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El cannabis no es mejor que un placebo para tratar el dolor

Foto: Shutterstock

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El cannabis es una de las drogas más consumidas del mundo. Aunque sólo hay unos pocos países en los que es legal para uso recreativo, muchos más han legalizado su consumo por razones médicas.

Reducir el dolor es una de las razones más comunes por las que la gente dice consumir cannabis medicinal. Según una encuesta nacional estadounidense, al 17 % de los encuestados que habían declarado haber consumido cannabis en el último año se les había recetado cannabis medicinal. En lo que respecta a la automedicación, las cifras son aún más elevadas: se calcula que entre el 17 y el 30 % de los adultos de Norteamérica, Europa y Australia afirman consumirlo para controlar el dolor.

Aunque el cannabis (y los productos derivados del cannabis, como el CBD) puede utilizarse ampliamente para reducir el dolor, aún no está clara su eficacia real. Esto es lo que pretendía descubrir nuestra reciente revisión sistemática y metaanálisis. Nuestro estudio, publicado en el Journal of the American Medical Association, sugiere que el cannabis no es mejor para aliviar el dolor que un placebo.

Para realizar nuestro estudio, analizamos los resultados de ensayos controlados aleatorios en los que se comparó el cannabis con un placebo para el tratamiento del dolor clínico. Se incluyeron específicamente estudios que comparaban el cambio en la intensidad del dolor antes y después del tratamiento. En total, se analizaron 20 estudios en los que participaron casi 1.500 personas.

Los estudios que incluimos analizaron una variedad de dolencias diferentes (como el dolor neuropático, causado por daños en los nervios, y la esclerosis múltiple) y tipos de productos de cannabis, incluidos el THC, el CBD y el cannabis sintético (como la nabilona). Estos tratamientos se administraron de diversas formas, como pastillas, aerosoles, aceites y fumados.

La mayoría de los participantes en el estudio eran mujeres (62 %) y tenían entre 33 y 62 años. Gran parte de los estudios se realizaron en Estados Unidos, Reino Unido o Canadá, aunque también se incluyeron análisis de Brasil, Bélgica, Alemania, Francia, Países Bajos, Israel, República Checa y España.

El metaanálisis mostró que el dolor se calificó como significativamente menos intenso tras el tratamiento con placebo, con un efecto de moderado a grande dependiendo de cada persona. Nuestro equipo tampoco observó diferencias significativas entre el cannabis y el placebo para reducir el dolor.

Esto corrobora los resultados de otro metaanálisis de 2021 que descubrió que los estudios de mayor calidad con mejores procedimientos de cegamiento (en los que tanto los participantes como los investigadores desconocen quién está recibiendo la sustancia activa) tenían, en realidad, respuestas más altas al placebo. Esto sugiere que algunos ensayos de cannabis controlados con placebo no garantizan un cegamiento correcto, lo que puede haber llevado a una sobrestimación de la eficacia del cannabis medicinal.

Nuestro estudio también reveló que muchos participantes pueden distinguir entre un placebo y el cannabis activo, a pesar de tener el mismo olor, sabor y apariencia. Si son conscientes de que están recibiendo o no cannabinoides, es más probable que proporcionen una evaluación sesgada de la eficacia de la intervención. Por tanto, para garantizar que los investigadores observan el efecto real del cannabis, los participantes no pueden saber lo que reciben.

Cobertura mediática

Nuestro estudio también examinó la forma en que los medios de comunicación y las revistas académicas cubrían los estudios para ver si estaba relacionada con el efecto terapéutico que los participantes declaraban. Hicimos esto porque la investigación ha demostrado que la cobertura mediática y la información en Internet pueden afectar a las expectativas que una persona tiene de un tratamiento.

La presencia en los medios se midió a través de Altmetric, que es un método para evaluar las menciones de un estudio en los medios de comunicación, blogs y redes sociales. El impacto académico se midió en términos de citas por parte de otros investigadores. Encontramos un total de 136 noticias en medios de comunicación y blogs.

Clasificamos la cobertura como positiva, negativa o neutra en función de cómo se presentaban los resultados relativos a la eficacia del cannabis para tratar el dolor. La inmensa mayoría de las noticias indicaban que el cannabis tenía un efecto positivo en el tratamiento del dolor. Esto significa que la cobertura mediática del cannabis tiende a ser positiva, independientemente de los resultados reales del estudio.

Existen numerosos ejemplos de la relación entre expectativas de tratamiento y respuestas placebo. Si una persona cree que experimentará alivio de su dolor utilizando un determinado producto o tratamiento, esto puede cambiar la forma en que acaba percibiendo las señales de dolor entrantes, haciéndole creer que su dolor es menos intenso. Pruebas recientes sugieren que el efecto placebo puede funcionar incluso si se nos presentan pruebas que contradicen nuestras expectativas iniciales.

No podemos afirmar con un 100 % de certeza que la cobertura mediática sea responsable de la elevada respuesta placebo observada en nuestra revisión. Pero dado que los placebos demostraron ser tan buenos como el cannabis para tratar el dolor, nuestros resultados muestran lo importante que es pensar en el efecto placebo y en cómo puede verse influido por factores externos, como la cobertura mediática. En el caso de tratamientos como los cannabinoides, que reciben mucha atención mediática, debemos ser más rigurosos en nuestros ensayos clínicos.

Filip Gedin, Postdoctoral Researcher, Pain Neuroimaging Lab, Karolinska Institutet

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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