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El romance volcánico ?y la poesía del absurdo
La semana pasada fue la más importante para el mundillo del arte en México. Zona Maco deja una estela de sucesos artísticos atractivos. De entre ellos destacan las dos nuevas exposiciones de la Galería OMR: Ceboruco, de Jorge Méndez Blake, y X no es la nueva Y, de Rafael Lozano-Hemmer.
La semana pasada fue la más importante para el mundillo del arte en México. Zona Maco deja una estela de sucesos artísticos atractivos. De entre ellos destacan las dos nuevas exposiciones de la Galería OMR: Ceboruco, de Jorge Méndez Blake, y X no es la nueva Y, de Rafael Lozano-Hemmer.
CEBORUCO VIVIR BAJO EL VOLCÁN
Contemplar un volcán. Atestiguar su destrucción, los órganos internos de la Tierra. Autodestrucción. La misma obsesión que acabara con Malcolm Lowry, la misma mirada congestionada por el alcohol con la que escribió Bajo el volcán. Con todo ello se rodeó el artista Jorge Méndez Blake para crear su exposición Ceboruco.
Ceboruco es un volcán activo en la Sierra Madre Occidental, ubicado en Nayarit, cuya última erupción en 1870 dejó un enorme paraíso volcánico. Allá fue Méndez Blake y se encontró no sólo con un paisaje, sino con un mundo.
Las obras son una serie de formas geométricas perfectas encontradas al pie del volcán. Méndez Blake las propone como vestigios de una civilización perdida que, en vez de dejar monumentos como las pirámides ancestrales a las que estamos acostumbrados en México, dejó pequeñas construcciones, algunas que existen más en la imaginación de quien mira que en la realidad.
Esa civilización prefería las construcciones pequeñas, los pasajes subterráneos, las formas geométricas exactas y secas, grandes muros y tenía debilidad por el rojo y el azul. En varias piezas podemos apreciar la contundencia de su arquitectura. Méndez Blake nos envuelve con esas formas que por momentos son perturbadoras.
UNA ESPIRAL DE CORAZONES
Una espiral de corazones es lo primero que uno ve cuando entra a X no es la nueva Y. Una cortina de focos en forma de bulbo que brillan de manera intermitente a diferentes frecuencias. Es Espiral de corazonadas y su funcionamiento es muy poético: la obra registra el pulso de las personas que la tocan y registra el de los últimos 200 corazones que se acercaron a ella.
Así es la exposición, interactiva, dinámica y también melancólica. En El último suspiro , una bolsa de papel captura el aliento de una persona y lo repite con un fuelle, de tal suerte que la obra se convierte en un sistema respiratorio que puede seguir vivo durante 200 años. Aunque la persona muera, la máquina seguirá repitiendo la frecuencia de su respiración.
X no es la nueva Y tiene su título por una pieza pequeña, quizá la que en la primera vista es más fácil de ignorar. Un pequeño aparato con dos pantallas intercalan cientos de miles de nombres propios y sustantivos comunes. En la primera pantalla aparece Y en la segunda aparece X, de tal manera que podríamos obtener construcciones como ésta: Ernesto Zedillo no es el nuevo Michael Jackson . El juego aleatorio raya en la farsa cómica y también en la poesía del sin sentido.
OMR
Dirección: Plaza Río de Janeiro 54, Roma.
Martes a viernes?de 10 am. a 3 pm. y de 4 pm. a 7 pm. Sábados de 10 am. a 2 pm.
Entrada: libre.