestro país las ideas que ustedes están defendiendo y promoviendo en este foro”.

Luego habló de los aprendizajes que dejó la pandemia de Covid, que “fue una tragedia para México y para muchos países”, aseguró.

“Aprendimos de una forma muy dura, la importancia de que nuestros países tomen como una política pública su movimiento de seguridad del paciente, la idea de mejorar todo el sistema de salud mexicano para estar preparados para la próxima pandemia, pero desde ahora, para mejorar la vida y las posibilidades de los pacientes en nuestro sistema de salud”, agregó.

“Es algo importante lo que este premio significa para México. El compromiso de mejorar la seguridad del paciente en nuestro sistema de salud, y ya tenemos 60 hospitales en nuestro país trabajando en este movimiento”.

Esta es la primera ocasión en que el Premio Kiani se otorga a alguien fuera del ámbito estadounidense. El año pasado le fue otorgado al expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, benefactor del movimiento desde su creación, y quien también participó en la cumbre de este año. Por esa razón, tras la entrega, los periodistas invitados abordamos a Joe Kiani para preguntarle por qué su organización decidió reconocer al canciller mexicano.

Y esto respondió: “Reconocemos al secretario de Relaciones Exteriores porque fue más allá por la gente de México y por la gente de América Latina. No era su trabajo y aun así fue y se aseguró de que las vacunas estuvieran disponibles en medio de la pandemia de covid para que la gente pudiera vivir. Estamos muy agradecidos por su esfuerzo humanitario”, dijo el fundador de la PSMF.

“Me tildaron de ingenuo”

En mayo de 2020, en plena oleada de la pandemia, Marcelo Ebrard comentó ante el Consejo General de Salubridad que había leído un artículo que decía que en China comenzaban a hacer pruebas de fase 3 con una vacuna experimental: “se llamaba CanSino”.  “Un miembro de la Secretaría de Salud me tildó de ingenuo: ‘estas soluciones tardan hasta cinco años en salir al mercado (…) no hay que creer todo lo que se publica’ –le dijo–", relata el canciller en su libro “El Camino de México" (Aguilar, 2022).

Ebrard narra cómo tuvo la visión de adelantarse a negociar y pactar para que México fuera uno de los primeros países en tener una vacuna que aún no existía. “Si los chinos lograron estar en fase tres con pruebas ya en humanos, es posible que el resto de los laboratorios acelere sus desarrollos propios”.

Esa era su convicción. Sabía que la vacuna llegaría más temprano que tarde. Por eso lo consultó “en corto” con el presidente López Obrador, quien respaldó decididamente su propuesta de empezar a buscar los mecanismos para acordar con los laboratorios que tendríamos vacunas disponibles en cuanto salieran al mercado y tuvieran las autorizaciones sanitarias.

Y así, puso al frente de la misión a 13 mujeres, entre “funcionarias, ejecutivas y científicas”, comandadas por la entonces subsecretaria Martha Delgado –“las damas de hierro” – quienes se abocaron a analizar todas las opciones y conseguir los contactos y abrir las comunicaciones con los laboratorios más importantes del mundo, en un escenario de extremada competencia por ganar tiempo y antídotos.

“Al 31 de agosto de 2021, entre todas las marcas habíamos logrado traer al país 100 millones de dosis de vacuna, el equivalente a 77% de la población mexicana”, escribe Ebrard.

Adicionalmente a la contratación de vacunas, el canciller y su equipo encabezaron otras acciones para enfrentar la emergencia del Covid: establecieron un puente aéreo con Asia para traer insumos que necesitaban con urgencia los hospitales; impulsaron ante la ONU y la OMS una resolución para declarar la vacunación como un bien de salud pública, que se convirtió en la “iniciativa mexicana más votada y respaldada internacionalmente en la historia”; impulsaron una alianza con el sector privado –Juntos por la Salud– para liberar camas para pacientes Covid en hospitales públicos, conseguir ventiladores, fabricar millones de cubrebocas, recolectar recursos para insumos médicos para el sector salud, conseguir cuartos de hotel para hospedar al personal sanitario, entre otras.

Ebrard subraya cómo algunos países concentraron vacunas e incluso impusieron restricciones a fin de asegurar sus dosis. “No fue el caso nuestro. Desde la cancillería, con el apoyo de la Fuerza Aérea mexicana, enviamos millones de dosis de vacunas AstraZeneca, envasadas en México, con destino a Belice, Bolivia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay y Jamaica”, apunta el canciller.

“Cuando (Carlos) Slim me platicó su proyecto (invertir 600 millones de dólares para producir en México y Argentina la vacuna de AstraZeneca, que fue como un respiro para los países de Latinoamérica), recordé aquella mañana en la reunión del gabinete donde a muchos en la mesa les parecía un sueño guajiro lo de las vacunas chinas.”

Ebrard concluye la reflexión sobre el aprendizaje que dejó el Covid con una frase del poeta y filósofo Samuel Taylor Coleridge: “A veces es necesario ‘suspender la incredulidad para disfrutar el arte’, porque en algunos momentos, si uno tiene un ataque de realismo no podremos encontrar soluciones nuevas ni modelos de trabajo innovadores”.

Sobre la PSMF

La Fundación del Movimiento por la Seguridad del Paciente es una organización sin fines de lucro fundada hace diez años en Estados Unidos por Joe Kiani que busca reducir a cero las muertes de pacientes por errores evitables, promoviendo buenas prácticas sustentadas con evidencia médica, que han sido adoptadas por cientos de hospitales alrededor del mundo.

La cumbre reúne cada año a todas las partes involucradas, incluidos pacientes, proveedores de atención médica, empresas de tecnología médica, personal de hospitales públicos y privados.

francisco.deanda@eleconomista.mx

kg

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Editor de Arte, Ideas y Gente en El Economista. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Filosofía Social, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Especialista en temas de arqueología, antropología, patrimonio cultural, religiones y responsabilidad social. Colaboró anteriormente en Público-Milenio, Radio Universidad de Guadalajara y Radio Metrópoli, en Guadalajara.

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