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Arte e Ideas

Lectura 3:00 min

En la esquina ?de Billy Hope

El box, tan fotogénico, aquí sirve de pretexto para contar una historia súpersentimental... Hey, no está tan mal.

El boxeo es un deporte muy fotogénico. No hay deporte más retratado por el cine. Es tan sentimental, tan emocionante, tan primigenio que simplemente no se puede apartar la vista del ring.

Revancha, de Antoine Fuqua (el director de la magnífica Día de entrenamiento y también de un montón de basura), es un nuevo capítulo del romance entre cine y box. No es un clásico del género, se queda muy atrás en la fila que encabezan Raging Bull y Rocky, pero es una buena película casi por completo, aun cuando la película se hunde en un mar de melaza.

Furia vs cerebro

Jake Gyllenhaal protagoniza como Billy Hope, un campeón de los semipesados, la nueva esperanza blanca, un chico salido del barrio durísimo de Hell’s Kitchen. Fajador, su principal virtud es el aguante: puede resistir miles de puñetazos y alimentarse de furia para salir como toro de lidia a buscar el knock-out en el último round.

Billy es pura furia y nada de cerebro. Para pensar tiene a su mujer, Maureen (la siempre efectiva Rachel McAdams), quien es su mejor consejera.

Maureen quiere que Billy baje el ritmo a su carrera y disfrute de su familia, sobre todo de su hija Layla. Tantos golpes recibidos, en menos de lo que vuelva a sonar la campana Billy tendrá demencia temprana o Parkinson.

Justo cuando está a punto de convencer a su esposo de cambiar de velocidad, Maureen muere en un accidente que involucra a Miguel Escobar, la nueva estrella ascendente. Billy se siente desolado y todo empieza a marchar mal: pierde su licencia de boxeador y también la custodia de su hija.

Billy no sabe defenderse, y no sólo en el ring, también en la vida. Sus supuestos amigos lo abandonan y su agente (el rapero 50 Cents, aquí reinventándose como actor, no lo hace mal) lo cambia por Miguel Escobar, gran insulto.

Como tiene que suceder en todas las película de boxeadores, cuando más solo está Billy encuentra al entrenador que le salva la vida. En un gimnasio de barrio, Tick Wills (el magnífico Forest Whitaker) por primera vez le pone disciplina al excampeón. Por fin le enseña un modo de pelear que no implique acabar con la cara como una hamburguesa cruda.

Hay algo muy satisfactorio en ver la preparación física de un boxeador. El director Fuqua se toma su tiempo en mostrarnos el entrenamiento estricto de Billy. Las secuencias del ring, por cierto, son fantásticas, muy violentas, un homenaje a las que hiciera Martin Scorsese en Toro salvaje. Si algo nuevo logra la cinta es, además, retratar el deterioro físico del peleador después de cada pelea. La dirección, a pesar de lo sentimental de la historia, consigue que estemos del lado de Billy Hope. Estamos en su esquina.

Revancha es una cinta entretenida, perfecta para quien guste del melodrama. Después de todo, el box, siempre fotogénico, no es ajeno a la cursilería. Chorros de sangre y también de azúcar.

concepcion.moreno@eleconomista.mx

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