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Arte e Ideas

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En México todos somos sobrevivientes: Ripstein

El cineasta mexicano reconoció que en su trayectoria de 45 años en el cine, le gusta retratar a personajes marginales, y es que dijo, en México, un país duro y complicado "todos somos sobrevivientes".

El Cairo.- Quizá el mayor legado del mexicano Arturo Ripstein a las generaciones más jovenes sea la obstinación, esa "contumacia" que le ha permitido sobrevivir 45 años en el cine, reconoció el realizador en El Cairo, donde preside el Jurado del Festival Internacional de Cine.

"La contumacia, eso es lo que explica mi carrera de 45 años en el cine", dijo Ripstein a la AFP durante una cena en un barco en el río Nilo que reunió a productores, realizadores y estrellas que participan en el Festival de Cine de El Cairo (30 noviembre-9 diciembre).

"Sin esa contumacia, no podría haber perpetrado estas cosas (películas) durante tantos años, engañando a tantos", dijo el cineasta, cuyo humor negro y sentido esperpéntico de la vida recuerda al del español Luis Buñuel, de quien fue su asistente cuando sólo tenía unos 20 años.

"Pero además de contumacia, se necesita suerte. Y yo he sido un hombre muy afortunado", subrayó el realizador, que tiene más de 40 filmes a sus espaldas, entre ellos "Profundo carmesí", "El Castillo de la pureza" y "Carnaval de Sodoma".

"Hay unos que además tienen el culto a su propia personalidad, pero eso es algo que no he practicado jamás", agrega el realizador (México, 1943), que ha cosechado premios en los más importantes festivales del mundo.

Considerado por muchos críticos como el heredero fílmico de Buñuel, Ripstein reconoce que le gusta retratar a personajes marginales, sobrevivientes.

"En México todos somos sobrevivientes. Es un país duro, complicado, donde la gente suele estar al final de la cuerda, y esos son los personajes que a mí me gustan".

"Los siento cercanos, los entiendo, me da gusto hablar de ellos. Para mí, son más fotografiables que los de corbata. Creo que están mucho más vivos, mas vitales, que los otros. Y por eso mis protagonistas me llenan los ojos, y las tripas", explicó.

Eterno insatisfecho con su propia obra, Ripstein afirmó que lo que a él más le gustaría sería volver a hacer una y otra vez la misma película.

"Lo ideal sería hacer la misma película 25 o 30 veces hasta que quedara bien. A ver si así, al final de la vida, hay una que nos queda pulida, que nos justifique".

Interrogado con cuáles de las cintas que figuran en su larga filmografía se quedaría, responde con un tajante rechazo, que luego matiza.

"Hasta ahora, no me quedo con ninguna. Y con todas. Todas son un tránsito hacia algo, aunque no sé exactamente hacia qué. Pero hasta ahora, todas me han salido igual de mal. Aunque en conjunto, hay una cierta homogeneidad, una coherencia, una cierta gracia".

En la entrevista con la AFP, en la que distila su humor ácido, que es atenuado por su lucidez y chispa, Ripstein conversa de arte, de la vida, de la violencia de México.

Cuenta también cómo le vienen las ideas de las películas, que dicen que nacen de una conversación, de algo que leyó en un diario, o que escuchó o vio en la calle.

Contó que la última que ha dirigido, "Las Razones del corazón", que está en etapa de postproducción, surgió de una vieja lectura de Paz Alicia Garciadiego, su esposa, quien ha escrito los guiones de sus últimas 15 películas.

El filme, una coproducción mexicana-española, está situado en la ciudad de México "ahora mismo, pero no toca para nada los problemas horribles que padecemos".

"Porque lo único que no pretenden mis películas es ser antropológicas, o sociológicas, o políticamente válidas", subraya.

Ese filme estará terminado en un mes, y de allí toca esperar para que con suerte sea escogido para un Festival internacional, como el de Cannes, Venecia, Berlín, San Sebastián, nota.

"La película termina en cualquier festival, donde sean tan generosos para aceptarla. Porque uno no opta por los festivales, ellos optan por ti", señala Ripstein, que recalca que sus cintas tienen una salida muy limitada en México.

"En un país donde al (premio Nóbel de Literatura) Octavio Paz le publicaban cuatro mil ejemplares ícómo yo, que no me puedo comparar con él, voy a pretender tener más espectadores?", concluyó.

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