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Fórmula perfecta: buena música y mujeres sensuales
"Black Tie Femmes" se presenta en el pequeño centro de espectáculos Fat Crow de Plaza Antara, en punto de las 10 de la noche.
Una idea sencilla pero contundente: música y mujeres en ropa provocativa. No es burlesque clásico ni es un show de teibol, es un poco de los dos pero con el añadido, que para algunos podría ser una carencia, de que no es algo prohibido. El mensaje es claro y también lo que vamos a ver: bellas mujeres bailando sensualmente, cinco músicos virtuosos que se divierten como niños: son muy jóvenes, en un lugar que se presta para el erotismo a un nivel todavía consciente.
Daniel Habif es el director del show Black Tie Femmes, que cada jueves, en el pequeño centro de espectáculos Fat Crow de Plaza Antara, en punto de las 10 de la noche pone a volar la imaginación de hombres y mujeres por igual proponiendo el uso de su imaginación para elevar el nivel de la realidad al grado de las fantasías eróticas y sexuales, en ese límite en el que el hombre todavía se contiene pero ya puede comenzar a probar las delicias de la piel, de las dimensiones corporales, de la fricción del baile y de la sensación causada por la buena música.
En el show aparecen cinco mujeres de bellas formas que bailan al ritmo que dicta la banda Tren a Martes, comandad de manera muy simpática por los hermanos Édgar y Alán García, quienes interpretan con un alto nivel de calidad clásicos del jazz y del rock, desde Ray Charles, Elvis Presley, Nina Simone, hasta contemporáneos como The Police, durante un lapso de dos horas que se van rápido pero se degustan como una buen trago de licor.
El show es una mezcla entre Stand-up comedy, Cabaret y Concierto de rock. El éxito es tal que se propicia un ambiente sano, íntimo y de muy buen gusto.
En un sentido alegórico es como ir a un teibol pero con permiso y con la conciencia tranquila, incluso con la compañía de la dama, de la novia o de la amante. En un sentido estético: el erotismo jamás se suspende, pues la promesa de la posesión se mantiene al nivel de la promesa: no ocurre. Pero al nivel de la imaginación la manera en que las chicas contonean sus cuerpos hace que en realidad la experiencia sea muy recomendable. Incluso a más de una chica le darán ganas de entrenar pole dance, hoy tan de moda.