Buscar
Arte e Ideas

Lectura 7:00 min

“Hacemos lo que podemos, pero no es suficiente”, aseguran trabajadores de la zona arqueológica de Teotihuacan

Denuncian bajos presupuestos y poco personal para atender las 263 hectáreas incluidas en el polígono protegido por decreto presidencial
 

Teotihuacan es una zona emblemática para México, fue una de las ciudades con mayor relevancia en la Mesoamérica prehispánica, en su época de esplendor llegaron a habitar entre 100 y 200 mil personas. Es una zona de gran valor histórico y cultural, también es considerada una de las principales atracciones turísticas del país. Sin embargo su majestuosidad está en peligro, denuncian sus trabajadores de base, “falta de personal y presupuestos, hacemos lo que podemos, pero no es suficiente”.

La zona arqueológica de Teotihuacan fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, al año siguiente, en 1988 se dio el decreto presidencial para la protección de 3,381 hectáreas que abarcan una poligonal con tres áreas: La zona arqueológica con 263 hectáreas, luego la zona limítrofe con 1,738 hectáreas y el área de pueblos consolidados de 1,378 hectáreas.

Hablando del primer cuadro, donde se encuentran las famosas pirámides del Sol y la Luna, la Casa del Sacerdote, el palacio de Quetzalpapálotl, el de los Jaguares, la estructura de caracolas emplumadas, el templo de Quetzalcóatl, la ciudadela, entre otros espacios, son muchas las necesidades que se han ido acumulando con el tiempo y que son apremiantes.

Para las 263 hectáreas de zona arqueológica enmallada se cuenta con 156 empleados de base, entre ellos se encuentran 40 custodios diurnos para 10 áreas de trabajo que comprende la zona arqueológica,12 custodios nocturnos, para 4 áreas; 13 expendedores de boletos para 5 puestas de acceso, 19 asesores educativos para atender a todos los turistas, 5 arqueólogos para toda la zona y 2 restauradoras para el sitio, entre otros.

Con este personal activo “estamos en un desfase de las funciones que nos dio la Ley”, señala José Enrique Vidal Dzul Tuyub, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores la Secretaría de Cultura. Las plazas, lejos de aumentar han sufrido una reducción a través de los años. “En 1998 se congelaron 20 plazas y de ahí han mermado, las detienen con el argumento de que no tienen recursos, que no se justifican los pagos”. En contraste, las necesidades crecen.

Conservación, restauración y difusión están limitadas

Edwin Romero Meneses, arquitecto especializado en restauración de monumentos arqueológicos e históricos, con más de 40 años de experiencia, explica: “El objetivo del INAH no se está cumpliendo”, en 1939 nace con el propósito de preservar, conservar, proteger, restaurar, investigar y difundir. “Los que somos trabajadores culturales exigimos a las autoridades que se cumpla con el propósito. Nosotros como trabajadores hacemos lo que nos corresponde, pero hacen falta presupuestos que consideren los trabajos de conservación, restauración y difusión”. Y presentó ejemplos de los problemas a los que se enfrentan todos los días.

De entrada el centro ceremonial tiene apenas el 10% de descubrimiento de lo que fue la ciudad prehispánica en su época de florescencia en el periodo clásico. El trabajo de reconstrucción lo que permite es entender cómo eran los edificios y su carácter de evidencia científica. También, “con todo lo que se encuentra alrededor podríamos levantar otros tres museos fácilmente, pero no tenemos la capacidad técnica, económica, ni operativa para poder mostrar lo que todos los días estamos encontrando”.

Romero Meneses señala además ejemplos específicos de los espacios que él tiene asignados. Para darle funcionalidad al edificio del Quetzalpapálotl, Caracoles Emplumados y el conjunto Jaguares, se requiere de la intervención inmediata de mantenimiento. “Atender la pintura mural, basamentos, recuperar aplanados originales, todo a través de materiales compatibles”. Esto debido a que hay problemas de intemperismo y cambios de temperatura.

Se requiere de materiales compatibles para detener el deterioro de pinturas que datan del año 250 D. C., conservar el color y el estuco. El ribeteado (refuerzo) se hace para conservar el estuco, pero no se hace con un cemento normal, pues eso generaría nuevos problemas

El especialista asegura que estos trabajos permiten que se conozca y se entienda la relación de urbanismo, “nos acerca al entendimiento de una cultura que a la fecha tiene muchos enigmas”. Pero para ello también se requieren albañiles y ayudantes especializados. Con relación a la magnitud de la zona arqueológica, a su parecer se requerirían de alrededor de 200 personas contratadas al año para esta labor de mantenimiento preventivo. Otro tema sería la parte correctiva y restauradora.

Por su parte, Gloria Dolores Torres Rodríguez, restauradora y encargada de varios proyectos de mantenimiento y conservación, explica: “Desde que son excavadas las estructuras al ser expuestas y exhumadas de la tierra, a partir de ese momento comienza su deterioro al contacto con las nuevas condiciones ambientales”.

Lo que soporta las estructuras son núcleos de piedra con tierra arcillosa, un material microscópico que jala y expulsa la humedad, esto hace que como material trabaje constantemente. Luego se tienen espacios con argamasa, que son los aplanados con diversos grosores, estos son los soportes de los enlucidos, donde va la cal y el color. Todo sumamente susceptible a los cambios de temperatura, al clima y al contacto humano. Por eso los distintos niveles de urgencia

Dijo que el mantenimiento a los alrededores tampoco es constante, por lo que la vegetación crece, y es otro de los causantes de deterioro, porque las raíces van penetrando en estos núcleos de tierra y van rompiendo y colapsando los aplanados.

“Los sitios están enhierbados, pues no se tiene el material de jardinería adecuado para al menos las 263 hectáreas. La herramienta es especifica por las cargas excesivas de trabajo”, dice Miguel Abraham Campos Ricaña, asistente educador de la zona arqueológica, a esto se agrega fauna propia de la zona.

El deterioro y dificultades se acumulan

Lázaro Salvador Moreno Rivera, secretario de finanzas y titular de la unidad de transparencia del Sindicato, agrega que en la zona además hay necesidades que “parece que no se ven, pero son fundamentales”, por ejemplo, se requiere la construcción de un centro canino, “pues hay problemas de fauna al interior de la zona, llegan a haber jaurías hasta de 30 perros que se vuelven un peligro”.

Las mamparas informativas tienen un deterioro de más diez años. “Sería mejor quitarla porque no se alcanza a leer el contenido, ni muestra información, como esta, se encuentran la mayoría de cedulas informativas y mapas”.

Tampoco existen accesos para personas con capacidades diferentes, aun cuando lo mandata la Ley, “solo existen en algunas entradas, pero para acceder al sitio de manera cómoda, es imposible”.

Por otro lado, Teotihuacán está lleno de cuevas, el llamado “inframundo” requiere de más estudios para su entendimiento pero no existe personal, por ejemplo, para el observatorio, una zona restringida al público, se cuenta con tres custodios, todos mayores de edad, explica Gabriel Campos, custodio e investigador.

Los trabajadores nuevamente alzan la voz, su preocupación es grande, aseguran que el deterioro está tipificado y existen las propuestas para su mantenimiento y restauración, pero no el presupuesto, por ello el llamado a sus autoridades, para que la zona de Teotihuacán no sea abandona...Otra vez, y que incluso, por esto y otras circunstancias, quede en peligro de perder la declaratoria como Patrimonio de la Humanidad.

Como una vía de allegarse más recursos, el sindicato ha puesto sobre la mesa la mesa la propuesta de elevar al menos al 200 pesos el ingreso de los visitantes extranjeros a las zonas arqueológicas mexicanas. Advierten, por ejemplo, que en Perú, el acceso a Machu Pichu cuesta 70 dólares (aproximadamente 1,370 pesos), mientras que a Teotihuacan se accede por 85 pesos, exceptuando a niños menores de 13 años, personas mayores de 60 años, profesores y estudiantes nacionales.

nelly.toche@eleconomista.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas

Suscríbete