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“Estación Tenochca”, un ensayo visual citadino de 40 años
El Museo Archivo de la Fotografía y Ángeles Torrejón presentaron el pasado martes "La crónica urbana de Marco Antonio Cruz", una exposición del fotoperiodista que retrató el rostro de la Ciudad de México, sus problemas sociales y transformaciones, a lo largo de cuatro décadas.
El fotoperiodista Marco Antonio Cruz (Puebla, 1957-Ciudad de México, 2021) recorrió el país y su capital a lo largo de más de 40 años y capturó con su cámara la cotidianidad, los movimientos sociales, la vida nocturna y bohemia, las tradiciones populares, los procesos electorales en una línea de tiempo que abarca desde los años 80 a la actualidad. Una muy cuidada selección de este acervo, que se cuenta por miles de negativos, está plasmada en la exposición “Estación Tenochca. La crónica urbana de Marco Antonio Cruz”, que se inauguró la noche del martes en el Museo Archivo de la Fotografía, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Bajo la curaduría de Alfonso Morales, ex editor de la revista especializada Luna Córnea y producción y museografía de Mauricio Maillé, “Estación Tenochca” llega al recinto capitalino después de su exhibición durante la edición del 50° Festival Internacional Cervantino (2022), gracias al apoyo de la Secretaría de Cultura del gobierno capitalino, para mostrar por primera vez un álbum fotográfico de la ciudad donde se reflejan la ebullición de la vida y sus transformaciones, pero también una denuncia visual urbana absolutamente vigente.
El día de la inauguración, El Economista charló con Ángeles Torrejón, compañera de vida del autor durante 35 años, y también fotógrafa, reconocida entre muchas cosas por documentar la vida diaria de las mujeres zapatistas en los Altos de Chiapas.
“La exposición es una crónica, son fragmentos de varios ensayos fotográficos que Marco realizó durante muchos años aquí en la Ciudad de México, entonces hay fotografías de los movimientos sociales, vida cotidiana, manifestaciones políticas, sus caminatas por las calles como fotógrafo documental”, dice Ángeles.
Ejemplifica que estos fragmentos corresponden a trabajos de muy largo aliento que su pareja realizó, algunos incluso durante más de 15 años, como el ensayo sobre la vida de las personas ciegas en la ciudad; ´La hija de los apaches’, una de las últimas pulquerías de la colonia Doctores; pero también acontecimientos que transformaron la capital, como el terremoto de 1985, o que forman parte de su tradición, como el viacrucis de Iztapalapa.
“Son 115 imágenes que componen un abanico muy variado sobre esta ciudad que él amó, y vivió. Marco tenía un ojo muy fino y muy educado, en la parte estética, pero sobre todo tenía un compromiso social sobre lo que él veía, y a través de sus imágenes denunciaba los problemas sociales que se estaban suscitando en la ciudad a lo largo de 40 años”.
-¿Cómo fotógrafa, cómo calificarías el trabajo de Marco Antonio Cruz?
“Es muy difícil calificar el trabajo de Marco, porque, como bien dices, fue mi compañero durante 35 años, pero me parece que tenía una mirada muy estética y con un verdadero compromiso social; él tuvo una formación de izquierda, una formación crítica, y a través de sus imágenes retrató no sólo a la Ciudad de México, sino a todo el país, siempre con una visión de denuncia, de darle voz a los que no tienen, con la misión de dejar una memoria, a través de sus fotografías, de lo que ha sucedido a través de tantos años; es un gran fotógrafo, muy completo, no sólo como fotoperiodista, sino que trascendió a convertirse en un fotógrafo documental y ensayista, creo que fue de los primeros fotógrafos que empezó a realizar ensayos fotográficos de una manera muy seria, comprometida y artística, visualmente hablando.
Esta exposición es sobre la Ciudad de México, pero Marco hizo mucho trabajo sobre los zapatistas en Chiapas, los refugiados guatemaltecos, los feminicidios en el norte del país, los indocumentados en Tijuana, entre muchas otras realidades que retrató, comparte Torrejón.
Un formador de fotógrafos generoso y discreto
Además de su inveterado trabajo fotoperiodístico, en diarios y revistas como La Jornada o Proceso, cuyo departamento de fotografía dirigió hasta su deceso en 2021, Marco Antonio Cruz buscó decantarse por un estilo más propio, dice Ángeles: “Donde él logró su trabajo más autónomo, más libre y creativo fue en la agencia Imagen Latina, que fundó y dirigió (en 1984) y que hizo escuela, porque por allí pasaron más de 30 fotógrafos que llegaron con la idea de hacer foto de prensa y él los formó, los educó, y les decía que no sólo había que hacer un trabajo fotográfico informativo, sino que había que hacer algo más, había que documentar, que ‘la foto de cajón no era suficiente”.
Las influencias de Marco Antonio Cruz, que intentó transmitirles a los jóvenes que se formaron en la agencia, venían de gigantes de la fotografía documental como Nacho López, Héctor García, Mariana Yampolsky, Graciela Iturbide y Henri Cartier-Bresson, detalla la fotógrafa.
“Él fue un maestro y amigo muy generoso con los jóvenes fotógrafos que iban empezando, les daba talleres, se pasaba horas revisando sus materiales, haciéndoles observaciones, compartiendo su experiencia, dándoles orientación; a muchos medios que no tenían dinero para pagarle les regalaba sus fotografías; él decía que ‘la fotografía es para verse’; y por eso yo creo que esta exposición es también un homenaje de todos los que lo queremos y admiramos por su generosidad y su gran calidad humana; al final, eso era Marco, un gran ser humano”, afirma.
Y agrega: “Siempre fue muy respetuoso de lo que veía, de las situaciones y de las personas que retrataba, cuando caminaba por la calle era muy discreto, intentaba que la cámara no se viera, y trataba de mostrar siempre el lado más humano de las cosas, por muy terribles que fueran”.
Al final de sus días, Marco Antonio Cruz estaba muy preocupado por cómo se venían dando las cosas en el país y estaba preocupado por el espacio hacia la fotografía en los medios de comunicación, concluye Ángeles Torrejón.
“Estación Tenochca. La crónica urbana de Marco Antonio Cruz”
- Museo Archivo de la Fotografía (República de Guatemala 34, Centro Histórico, CDMX)
- Producción y museografía: Mauricio Maillé
- Curaduría: Alfonso Morales
- Del 28 de mayo al 28 julio
- De martes a domingo, de 10 a 17 horas
- Entrada libre