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En el Imcine, más drama que acción

Con recortes de personal, sin anuario estadístico, sin página de Internet y sin un programa de trabajo claro, arrancó la nueva administración.

Sin Anuario Estadístico del cine mexicano, sin página de Internet, con menos personal, con presupuestos confusos, pero en nuevas oficinas y con la idea de cambiar de nombre, el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) vive más drama que acción.

Uno de los documentos más importantes para la producción nacional, el Anuario Estadístico del Cine Mexicano, no se presentó en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), como ya era tradición.

Este año, María Novaro, titular del Imcine, decidió no hacerlo, y adelantó que el anuario tendrá varios cambios, sin especificar cuáles ni la fecha en se va a presentar. Un problema, pues se trata de un instrumento fundamental para la transparencia y rendición de cuentas y un diagnóstico del cine mexicano en cuanto a producciones, distribución, cuotas de pantalla y un largo etcétera.

“Se afectó el trabajo del grupo de investigadores que realiza el anuario, ya que su personal se redujo en 50%, lo cual se consideró como un error de principiantes. Ese recorte y debido a que no se trabajó en las vacaciones de diciembre, como se hacía todos los años”, señaló el cineasta Víctor Ugalde.

En estos primeros 100 días, el Imcine despidió a 66 empleados que cobraban por honorarios (aunque la institución dice que renunciaron) desde hace años y que con la llegada de la nueva administración fueron despedidos y se desmantelaron varias áreas importantes.

De los 104 empleados que tenía el Imcine hasta el 31 de enero, y después del recorte de 66 personas de honorarios, quedaron sólo 97 trabajadores en el instituto.

En Cinema México, plataforma de video bajo demanda del Imcine que ofrece sus contenidos vía streaming en instituciones educativas, culturales y asistenciales de manera gratuita, sólo se quedó una persona a cargo.

Otro de los temas importantes son los recursos del Fidecine, Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (Eficine) y Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine), que hasta ahora no son claros. En una entrevista publicada hace unas semanas, María Novaro señaló que Foprocine tendrá 121 millones y Fidecine, 145, además de los 10 millones de pesos para el área de cortometrajes y estímulo a creadores.

En documentos en poder de El Economista, se señala de manera oficial que para Foprocine sólo son 70 millones de pesos y para Fidecine 80 millones, muy lejos de lo que la cineasta declaró.

Mientras que el Eficine sufrió una serie de cambios fiscales, pero tendrá 650 millones de pesos para producir y 50 para distribuir proyectos cinematográficos.

Falta comunicación

“Hay una deficiente comunicación de los avances y trabajos realizados a la prensa, lo que significa también desinformación a muchas partes de la comunidad”, opinó Víctor Ugalde, presidente del Observatorio Público Cinematográfico Rafael E. Portas.

Sin embargo, María Novaro prometió cifras contundentes para justificar la decisión de cancelar FilminLatino, pero hasta ahora no ha presentado nada. Sólo convocó de manera muy discreta a unas mesas para un nuevo proyecto de plataformas para Imcine, donde la idea es unir Cinema México y algo parecido a FilminLatino. ¿El problema? Tienen vocaciones diferentes.

Lo que es una realidad es que cuatro personas del proyecto FilminLatino fueron despedidas y sus días están contados ante el recorte de presupuesto.

El Imcine trasladó sus oficinas a los Estudios Churubusco, como se había planteado desde hace años. ¿El problema? La página de Internet sigue sin funcionar, entre otros detalles, como el espacio de las nuevas oficinas.

El primer evento importante que tuvo María Novaro frente a la industria y medios de comunicación fue en el pasado FICG, donde no realizó la fiesta clásica de Imcine, que reunía actores, directores, industria, etcétera. La cineasta prefirió hacer una reunión informal con los medios con tortas ahogadas y de manera veloz.

“Nos acabamos de mudar. Hemos tenido un colapso en nuestras redes y comunicación, pero estamos recuperándonos a gran velocidad”, explicó la directora, que ha sido muy bien publicitada, pero como cineasta, por las redes oficiales del Imcine.

La funcionaria adelantó que en abril, como ya es costumbre en el nuevo gobierno, se convocarán mesas de trabajo.

“El cine mexicano no puede estar de moda en todo el mundo y que los mexicanos no tengamos salas para verlo”, señaló en el encuentro cinematográfico.

Mientras todo esto sucede, la comunidad cinematográfica ha establecido reuniones con los diputados para la reforma a diversas leyes nacionales. Principalmente la Ley de Cinematografía.

vgutierrez@eleconomista.com.mx

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