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Erradicar el SIDA es posible gracias a la medicina; falta eliminar el estigma

“Viéndolo numéricamente, tenemos cerca de 160 mil personas en el país que no han logrado la indetectabilidad, esto quiere decir que estas personas pueden desarrollar Sida y pueden transmitir el virus. Esta población es el gran foco de atención”, Rodrigo Moheno, director de la organización México Vivo. Sin embargo, hay buenas noticias, a partir de julio ya contaremos con autopruebas de VIH, tenemos los mejores antirretrovirales, además de profilaxis pre y pos exposición.

Foto: Shutterstock.

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“Que el SIDA quede erradicado en 2030 es viable para México y para el mundo”, Rodrigo Moheno, director de la organización México Vivo, y Presidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, asegura que aunque existen grandes retos, el paradigma en esta condición de salud ha cambiado drásticamente y se necesita que la población en general lo sepa. “Hoy contrario a lo que se podría pensar, la gran limitante para frenar el padecimiento es el estigma y la discriminación, pues los medicamentos funcionan y cada vez son más accesibles”.

Como muestra de los grandes avances y a manera de premisa, el especialista explica a El Economista que por fin en la NOM-010-SSA-2023 para la prevención y el control de la infección por virus de la inmunodeficiencia humana, se integró la autoprueba de VIH. “La buena noticia es que a partir del 9 de julio en México estará disponible la prueba en cualquier farmacia, así uno podrá comprarla y realizarla en casa, esto es un gran avance en la atención de esta epidemia”.

El también integrante del Comité Consultivo Nacional de Normalización de Salud Pública, Comisionado de la Comisión Lancet HIV – IAPAC en el Futuro de la Respuesta Urbana al VIH, y embajador de la Campaña Global #CeroDiscriminación, comparte que en 2019 México hizo una optimización de tratamiento sin precedentes en la historia de nuestro país, y probablemente de muy pocos otros, “se trató de un trabajo conjunto entre autoridades, organizaciones comunitarias, expertos en VIH como el doctor Gustavo Reyes Terán, la doctora Andrea González, el doctor Juan Sierra Madero, la doctora Alicia Piñeirua Menéndez, así como la sociedad civil”.

Lo que se hizo fue presentar una propuesta ante las Secretarías de Salud y Hacienda y Crédito Público, denominada El Nuevo Paradigma para Optimizar los Tratamientos. En mayo de 2019 se logró pasar de 32 esquemas diferentes de medicamentos, muchos de ellos obsoletos, a solo los mejores tratamientos antirretrovirales en el mundo. “Esto pasa muy pocas veces en la historia, una sinergia entre gobierno, la ciencia y la sociedad civil y que repercuta en una política pública para toda la población”.

Recalca que tener los mejores medicamentos implica que las personas con VIH en muy poco tiempo pueden controlar el virus y sobre todo, sin efectos secundarios. Además de que esta optimización de tratamientos está en todos los sistemas de salud, lo que dio pie a que pudiera implementarse también la política de prevención (Profilaxis Pre Exposición, PrEP) con un tratamiento antirretroviral en personas que no tienen VIH pero que están en alto riesgo de adquirirlo. “Actualmente deben haber ya 14 mil personas en el país con este tratamiento”. Adicionalmente a esto, gracias al ahorro que se logró con la optimización de recursos, se echó a andar la campaña de erradicación de hepatitis C.

También existe la profilaxis posexposición (PEP), donde si una persona tuvo una relación sexual de riesgo hoy, tiene 72 horas para acercarse a cualquier servicio de salud, sin importar la derechohabiencia y solucionar el tratamiento de forma gratuita; esto definitivamente puede evitar la infección.

La estadística en México

De acuerdo con los últimos datos del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA (Censida) 2023, se estima que hay 380 mil personas que viven con VIH en nuestro país, pero de ese calculo, solo hay 314 mil personas diagnosticadas, es decir, dos de cada diez personas que viven con VIH no lo saben. “Eso de entrada nos permite ver que no todos cuentan con servicio de atención y recibiendo tratamiento antiretroviral de manera adecuada para poder controlar el virus”.

Otro dato es que seis de cada 10 personas que viven con VIH están en tratamiento antiretroviral, es decir 240 mil de las 314 mil diagnosticadas tienen tratamiento , nuevamente vemos una brecha de cerca de 74 mil personas. Sobre la población que ha logrado la supresión viral, es decir que el virus ya no se está reproduciendo, no le hace daño a la persona, ya no es detectable y tampoco transmite el virus, son 224 mil personas.

“Viéndolo numéricamente, tenemos cerca de 160 mil personas en el país que no han logrado la indetectabilidad, esto quiere decir que estas personas pueden desarrollar Sida y pueden transmitir el virus. Esta población es el gran foco de atención”.

Algo muy relevante, es que las nuevas infecciones registradas en 2023 ascienden a 19 mil personas, aunque se percibe un crecimiento, también tiene una lectura positiva; “el hecho de que hayan más personas diagnosticadas, quiere decir que hay más personas con posibilidad de recibir un tratamiento, entonces de aquí a 2030 deberíamos encontrar a 70 mil personas más, que no necesariamente quiere decir que sean infecciones nuevas”.

En cuanto a la mortandad, en 2023 se registraron 5 mil decesos a causa del Sida, “esto no debería suceder porque contamos con la atención y medicamentos para que cualquier persona con VIH pueda obtener el tratamiento, pero son estas 70 mil personas que aún no hemos encontrado las que siguen generando casos de muerte”. Entonces, ¿qué hace falta?

Estigma y discriminación

Un ejemplo de buenas prácticas es Inglaterra, este es uno de los países que desde 2019 alcanzó las metas de ONUSida a 2030, se trata de un 95% de personas diagnosticadas, con tratamiento y que se vuelvan indetectables, “este país ya lo logró”.

Para México la pieza faltante por increíble que parezca es erradicar el estigma. “Somos un sociedad todavía muy ignorante al respecto del VIH, mucha gente cree que ésta condición es una condena de muerte; por otro lado, nos falta informar sobre los tratamientos, también decir que pocas condiciones de salud tienen una cobertura como el VIH. Hoy cualquier persona en cualquier estado del país, tenga o no seguridad social tiene acceso a su tratamiento, la barrera sigue siendo el estigma y la discriminación”, recalca.

Y eso sucede en las familias, lugares de trabajo, servicios de salud. Por eso también el especialista asegura que es importante una consejería en salud mental ante una sociedad que sigue discriminando. “El año Pasado ONU Sida declaraba: La principal barrera para eliminar el Sida son el estigma y la discriminación”.

Educación, la clave para el cambio

Ante este reto Moheno asegura que debemos reforzar la educación sexual universal, así podríamos entender de enfermedades como VIH, de la diversidad, y tendríamos mucho mejores herramientas para tomar mejores decisiones y tener menos padecimientos. “Ahora hablamos de VIH, pero las estadísticas de embarazo adolescente, de violaciones, violencia sexual, pornografía infantil, trata de menores, en fin, el país padece mucho por el tema de sexualidad y el remedio es la educación”.

Lo anterior debe ser reforzado con información pública, con campañas que expliquen la diferencia entre VIH y Sida, explicar que hay diagnósticos certeros, que existe la profilaxis pre y pos exposición, que al dar positivo hay tratamientos accesibles y que todos deberíamos hacernos una prueba al menos una vez al año, esto es parte de la responsabilidad cívica y ciudadana por la cual debemos pugnar.

nelly.toche@eleconomista.mx

Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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