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El calor extremo será mucho más frecuente si no frenamos el uso de combustibles fósiles

La ola de calor de 2024 llegó a principios de la temporada de verano, en un año caracterizado por un invierno más frío asociado con El Niño, ahora el calor extremo golpea zonas con alta densidad de población y alta vulnerabilidad, aumentando el impacto del calor, el pasado mayo rompió registros históricos, revela estudio del WWA.

El cambio climático está haciendo que las olas de calor extremo que hemos tenido en mayo y junio sean mucho más frecuentes. De acuerdo con un análisis de atribución realizado por científicos del World Weather Attribution (WWA), las temperaturas máximas como las registradas en Norteamérica y Centroamérica son 35 veces más probables que en la época preindustrial. Explican también que el efecto del cambio climático en las temperaturas nocturnas es aún mayor, ya que el análisis muestra un aumento de 200 veces debido al calentamiento global.

Todo esto provocado por la quema de petróleo, carbón y gas, además de otras actividades humanas como la deforestación, esto está haciendo que las olas de calor sean más frecuentes, largas y calurosas en todo el mundo, explicaron los especialistas.

Para cuantificar el efecto del calentamiento en las temperaturas extremas de América del Norte y América Central, los científicos analizaron datos meteorológicos y modelos climáticos para comparar cómo han cambiado este tipo de fenómenos entre el clima actual, con aproximadamente 1.2ºC de calentamiento global, y el clima más frío de la era preindustrial.

Contexto

El estudio “Calor extremo mata a más de 100 personas en México; más caliente y mucho más probable por el cambio climático” explica que mayo fue catalogado como el mes más cálido en registros históricos de acuerdo con la información de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). La Península de Yucatán, por ejemplo, experimentó nuevos récords de máxima con 44.7°C y un índice de calor de 52.1°C el 17 de mayo. Desde entonces algunas partes del país como el centro y sureste han mejorado las temperaturas debido a la temporada de lluvias, pero no ocurre lo mismo con la parte norte del país; todavía el 13 de junio se alcanzó una temperatura máxima de 51.9 grados centígrados.

La ola de calor de 2024 llegó a principios de la temporada de verano, en un año caracterizado por un invierno más frío asociado con El Niño, ahora el calor extremo golpea zonas con alta densidad de población y alta vulnerabilidad, aumentando el impacto del calor. Además, los impactos han sido exacerbados por los incendios forestales que han devastado grandes extensiones de tierra, especialmente en Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador, esto ha provocado contaminación del aire y problemas de salud.

En México, las condiciones de sequía existentes han agravado aún más la situación, al impedir la dispersión de partículas contaminantes, así como la disminución en la disponibilidad de agua, lo que afecta la generación de energía hidroeléctrica y el suministro de electricidad.

Por si esto fuera poco, el calor extremo aumenta el riesgo de dengue, hoy América Latina y El Caribe se enfrenta al peor brote de su historia con 3.5 millones de personas infectadas y más de mil muertes.

México vivió una de las olas de calor más mortíferas el año pasado con 421 muertes, 10 veces más que en 2022 y 47 veces más que en 2013, según números oficiales. Este año, el balance hasta el momento es de 125 muertos asociados a la ola de calor y 2 mil 308 afectados por un golpe de calor. También se han registrado 5 mil 837 incendios forestales, trayendo consecuencias terribles como las observadas en los monos aulladores que han caído al suelo sin vida.

Más sobre el estudio

Según el análisis, gran parte de este cambio se ha producido en los últimos años. Por ejemplo, en el año 2000, se esperaba que un calor similar en mayo-junio se produjera una vez cada 60 años, aproximadamente una vez en la vida. En la actualidad, con un calentamiento adicional de 0.5 °C desde el cambio de milenio, se produce aproximadamente una vez cada 15 años.

Los especialistas advierten que, si el ser humano sigue llenando la atmósfera con emisiones de combustibles fósiles, se producirán periodos de calor similares incluso con más frecuencia. El calor extremo impone cada vez mayores retos, “mientras los humanos llenen la atmósfera con emisiones de combustibles fósiles, el calor solo empeorará. Las personas vulnerables seguirán muriendo y el costo de vida seguirá aumentando”, dijo Izidine Pinto, investigadora del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos.

Por su parte, Friederike Otto, profesora titular de ciencia del clima en el Instituto Grantham del Imperial College London, “conocemos los peligros del cambio climático al menos desde la década de 1970, pero gracias a los políticos cobardes, que ceden una y otra vez al lobby de los combustibles fósiles, el mundo continúa quemando enormes cantidades de petróleo, gas y carbón. Como era de esperar, las olas de calor se están volviendo más mortíferas. Desde 2000, en sólo 24 años, las olas de calor de junio en el norte y las temperaturas en la zona central son 0.8°C más altas, exponiendo a millones de personas más a un calor peligroso”.

El cambio climático ya está afectando la salud y es fundamental que preparemos a nuestras comunidades y hospitales, se trata de construir sistemas más resilientes, dijo Catharina Giudice del Harvard C-CHANGE y FXB Center. “El calor extremo aumenta las tasas de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y renales y amenaza la estabilidad de la red eléctrica, impactando a comunidades e instalaciones de atención médica. Nuestra primera prioridad tiene que ser una transición rápida y justa que nos aleje de una economía de combustibles fósiles”, recalca.

Para el grupo de científicos la conclusión es que aún no es demasiado tarde para evitar que el cambio climático empeore. “Sabemos lo que tenemos que hacer y cómo: Detener la quema de combustibles fósiles lo más rápido posible y combatir la desigualdad”.

Sobre el World Weather Attribution

El WWA es una colaboración internacional que analiza y comunica la posible influencia del cambio climático en fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas, lluvias, olas de calor y sequías. El grupo ha completado más de 70 estudios sobre una variedad de fenómenos meteorológicos extremos alrededor del mundo utilizando métodos revisados por pares.

Ahora el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático incluyó la investigación del World Weather Attribution para proporcionar evidencia de que el cambio climático causado por el hombre ya está intensificando los extremos climáticos en todas las regiones del mundo.

nelly.toche@eleconomista.mx

Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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