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El Sir Winston Churchill’s, tradición culinaria que se esfuma
La emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19 actual ha orillado a miles de empresarios restauranteros a encontrarse ante la disyuntiva de cerrar temporalmente o incluso definitivamente.
Este mes de mayo, el restaurante Sir Winston Churchill’s, uno de los restaurantes de lujo de la zona Polanco ha decidido cerrar sus puertas tras 48 años de permanencia en la Ciudad de México, tras la muerte de su fundador Rey Fernández, la caída de las ventas en más del 90% y los altos egresos del pago de nómina.
Y es que el Churchill’s está ubicado en una mansión estilo Tudor inglés, rodeada de hermosos jardines y situada en Boulevard Manuel Ávila Camacho #67. El menú reflejaba la cocina tradicional de la vieja Inglaterra junto con la sazón de México, sus frutas exóticas y mariscos frescos.
Algunos de los platillos favoritos de sus clientes frecuentes: El Roast Beef horneado en la forma clásica, servido con Yorkshire Pudding y salsa de raíz fuerte. Además de la Espada de Camarones, el Filete Wellington. Mientras que, los entremeses favoritos: Escalopas de Abulón, Paté de Salmón y Trucha ahumados.
Según un estudio de Konfío, los restaurantes mexicanos están experimentando una auténtica “tragedia” pues por cada día que pasa de la cuarentena que ha guardado a millones de mexicanos para evitar la propagación del coronavirus, los cierres comienzan a darse en todo tipo de restaurantes (sin importar su antigüedad o tradición).
La industria restaurantera en nuestro país y en el mundo vive una situación muy delicada derivada de la pandemia provocada por el Covid-19, que ya suma más de 5,000 fallecimientos. En este momento el objetivo es la preservación de la vida humana que han ayudado a la contención del coronavirus, pero que han ocasionado graves estragos económicos derivado del distanciamiento social.
“Tras correr un análisis de la mediana de caída en ventas mes contra mes, encontramos que teniendo en cuenta el porcentaje promedio de pérdidas que ha tenido el sector, hay una prevalencia de decrecimiento del -60%”, según el estudio de Konfío.
Oportunidades
Sin duda, la emergencia sanitaria actual ha orillado a miles de empresarios restauranteros a encontrarse ante la disyuntiva de cerrar temporalmente o incluso definitivamente. Sin embargo, esta época de crisis también puede verse como un momento de oportunidad, no solo para la sobrevivencia, sino para un cambio definitivo en los modelos tradicionales.
Konfío recomienda a los empresarios desarrollar estrategias que ayuden a planificar sus acciones en el corto y mediano plazo, contemplando en todo momento la liquidez del negocio.
“Una de las principales dudas de los pequeños empresarios en estos momentos es la viabilidad de un financiamiento durante momentos de crisis. Hay que tener en cuenta que el objetivo actual no debe ser tanto el crecimiento, sino la protección del negocio y operatividad, algo que solo se logrará con liquidez”, señaló el equipo de Konfío.
Explican que los créditos empresariales, un elemento que debe ser visto no como deuda, sino como herramienta de liquidez. Una vez que se entiende eso, solo queda comprender que la necesidad de dinero debe estar acompañada de una buena planeación y objetivos.
“Hoy en día ya no es necesario esperar al rescate del sector público o los largos procesos de la banca tradicional; el mercado financiero en México ha ido expandiéndose de manera importante, algo que ha permitido al usuario tener más opciones de dónde escoger (siempre analizando y comprobando cada opción)”.
Algunos restaurantes han comenzado a ofrecer bonos gastronómicos para apoyar a su liquidez actual. O bien han decido convertirse en Dark Kitchen, lo que implica la desaparición temporal de mesas y sillas. Básicamente el negocio termina dedicándose a la elaboración de comida y al envío a domicilio por medio de plataformas de delivery, para poder satisfacer la demanda.
La realidad es que muchos restaurantes la están pasando muy mal, si te es posible, ayúdales, consumiendo a través de plataformas o adquiriendo algún bono gastronómico.
patricia.ortega@eleconomista.mx
kg