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Fundamental, dedicarle tiempo a la salud mental en el regreso a clases

“Si un niño no tiene una autoestima fortalecida, donde se sienta bien y sepa que va a lograrlo, estaremos perdidos. El aprendizaje no podrá llegar si nuestros niños y jóvenes no están bien emocionalmente”.

Shaffer asegura que 30% de niños en un aula tiene alguna dificultad emocional o de aprendizaje.  Foto Cortesía

Shaffer asegura que 30% de niños en un aula tiene alguna dificultad emocional o de aprendizaje.  Foto Cortesía

Muchos son los retos que la educación ha tenido que enfrentar con la irrupción de la pandemia; en México, luego de más de un año de clases virtuales se hizo el intento por regresar a las aulas, pero con todo y los esfuerzos por no parar las actividades académicas, Sandra Schaffer, directora del Centro Psicoaprende y de la Fundación Neurociencias para el Desarrollo Integral del Individuo, asegura que una de las tareas pendientes de maestros y padres de familia es ayudar a los niños a regularse emocionalmente escuchando y validando cada experiencia.

Explica que es fundamental revisar la salud mental de los niños, porque tuvieron vivencias muy diferentes en su casa; por un lado algunos tuvieron una mayor convivencia, menos presión académica, y a muchos sus padres les ayudaron, todo eso es un punto a favor, pero por otro lado se han vivido situaciones difíciles y traumatizantes, incluso violencia intrafamiliar.

Por ello asegura que uno de los grandes retos va a ser mantener motivado al niño dentro del salón de clases y en casa para querer ir al colegio o de nuevo regresar al tema virtual, “ellos ahora tienen la incertidumbre de qué van a vivir porque tuvieron un pasado atípico y el futuro para ellos hasta cierto punto es desconocido”.

La especialista en problemas de aprendizaje, lenguaje, diagnóstico diferencial y trastorno por déficit de atención asegura que en este momento la parte académica no es el punto más importante, “obviamente lo es, pero si un niño se siente bien, contento y tranquilo, su forma de enfrentar la parte académica será positiva, podrá regresar al sistema y a los cambios de rutina”.

Por otro lado, tratar de regresar a las aulas es importante pues la salud mental, social y académica van de la mano, pero no sin antes trabajar diversos problemas que se pueden presentar como: ansiedad, miedos y fobias. 

Hoy a los niños les preocupa el contacto con compañeros, la competencia académica, qué pueden pensar de ellos, hay incertidumbre por no conocer a sus profesores, “son muchas cosas que les vienen a la mente”.

Por ello la maestra Schaffer plantea algunos consejos para padres y maestros:

Es normal que el niño se sienta nervioso, en este sentido habrá que reforzar que no es el único, que seguramente sus compañeros están igual, además hay que señalar los aspectos positivos de regresar a la clase presencial y de ser necesario regresar por un tiempo más a la virtualidad. Reforzar que van a ver a sus amigos, que el contacto con sus maestros es importante por las dudas y poder adquirir la información a través de otros métodos que refuerzan el conocimiento de una manera más didáctica.

Hablar de no apanicarse por la infección del virus, pero lo que ellos sí pueden hacer es tomar las medidas sanitarias que se les están dando, tampoco se puede vivir con el miedo de por ejemplo prestar un lápiz, o una goma, lo que sería importante es recordarles no compartir el lunch, por el tipo de transmisión.

Será fundamental la comunicación, que uno hable mucho con ellos para evitar pasarles el miedo, lo que tenemos que enfatizar es la tranquilidad y explicar que esto es parte de un proceso, por lo que todos tenemos que estar pendientes de nuestras necesidades.

También se pueden hacer trabajos de respiración con los niños, lentos y profundos, todo a su nivel. La meditación permite que el alumno empiece desde un lugar de tranquilidad y con un mayor autocontrol.

Ayudarlos a identificar los pensamientos negativos y cambiarlos por positivos, animarlos con otro tipo de narrativa. Imaginar escenas agradables, para controlar las desagradables; se puede dibujar el miedo, luego arrugar la hoja y tirarla. Relajar los músculos; por último, pedirles una lista de las cosas que salieron bien ese día y darle valor a esas situaciones y emociones. 

La especialista concluye que en un salón de clases alrededor del 30% de niños tienen alguna dificultad emocional, del lenguaje, aprendizaje o atención, para ellos es mucho más complicado estar aprendiendo en las plataformas, poder integrar la información, interpretarla y aprenderla. Por ello en situaciones que rebasen tanto a padres como maestros, será importante que los niños puedan ser atendidos por especialistas que los apoyen para monitorear y controlar estas situaciones, a veces la intervención es con padres y maestros, después con los niños.

nelly.toche@eleconomista.mx

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