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Arte e Ideas

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El mestizaje a través de los ojos de Pérez Reverte

A través de su libro "Ojos azules", el español recrea la "noche triste" inspirado en un cuadro del muralista Diego Rivera.

El escritor español Arturo Pérez-Reverte alabó la valentía de los conquistadores españoles y criticó a los actuales gobernantes de América Latina durante la presentación del libro "Ojos azules", ambientado en México.

El autor quiso ubicar el origen del mestizaje en México en su relato, que recrea el último día de los conquistadores en Tenochtitlan, una narración que se le ocurrió durante la contemplación de un cuadro de Diego Rivera.

"Un día, contemplando un cuadro de Rivera, me fijé en una india que cargaba un bebé con ojos azules, y pensé que ahí se explicaba muy bien el mestizaje. Eso quise hacer en el relato, reflejarlo de un modo seco, duro, breve y brutal", dijo Reverte.

Reverte convocó en exclusiva a los medios mexicanos para anunciar la edición formal de un relato escrito en 2000, prácticamente inédito, y que ahora rescató en edición de lujo Seix Barral, dentro de su colección "Unicos".

El escritor apuntó que en aquella "noche triste", "muere un mundo y nace otro, esa nueva América nace de la brutalidad, ya que es un episodio sangriento por ambas partes. Es el amanecer de un mundo nuevo, con lo bueno y lo malo", opinó.

El protagonista del relato es un soldado de ojos azules que deja en el vientre de una india la semilla de lo que será el mestizaje.

Ese hijo que él ha hecho sin querer simboliza en el relato la semilla de un mundo nuevo", explicó Reverte.

"Aunque es un relato corto, me costó mucho escribirlo, le di muchas vueltas. Hice el recorrido que hicieron los conquistadores, hasta llegar a Veracruz, e imaginé dónde estuvieron, dónde lucharon, dónde se pararon...", añadió.

El escritor relató cómo el cuadro de Velázquez, "Las lanzas", explica en cierto modo la focalización de sus obras, en las que quiere fijarse en esa gente anónima, "los que portan las lanzas, que no se ven, los que hacen la lucha en la sombra".

"En el relato muestro la soledad de ese soldado de Cortés, que es el que a mí me interesa. Es muy fácil ser héroe rodeado de gente que te aclama, lo difícil es serlo en soledad, cuando el único testigo es el coraje, el honor, el valor", aseguró.

En relación a Cortés, Reverte explicó cómo formó parte de ese colectivo de personas que cambian la historia. "Cortés era impresionante, lo leí todo sobre él, me fascina su capacidad para manejar a todos aquellos soldados brutos y ambiciosos".

Reverte insistió en que no se puede juzgar desde el presente, "aplicar los criterios de lo políticamente correcto a un mundo que no lo era. Es un problema que algunos historiadores juzguen hechos históricos con criterios morales", dijo.

"La gente se mueve por hambre, la historia de la humanidad la hace el hambre. En España había mucha miseria y América se presentaba como un mundo de oportunidad. Y había que ser muy valiente para embarcarse hacia un mundo desconocido", añadió.

"Debemos pensar en esos andaluces rudos que llegaron a América en busca de oro y mujeres, porque en España su realidad era terrible, y se encuentran con un mundo duro y áspero, y con los aztecas, que eran para echarles de comer aparte", afirmó.

Interrogado acerca de si España debería pedir perdón por la conquista, el escritor opinó que no, porque ya es "otra España". Nadie puede pedir perdón por la historia. La historia es la que es, y nadie puede cambiarla".

Para suscribirlo, Reverte relató una anécdota en la que un mexicano, en cierta ocasión, le recriminó el ser descendiente de conquistadores. "Usted se apellida Sánchez, le dije, luego fue su abuelo el conquistador, el mío se quedó en España. Y lo convencí".

Reverte dijo ser un gran amante de México y de América Latina en general. "Me siento más en casa que si viajo a París, por ejemplo, no soy nada patriotero, pero es que para mí, mi nación es mi lengua y mi cultura".

Preguntado sobre la opinión que le merece América Latina en la actualidad, el autor dijo: "me duele América Latina en general y México es una manifestación más de lo que es Colombia o Venezuela".

"Ese ingenio que tienen esas gentes, que se ve por ejemplo en los narcos, si se aplicara bien y a buenos fines, ¿Qué no serían capaces de conseguir? Pobre gente, qué pena, por eso me da esa furia tan grande", añadió Reverte.

"Yo he conocido muchos narcos, y los hay que trafican para dar de comer a sus hijos. No lo apoyo, pero puedo tomarme una copa con uno para hablar, por interés, y los prefiero a quienes, de traje y corbata, firman un papel y alargan la mano", afirmó.

Reverte puntualizó que con esto no quiso decir que prefiera a los narcos que a los políticos, sino sólo que "no me tomaría una copa" con alguien que utiliza su poder para favorecerse él mismo y a sus colegas, pues ni lo admira ni le interesa.

klm

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