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Arte e Ideas

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El concepto de perspectiva género es feminista, pero atañe a todos por igual

Lo que compete a los hombres es trabajar para erradicar la desigualdad, la violencia y la discriminación de género,  “esto lo tienen que hacer ellos generando sus espacios, sus acciones y después en colectivo, integrándose al trabajo con perspectiva de género”.

Claudia Pedraza Bucio, investigadora y docente de la Universidad La Salle. Foto EE: Cortesía

Claudia Pedraza Bucio, investigadora y docente de la Universidad La Salle. Foto EE: Cortesía

La perspectiva de género es un concepto que en pocos años ha resonado en la vida pública, sin embargo, para muchos aún no queda claro de qué se trata o cómo poder emplearlo en la vida real. A propósito del 8M, El Economista pudo platicar con la doctora Claudia Pedraza Bucio, especialista en el tema, investigadora y docente en la Universidad La Salle.  

Ella explica que de entrada el concepto de perspectiva género es feminista, pero atañe a todos por igual. Entonces, la perspectiva de género se trata de una metodología para analizar e incidir en la realidad, transformando las relaciones de poder que implica el orden de género. Es parte de concebir al género como un orden de relaciones sociales entre las personas y a partir de esas categorías de género; hombre, mujer o sexo genéricas ,se van clasificando, ordenando y estableciendo cómo debe funcionar el mundo.  

“Lo que ha dicho la teoría feminista es que en ese orden del mundo ha habido injusticia, desigualdad, discriminación y violencia hacia las mujeres”. En este sentido la perspectiva de género busca, primero, visibilizar cómo funcionan en ese orden de género, la discriminación, la violencia y la desigualdad. En segundo lugar, dar las herramientas y líneas de acción para poderlo transformar. 

Como metodología de transformación de la realidad lo que permite es dar cuenta de estas diferencias que existen entre la vida de los hombres y las mujeres, no solamente para describirlas, sino para poder transformar la realidad en busca de la no discriminación y la vida libre de violencia.  

Instrumentos prácticos 

La especialista asegura que estos conceptos, teorías y estudios que han surgido de los campos académicos del feminismo son flexibles y se pueden llevar a cualquier espacio donde no solamente las mujeres son las que tienen que adoptarlas, sino todas las personas que trabajan en cualquier espacio, sea educativo, periodístico, empresarial, del tipo que sea, se pueden implementar.  

En ese sentido una de las primeras cuestiones por las que pugna la perspectiva de género es que se tienen que generar capacitaciones para entender de qué estamos hablando. “Hay una idea muy equivocada en el imaginario de que la perspectiva de género es hablar de mujeres, pero esto no es así, se trata de develar cómo este orden social que nos dice qué es ser hombre, qué es ser mujer, incide en problemáticas como las que ya se mencionaron”.  

Dijo que a partir de capacitarnos, lo que se permite es ir integrando medidas en tres rubros: la igualdad, para que los derechos estén disponibles para todos, independientemente de su género. La equidad, para atender aquellas desigualdades específicas de las mujeres u hombres que requieren de acciones especiales, también llamadas acciones positivas, por ejemplo, las cuotas de género. Por último los diagnósticos de las situaciones en cada espacio, “para poder abonar a las medidas de equidad se necesita información y esta se tienen que generar desde las propias instituciones, saber las condiciones”.  

Después de las medidas estratégicas, otro gran rubro es trabajar siempre por la erradicación de las violencias en los espacios. “Para prevenir, se pueden establecer sanciones para atender los casos, además, de que se establezcan procesos de acompañamiento y reparación”.  

Aseguró que a nivel de marcos normativos, México tiene todas las herramientas para que se pueda implementar la perspectiva de género en todos los espacios. “A nivel internacional México ha firmado convenios y tratados que justamente establecen cuáles son las líneas de acción en estos temas”, por ejemplo la Convención Internacional de la Mujer, la plataforma de acción de Beijín y la convención de Belém do Pará, en América Latina. “En todos ellos se establece tal cual la línea de acción que se debe seguir dentro de los estados, gobiernos, para alcanzar las condiciones de igualdad, no discriminación y violencia”.  

Para Pedraza Bucio el término está claro, lo que falta es que desde la voluntad política de los espacios, llámese escuelas, empresas, medios de comunicación, instituciones, se incorporen estas perspectivas “porque se sigue creyendo que esto solamente es para hablar de mujeres y entonces que quien tiene que hacerlo son las mujeres en espacios acotados, cuando debería ser transversal, y para quienes están en la toma de decisiones”.  

La perspectiva de género dijo, opera sobre una dimensión del hacer y analizar la realidad, te brinda un gran marco de acción amplio, para que después desde todos los puntos de vista feministas y la especificidad, se puedan aplicar. “Hoy existen muchas perspectivas del feminismo que integran un gran movimiento diverso, donde se deben valorar estas diferencias que permiten dar cuenta de realidades que quizá desde un gran marco metodológico no basta”.  

Por último, la especialista dijo que lo que compete a los hombres, es trabajar para erradicar la desigualdad, la violencia y la discriminación de género,  “esto lo tienen que hacer ellos generando sus espacios, sus acciones y después en colectivo, integrándose al trabajo con perspectiva de género”. ¿Qué es lo que pide el feminismo? Qué los espacios feministas se respeten y que se generen otros donde se pueda trabajar en colectivo o con lo que a los hombres les compete, “estos temas también apelan a los hombres”.

nelly.toche@eleconomista.mx

kg

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