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Arte e Ideas

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El amor, la pintura y la literatura se funden en la historia de Joy Laville y Jorge Ibargüengoitia

El Museo de Arte e Historia de Guanajuato, en León, inauguró la exposición “Joy Laville  y Jorge Ibargüengoitia. Una historia de amor”, sobre la idílica relación de estos dos artistas que “el éxito no destruyó”, justo para conmemorar el centenario del natalicio de Laville y los 40 años del deceso de Ibargüengoitia. La muestra reúne más de 100 piezas entre pinturas, dibujos, fotografías, portadas de libros, guiones y documentos que testimonian la relación entre ambos artistas.

La historia de amor que construyeron Joy Laville y Jorge Ibargüengoitia desde 1963 y hasta la abrupta muerte del escritor guanajuatense, en 1983, tras la caída cerca de Madrid del avión en que viajaba, será contaba por primera vez en la a través de la exposición Joy Laville & Jorge Ibargüengoitia. Una historia de amor, que se inauguró la noche de este miércoles en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato, en León, para conmemorar el centenario del nacimiento de Laville, 40 años de la desaparición de Ibargüengoitia y el 15° aniversario del recinto museístico.

Previamente, El Economista conversa con Patricia Torres, directora de la Galería de Arte Mexicano (GAM), depositaria de la obra de Joy Laville por decisión de su hijo, Trevor Rowe, y que es pieza fundamental en este proyecto expositivo, coordinado por Cristina Faesler, bajo la curaduría de Jorge F. Hernández, por la parte literaria, y José Valtierra, de la obra plástica.

Torres explica que la relación de la GAM con Joy Laville “es de toda la vida”, data de 1967, cuando presentó su primera exposición en la galería, invitada por Inés Amor, y señala que “es un privilegio  y una responsabilidad tener la obra de la destacada artista para poderla prestar y presentar en exposiciones”, como es el caso de esta muestra donde se unen literatura, pintura, escultura, fotografía y algunas cartas para dar testimonio de una relación amorosa que superó los obstáculos del éxito y la fama.

“Todos los que hemos leído un libro de Jorge Ibargüengoitia tenemos en la parte de atrás de nuestra cabeza las imágenes de Joy Laville, unos dibujos en colores pastel, y nunca se nos olvidan”, dice Patricia.

De allí que la muestra presenta la obra artística de Laville unida a la obra literaria de Ibargüengoitia. “La exposición tiene varios núcleos, uno, por supuesto, dedicado a la literatura, otro dedicado a la pintura de Joy y otra más a lo que tienen en común, que son sus recuerdos personales”.

Detalla que en esta exposición se exhibirán por primera vez todas las acuarelas originales que aparecieron en las portadas de los libros del escritor y dramaturgo guanajuatense, y aparte se mostrarán también los dibujos interiores de algunas de las obras.

Se admiraban mutuamente

Patricia Torres revela que “la parte clave de esta pareja es la admiración mutua; muchas veces escuchamos historias de parejas de artistas plásticos donde hay celos y hasta pugnas, pero en el caso de Joy y Jorge fueron siempre muy respetuosos de sus espacios de creación, de sus tiempos de producción, y de su obra”.

“Jorge siempre fue un admirador de la obra de Joy, y ella también admiraba a Jorge y siempre le pedía su opinión respecto a lo que pintaba, y así, de manera natural, a partir de unos dibujitos que Joy hizo para “Los relámpagos de agosto” se dio esta colaboración, a manera de convivencia”, agrega.

Es sabido que en la obra de Joy Laville, los aviones son un leitmotiv asociado al accidente aéreo donde Ibargüengoitia pierde la vida, en 1983. Conocedora de toda la obra de la artista, Torres precisa que previo al fatídico suceso, Joy pinta un cuadro que se llamará “La anunciación”, donde aparece el primer avión en su obra, “como una premonición” –dice–, “y ya luego lo repetiría muchas veces, en óleo, en acuarela, en gráfica”.

Esta pintura se exhibe en esta exposición que reúne más de 100 obras de la artista de origen británico entre óleos, acuarelas, obra gráfica, dibujos y pequeñas tintas.

Una pareja exitosa

José Valtierra, co-curador de la exposición, refiere que el proyecto se fraguó durante dos años desde Editorial Diamantina, hasta conseguir un guion curatorial que presentara “no la historia de Joy Laville, ni la de Jorge Ibargüengoitia, sino la historia de la pareja”.

“Ambos tuvieron carreras exitosas por su cuenta, pero ellos son el ejemplo de una pareja exitosa y de que el éxito no los destruyó; por el contrario, los hizo más fuertes porque supieron compaginar lo personal con lo profesional, y eso no sucede mucho en el mundo del arte, cuando uno triunfa, el otro se siente opacado y cuando los dos triunfan, se separan porque cada uno busca su propio camino”, dice Valtierra.

Y añade: “con Joy y Jorge no sucedió así, ellos se amaban y se respetaban, sobre todo. Cuando Jorge conoce a Joy en San Miguel de Allende, en la Librería El Colibrí, Jorge ve talento en ella, se dedica a impulsarla y se convierte en su primer agente”.

Valtierra detalla que, además de la obra pictórica y gráfica,  la exposición presenta “un acervo documental que contextualiza la vida y la relación de ambos personajes”, por ejemplo,  una serie de textos de Jorge dirigidos a Joy, como cartas, poemas, narrativa –como el famoso texto que Jorge escribió para la muestra de Laville en la GAM en 1967: “Desde hace un año vivo con una mujer lila”–, las 30 obras que Joy hizo para las portadas de los libros de Jorge –destaca entre ellas la de “Las muertas”–; también se presentan columnas periodísticas publicadas en Excélsior; dos guiones originales de novelas que fueron llevadas al cine, con sus respectivos carteles, y fragmentos de las cintas presentados en video; el público podrá ver también dos manuscritos originales –uno de ellos de “Los pasos de López”– los pasaportes de Joy  y “algunas cartas fantásticas del archivo de Ángela Gurría”.

El curador precisa que la muestra está planteada más que en núcleos temáticos, en momentos: “el primer momento son ellos por separado, hay una línea cronológica de ambos; luego, el encuentro en San Miguel de Allende; después cuando ya se van a vivir juntos a Coyoacán, luego la boda en Cuautla  –se casan diez años después de que se conocen–; después viene la estancia en París, que es una etapa muy representativa de la pareja; y luego el ‘Duelo’, que es una de las secciones más emotivas de la exposición, porque a raíz de la muerte de Jorge, Joy pasa por distintos momentos, primero por la tristeza, y esa tristeza la lleva a perder el color en su obra, empieza a hacer todo en blanco y negro, casi todo 1984 no hay color en su trabajo”.

“Ella cuenta en sus cartas que además está muy confundida, no sabe qué hacer, si se queda en París, si se va Londres, donde tiene familia, o si se regresa a México; y al final decide venirse a México porque aquí tiene una red de amigos que no tiene en ningún otro lado”, refiere Valtierra.

La exposición cierra con la etapa de resurgimiento de Joy y sus colores. “Ya pasó por la tristeza, el enojo, la nostalgia, y llegó la asimilación de la muerte de Jorge, donde ya va a quedarse con esa parte bonita, amorosa, alegre, con la que vivió”, concluye.

Jorge en Joy, en Joy, Jorge

Joy Laville (1923–2018), de origen inglés y radicada en Canadá, llegó a establecerse en San Miguel de Allende, Guanajuato en 1956 e ingresa al Instituto Allende para aprender a pintar, al tiempo que trabaja en la Librería El Colibrí, donde conoció al escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia (1928–1983), en 1963. En esos años se mudan ambos a Coyoacán, contraen matrimonio en 1973, y hacia finales de la década deciden establecerse en París. Jorge Ibargüengoitia muere en 1983 y Joy Laville decide regresar y establecerse en México. En 1986 obtiene la nacionalidad mexicana y en 2012 el gobierno de la República le otorga el Premio Nacional de Ciencias y Artes y la Medalla Bellas Artes. Muere en su casa de Cuernavaca el 13 de abril de 2018, a los 94 años.

Joy Laville y Jorge Ibargüengoitia. Una historia de amor

  • Museo de Arte e Historia de Guanajuato.
  • Sala Luis García Guerrero
  • Calzada de los Héroes 908, León, Guanajuato
  • Del 19 de septiembre de 2024 al 16 de febrero de 2025
  • Entrada gratuita


Ambos tuvieron carreras exitosas por su cuenta, pero ellos son el ejemplo de una pareja exitosa y de que el éxito no los destruyó; por el contrario, los hizo más fuertes porque supieron compaginar lo personal con lo profesional, y eso no sucede mucho en el mundo del arte”.

José Valtierra, curador.

francisco.deanda@eleconomista.mx

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Editor de Arte, Ideas y Gente en El Economista. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Filosofía Social, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Especialista en temas de arqueología, antropología, patrimonio cultural, religiones y responsabilidad social. Colaboró anteriormente en Público-Milenio, Radio Universidad de Guadalajara y Radio Metrópoli, en Guadalajara.

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