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Editorial Almadía está ante el mayor desafío de su historia: Guillermo Quijas

La esperada recuperación del mercado editorial mexicano no se ha dado todavía y no se asoma próxima. El sello editorial enfrenta devoluciones, altos precios y ganancias mínimas. Al mismo tiempo, asume los riesgos de una expansión a España y Argentina como alternativa ante la baja de ventas en México.

Guillermo Quijas, fundador y director de Almadía. Foto EE: Ricardo Quiroga

Guillermo Quijas, fundador y director de Almadía. Foto EE: Ricardo Quiroga

De Oaxaca para Hispanoamérica, la editorial Almadía, fundada en 2005 por Guillermo Quijas Corzo y Vania Reséndiz, vive quizás el momento más definitorio de sus 17 años de existencia en un terreno de mercado a la segunda mitad del año que para esta altura se antojaba de plena recuperación, pero que ha planteado para editores y libreros otra serie de sinuosidades.

Los últimos tres años para la editorial, apunta Quijas en entrevista desde la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), han sido muy contrastantes. Por un lado, Almadía formalizó su expansión con la apertura de una oficina en España, que incluye la propia mudanza de su director al país ibérico, y ya trabaja para establecer otra matriz en Argentina. El objetivo, explica, es focalizar los esfuerzos de posicionamiento de sus títulos según el perfil de cada mercado.

El reto más importante y la mayor dificultad para la editorial ahorita es lograr que los lanzamientos en México, en España y Argentina funcionen bien en términos promocionales, que tengamos la capacidad de echar a andar estrategias de promoción y difusión en los tres países, que los libros conecten con los lectores”.

Por otro lado, contrario a lo que se esperaba, el mercado editorial no está dando las señales deseadas de estabilidad.

“Parecía que el negocio iba en una perspectiva de recuperación, pero en estos últimos seis meses no se siente tan clara. Las librerías han empezado a pedir menos ejemplares y han hecho devoluciones importantes, se ha perdido la comunicación con algunas porque parece ser que están muy enfocadas en vender los libros que comercialmente funcionan mejor”, traza el empresario editorial.

—¿Cómo maniobra Almadía en la inestabilidad de los precios?

—“Vamos maniobrando como podemos. Siempre intentamos que la política interna sea establecer un precio lo más accesible posible, que esté por debajo del promedio. Pero lo que hemos visto en estos seis meses es que cuando establecemos esa política de precios, el margen de ganancia, vendiendo todos los títulos, es pequeñísimo e incluso hay pérdidas. Entonces, desde que estamos mandando a imprimir sabemos que cierto título no nos va ayudar a generar más recursos para seguir imprimiendo. Han sido decisiones muy complejas, porque en algunos casos hemos tenido que subir el precio unitario de los libros, con todo lo que implica, y seguramente provoca que no se terminen de vender del todo”.

Es un círculo vicioso en la cadena productiva del libro, no un dilema exclusivo de Almadía. El aumento de costos en la proveeduría obligó al incremento del precio unitario del libro y esto condujo, entre otras razones, a que se venda menos y haya más devoluciones. Si hay devoluciones, se reducen los tirajes y esto, de nueva cuenta, encarece el costo de producción por unidad.

La estrategia inmediata

“Yo veo dos alternativas. En la medida en que la mayoría de los títulos que publicamos puedan salir en México y en España, eso tiene que ayudar a equilibrar los costos, porque el libro cuesta menos, digamos, si lo impulsamos en dos mercados: la promoción de un libro en un país puede ayudar al otro. Eso debería generar menores costos y más ventas”.

La segunda alternativa, prioriza, es diversificar la fuente de los recursos: “tenemos que buscar más coediciones, más ventas especiales, más ferias y acuerdos con librerías. Es decir, la situación nos obliga a duplicar el esfuerzo comercial y promocional, pero es la única respuesta inmediata, en lo que se estabilizan las cosas”.

Se le pregunta si se puede estimar un plazo de estabilización. “No sabemos cuándo esto se vaya a equilibrar y no creo que sea tan rápido. Yo creo que seguirá el año que viene, y así vamos a planear, pensando en que los costos van a estar altos y que incluso pueden incrementar más en algún punto”.

Mantener a una editorial es mantener aceitada una maquinaria, mantenerla visible sin generar un desequilibrio, más aún en momentos como este. “Es sumamente importante la periodicidad, el lanzamiento sistemático de novedades y la presencia en las ferias, porque, de otra manera, la curva va a ir cayendo (…) este año no pudimos ir a todas las ferias que quisimos. A Monterrey no pudimos ir, fue impagable para nosotros, y a duras penas nos está alcanzado para pagar Guadalajara. Pero son ferias en las que hay que participar y hay que encontrar la manera de pagar en plazos, que es lo que estamos haciendo todas las editoriales”.

—¿Dirías que Almadía y la cadena se mantienen en un estado crítico?

—“No diría que es el estado crítico del 2020, porque el nivel de incertidumbre era absoluto. Diría que estamos en un momento, más que crítico, del mayor reto que la editorial ha tenido en su vida”.

Un mejor negocio

La relación de Almadía con las librerías independientes se ha reforzado desde 2021, explica Quijas: se han mejorado los descuentos y plazos para las devoluciones. Esto ha favorecido para que las librerías de barrio representen hoy hasta un 20% de la facturación de Almadía, cuando antes del viraje del mercado obligado por la pandemia la facturación para este sello desde las librerías independientes era menor al 10 por ciento.

En cifras

  • 12  novedades al año publicadas Almadía en México.
  • 7  libros publicados en España este año.
  • 2  libros impresos en Argentina.
  • 20%, la facturación de Almadía en librerías independientes.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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