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Arte e Ideas

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El escándalo Wine Spectator

Columna Para Enófilos y Neófitos: Marco Miranda nos habla sobre el escándalo alrededor de la prestigiada revista de vinos Wine Spectator.

Wine Spectator, la segunda revista con más influencia en el mundo del vino, organiza, desde 1981, un certamen anual en el que premia aquellos restaurantes que, a su juicio, demuestran una dedicación al vino, a través de una cuidadosa selección de sus etiquetas y del respectivo maridaje con su carta de alimentos.

Los premios tienen tres niveles: el básico se denomina Award of Excellence (Premio de Excelencia), el intermedio, Best of Award of Excellence (Mejor Premio de Excelencia); y el más importante, Grand Award (Gran Premio).

Para aspirar a uno de estos premios, el restaurante debe enviar una solicitud a Wine Spectator, sus cartas de vinos y alimentos, y la suma de 250 USD. Si gana, al lugar se le proporciona una placa que puede exhibir a su clientela, además de que se le incluye en una lista de restaurantes que son amigables con el vino en el sitio web de WS.

En 2008, alrededor de 4,500 establecimientos solicitaron ser considerados, de los que 4,181 ganaron algún tipo de premio. El ingreso para WS, por lo tanto, fue de 1,125,000 USD.

Lo interesante es que el pasado año, ¡WS premió a un restaurante que no existe! Robin Goldstein, escritor y crítico de vinos, creó un sitio en Internet al que llamó Osteria L´Intrepido, junto con menú y carta de vinos, al que dio un domicilio y un número telefónico en Milán; y envió los documentos requeridos junto con su cuota.

Más aún, en la Lista de Reserva de la carta respectiva, incluyó vinos que WS había calificado con menos de 80 puntos y, en ciertos casos, criticado severamente en la nota de cata (aromas a aguarrás, taninos agresivos, etc.).

El objetivo de Goldstein al crear este engaño fue, en sus palabras, poner al descubierto la falta de bases para muchos de los premios que se otorgan a vinos y restaurantes .

Desde luego, el hecho causó revuelo en el mundo del vino, y WS publicó una extensa respuesta en su sitio web. En ella, el editor ejecutivo Thomas Matthews afirmó que habían llamado por teléfono varias veces a la Osteria, hallando por respuesta sólo una grabación; que WS no declara que visita a cada uno de los restaurantes premiados; que encontraron evidencia en Internet de la existencia del lugar (como resultados en búsquedas de Google y comentarios de comensales en el sitio Chowhound); y que 102 vinos, del total de 256 de la carta, sí habían merecido más de 80 puntos; y, por último, que esta trampa no deshonra los logros ni esfuerzos de todos los restaurantes reales que han ganado premios .

Por su parte, Goldstein respondió que nunca le dejaron mensaje alguno en el correo de voz de su teléfono milanés, ni tampoco le enviaron ningún correo-e; y que no fue sino hasta que la Osteria ganó el premio, que le llamaron y enviaron correos electrónicos para ofrecerle publicidad en el número de la revista en que aparecerían los restaurantes ganadores. Todo esto, antes de informarle el nivel del premio logrado.

¿Qué se puede concluir? Aparte de la acusación de que este concurso no es más que publicidad disfrazada, la primera respuesta evidente es el poder de las realidades virtuales; y una segunda, que WS continuará teniendo muchos seguidores, pero con una menor credibilidad general.

Si quiere conocer los detalles, vaya a:

http://osterialintrepido.wordpress.com

http://forums.winespectator.com/eve/forums/a/tpc/f/6826053161/m/835102245/p/1

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