Lectura 2:00 min
Hitler, un hombre sin modales
El testimonio de un prisionero reveló que el dictador se mordía las uñas, devoraba postres y mostraba poco interés a charlas en la mesa.
El dictador alemán Adolf Hitler mostraba malos modales en la mesa, se mordía las uñas y se pasaba el dedo una y otra vez por debajo de la nariz, según un informe secreto descubierto en un domicilio particular del suroeste de Inglaterra.
La información la proporcionó un teniente coronel alemán que antes de ser detenido por los aliados pasó varios meses del año 1943 en la llamada Madriguera del Führer, su cuartel general en Rastenburg, Prusia Oriental.
Según el informe, citado hoy por el diario "The Times" y que se subastará el próximo 5 de marzo en Inglaterra, el líder nazi parecía muchas veces distraído en las comidas y apenas prestaba atención a las conversaciones en torno a la mesa.
El documento menciona asimismo los ataques de cólera de Hitler, que mantenían a sus oficiales continuamente aterrorizados.
Así, cuando un comandante que estaba de guardia una noche no le transmitió un mensaje sobre el comienzo de la retirada de El Alamein, Hitler espetó al oficial: "Si se le ocurre decir una sola palabra en su propia defensa, mandaré que le fusilen".
El oficial alemán informó además a quienes le interrogaron durante su cautiverio de que Hitler sólo comía hortalizas y fruta hervida, bebía una o dos copas de cerveza y prohibía fumar en su presencia.
Aunque no comía carne y prefería las infusiones al café, devoraba los postres, lo que contribuía a sus "trastornos digestivos".
"Hitler come rápida, mecánicamente. Para él la comida es sólo un medio indispensable de subsistencia", declaró el prisionero de guerra, según el cual cuando hablaba durante la comida, el Führer no utilizaba el "tono estridente y desagradable" de sus discursos públicos.
Según el oficial, Hitler reveló a las personas de su entorno que no se había casado porque no quería que la preocupación por una familia se interfiriese en su deber hacia la nación alemana.
A veces le acompañaban mujeres, entre ellas una "señorita (Eva) Braun", pero se creía que esas relaciones eran únicamente platónicas.
El oficial desmiente también en el informe ciertos rumores según los cuales Hitler tenía tendencias homosexuales.
klm