El Frente Amplio, ¿opción verosímil?

Ante la catastrófica situación nacional, diversos partidos y personalidades han anunciado la creación de un Frente Amplio Democrático (u Opositor) como opción para transformar al país. La propuesta sería loable y plausible si, en efecto, un grupo ciudadano plural la impulsara. La composición de la alianza que busca crear un nuevo proyecto de nación para salvarla de las garras del PRI o Morena (según se vea), sugiere; sin embargo, más una unión de conveniencia, por el poder, que el súbito descubrimiento de elevados objetivos comunes.

De entrada, el calificativo ciudadano que algunos le dan contrasta con la realidad de los dos partidos que lo compondrían, alejados de la ciudadanía y sordos a sus demandas desde hace tiempo. La compañía de algunos integrantes independientes o no de la sociedad civil no basta para acercarle a ésta. Más allá del nombre, la distancia entre las propuestas básicas de PAN y PRD (y Movimiento Ciudadano, si acaba por unirse) en asuntos primordiales, invita a plantear(se) al menos algunas preguntas que el emergente Frente Amplio (FA) y todos los partidos, deberían definir para el 2018.

Ya en este diario se han publicado algunas reflexiones acerca del Frente y la cultura, tema que merece más atención que la que los partidos suelen darle. Sin duda, las funciones de la Secretaría de Cultura en cualquier futuro gobierno deben responder a las necesidades de un país plural y desigual, inmerso en la violencia y la corrupción. No es seguro que la ciudadanía ligada al Frente logre transformar un sector que los partidos suelen menospreciar o subordinar

Hay otras áreas en que imaginar un acuerdo benéfico para la ciudadanía, no para México en abstracto, es aún más espinoso. Pensemos en lo que algunos llaman asuntos ideológicos postergables, que en los hechos atañen a libertades y derechos humanos. ¿Qué propondrá el Frente en términos de educación, por ejemplo? ¿Impulsará la igualdad y la inclusión como política de Estado? ¿Qué hará con el artículo tercero constitucional?

¿Qué defenderán los frentistas si ganan? ¿La educación gratuita y laica que sostiene el PRD o la apertura a la educación religiosa a la que ha aspirado el PAN? Su futura Secretaria de Educación ¿impulsará la educación sexual científica y laica en las escuelas para contribuir a prevenir el embarazo adolescente, el abuso sexual y frenar la homofobia o quemará los libros de texto que tratan un poco el tema y promoverá la abstención (y la ignorancia), por más fracasada que sea esta estrategia ?

¿Qué relación tendrá su Secretaría de Gobernación con Iglesias y grupos conservadores que alientan fobias y odios contra mujeres y personas diversas en nombre de la Familia ? ¿Será tan omisa como la actual ante la participación política del clero en manifestaciones y comicios? ¿Promoverá relaciones más cordiales con estas fuerzas en nombre de la libertad religiosa que ha defendido el PAN? ¿O defenderá el Estado Laico, al que todavía apela el PRD en su plataforma 2012-2018?

¿Qué leyes propondrán y aprobarán las y los representantes del Frente en el Congreso? ¿La reforma a la Constitución federal para incluir el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural , con que sueña el PAN desde hace una década? ¿O la despenalización del aborto en todo el país? ¿Será el PRD congruente con su ideario o actuará con pragmatismo , como lo han hecho diversos congresistas estatales? ¿Qué le ofrecerá el FA a la comunidad LGBTTI? ¿El repudio al estilo Frente por la Familia?, ¿La aparente indiferencia de cierto PAN o el rechazo yunquista?, ¿El discurso de género y diversidad del PRD?, ¿El respaldo verbal sin consecuencias al estilo EPN-PRI?, ¿O avances concretos en alianza con organizaciones progresistas?

Éstas son algunas de las cuestiones básicas que el anunciado Frente debe definir primero. No son meras diferencias ideológicas . Se trata de posiciones éticas ante los derechos humanos, que inciden en el ejercicio de las libertades, en la calidad de vida de todos.