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Ese osito lépero
Aunque la crítica la ha hecho pedazos, usted no se la pierda:? Ted 2 es una comedia muy bien hecha.
Qué personaje tan curioso es Seth McFarlane. El creador de series superirreverentes como Family Guy en realidad es un añorante del Hollywood más tradicional. Botón de muestra: la majestuosa entrada de créditos de Ted 2. Es una secuencia de musical con el osito Ted como protagonista. Es puro oro fílmico.
Miren, a esta reseñista le cansa el humor de McFarlane. Family Guy, su creación más famosa, está lejos de estar en mi lista de preferidos. Muy obsceno, muy falto de sutileza. Todo es un tiro directo a la cabeza del espectador. No, no me atrae.
Pero Ted 2 es una comedia deliciosa, muy bien construida. Me refiero a que se trata no sólo de una colección de buenos chistes, que sí los tiene, sino que también es una buena trama, redonda. Regresar a una franquicia que parecía no tener porvenir y hacer un trabajo como este merece un aplauso. Ese amor cinéfilo de McFarlane por el cine clásico se nota en la edificación de esta película.
Ted (con la voz del propio McFarlane), el oso de peluche que cobró vida gracias a una estrella fugaz, está a punto de casarse con su novia humana probando que a los estadounidenses todo les importa un comino , como dice el narrador de la película.
Ted se convierte en miembro de la clase trabajadora y después de la luna de miel con Tami-Lynn (la diva white trash interpretada por Jessica Barth), la realidad los alcanza. Y es que el dinero es poco y el amor no parece suficiente.
La solución: ¿por qué no tener un hijo? No, nada de porno de peluche, Ted y Tami-Lynn necesitan un donante de esperma. Después de varios intentos, uno que involucra robarse la semilla de Tom Brady, Ted se decide por su amigote de toda la vida, Johnny (Mark Wahlberg).
Johnny no sólo es el responsable de que Ted cobrará vida, también es su dueño. Y eso se vuelve problemático cuando el estado decide que Ted no es una persona capaz de una vida independiente, sino que es pura y auténtica propiedad.
Pronto el asunto cae en manos de una abogada joven (Amanda Seyfried) que decide que el caso de Ted es un asunto de derechos civiles. Johnny se enamora casi de inmediato. Además, ayuda el hecho de que la abogada es tan afecta a la mariguana como Johnny y Ted.
Como comedia, Ted 2 no tiene parte floja. Es una carcajada continua, sin ser un exceso de chistes que pierden el ritmo a la primera hora.
La mayor parte de la crítica internacional no ha mostrado nada de cariño por el osito lépero. Mi consejo: relájese e ignórelos. Ted 2 es pura diversión.