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El club de las divorciadas hollywoodenses

Tal vez es envidia, o no soportan que ellas sean más exitosas, pero un hecho cierto es que varias actrices de EU han pagado una fuerte factura en el amor a consecuencia de su gran éxito.

Tal vez es envidia, o no soportan que ellas sean más exitosas, pero un hecho cierto es que la maldición de ganar un Oscar persigue a varias actrices de Hollywood que luego de obtener este reconocimiento han visto opacadas sus relaciones amorosas.

Tras recibir su Oscar y referirse a él en su discurso de 1997 como el mejor hombre que ha conocido, Helen Hunt terminó su matrimonio con el también actor Hank Azaria después de haber obtenido el premio. Lo mismo sucedió con Gwyneth Paltrow en 1998 que sólo dos meses después del evento, donde le agradeció a su supuesto amigo Ben Affleck, la relación terminó.

En el año 2000 Julia Roberts, pese a no estar casada, y a menos de un año de haber recibido el premio, rompió su relación de cuatro años con actor Benjamin Bratt.

Un año después, esta epidemia de rompimientos afectó a Halle Berry, que a los 18 meses de haber sido la mejor actriz de Hollywood, ganó un Oscar pero perdió a Eric Benet.

Tras ser reconocida en el 2003 como la mejor actriz por la película Monster, Charlize Theron terminó con el actor irlandés Stuart Townsend tras nueve años de noviazgo.

"Chad, tu eres mi todo. Gracias por tu apoyo. Significa el mundo" fueron las palabras de Hilary Swank al referirse a Chad Lowe tras recibir la presea dorada en el 2004, palabras que se llevó el viento en menos de un año, cuando finalizó su historia de amor.

Reese Witherspoon en el 2005 y Kate Winslet en el 2008, son otras grandes estrellas que vieron turbada su felicidad tras convertirse en las mejores actrices para La Academia, contagiando lo que podríamos llamar un efecto dominó a miss simpatía (Sandra Bullock) la más reciente ganadora del Oscar, que se vio envuelta en la infidelidad de su esposo Jesse James con la modelo de tatuajes Michelle McGee.

Por lo que casualidad o no, esto demuestra que el peso de la fama puede ser demasiado costoso para el amor.

RDS

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