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Arte e Ideas

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El dramaturgo que creció en silencio

Wajdi Mouawad es hijo de varios traumas. Uno es el trauma del silencio. Otro, el de la guerra, el tercero el del exilio.

Un dramaturgo vive de la palabra. El teatro es acción, pero sobre todo es sonido. Las palabras, y los silencios, construyen una armonía en el escenario. Un dramaturgo es un compositor de palabras.

Por eso resulta conmovedor saber que Wajdi Mouawad (Beirut, Líbano, 1968), uno de los mejores dramaturgos contemporáneos, creció rodeado del silencio.

Mi familia no hablaba mucho , cuenta. No teníamos el reflejo natural de platicar y compartir así las cosas que nos sucedían. Simplemente no hablábamos .

Mouawad es hijo de varios traumas. Uno es el trauma del silencio. Otro, el de la guerra. Y el tercero es el del exilio.

Vivió la guerra civil de Líbano. Él y su familia tuvieron que huir a Francia, un país que no sólo no era el suyo, sino en el que sus padres eran doblemente mudos: no hablaban francés. Wajdi creció, dice él mismo, siendo cada vez más extranjero para sus padres.

Esa lejanía con lo que debería ser más íntimo, ese sentimiento de no pertenecer, vive en su obra. También el silencio: la protagonista de Incendios, obra clave en la carrera del autor, se aísla en el silencio. Un día decide dejar de hablar y eso lastima hasta el hueso a sus hijos.

Wajdi Mouawad visita México por primera vez. Es una visita corta, pero llena de actividades. Dará un taller en el Foro Shakespeare, la presentación de su novela Ánima, una clase magistral en el MUAC y un par de representaciones en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Gracias a la sensibilidad y buen ojo del director Hugo Arrevillaga, la obra de Mouawad llega prácticamente completa al público mexicano. Incendios fue un éxito sorprendente: personas tan distintas como la periodista Paty Chapoy y el actor Diego Luna salieron igualmente conmovidos por la obra.

A Incendios siguieron las otras obras de Mouawad que conforman el ciclo La sangre de las promesas: Cielos, Bosques y Litoral, así como la infantil Pacamambo. No es Mouawad un desconocido por estos lares, pero conocerlo a él es un descubrimiento.

Escritor por el acento

En la conferencia de prensa con la que inicia su visita, Mouawad aparece como un intelectual desmañado, cercano. Se toma su tiempo para contestar cada pregunta. Y sus respuestas están llenas de emoción.

Le preguntan por qué es escritor. La respuesta es divertida: por su acento. Mouawad se mudó a Quebec de joven y su sueño era ser actor de teatro. Pero resulta que el francés quebequense es tan distinto al francés de Francia que es casi un idioma distinto. Por su acento no obtenía ningún papel. Así que decidió que la única manera que tenía para hacer teatro era si escribía él mismo las obras que quería hacer. Voilà.

Sobre el teatro: El teatro es un encuentro de mortales. No se trata de vender ni de convencer a nadie, sino de compartir las cosas oscuras que a todos nos importan porque somos humanos .

Sobre la guerra: La guerra sólo provoca miseria. A mí la guerra no me hizo escritor, sino que soy escritor por los libros que leí. Sólo el arte llama al arte .

Sobre la juventud: ¡Los 20 años es la edad de los héroes! Cada vez que oigo a un veinteañero decir que no está listo para viajar, para trabajar, para tener hijos, siento que las sociedades occidentales hemos triunfado sobre la juventud. Hemos apagado a los jóvenes .

En el Teatro Esperanza Iris, Mouawad presentará su espectáculo unipersonal Seuls, adaptado en México como Ventanas por Arrevillaga y actuado por Arcelia Ramírez (Mouawad y Ramírez sostendrán una conversación sobre la obra en el Centro Universitario de Teatro).

Seuls nació de dos obras maestras: El regreso del hijo pródigo y El sacrificio de Isaac, dos piezas que ocupan una sola sala del Museo Hermitage en San Petersburgo. Vio ambas obras de Rembrandt y ante ese abismo sintió vértigo y ponderó su vida. Son dos padres y dos hijos , dice, y son dos encuentros entre la ley y el amor .

Me pregunté qué pasaría si yo fuera todos los personajes; si yo fuera al mismo tiempo Isaac y Abraham; el hijo pródigo y el padre... ¿Quién sería el ángel que vendría a evitar que yo me sacrificara a mí mismo? ¿Quién sería el padre que me perdonaría? .

Wajdi Mouawad creció en silencio, pero en su visita a México no se calla. Dice que ha leído todo lo que ha podido sobre el caso Ayotzinapa, que le parece terrorífico y traumático. Aunque dice que no conoce todo el contexto, sí dice con seguridad que los artistas deben hablar públicamente de asuntos como Ayotzinapa. Los artistas han de manifestarse públicamente y eso no tiene nada que ver con su obra, que viene de un lugar íntimo .

concepcion.moreno@eleconomista.mx

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