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INAH condena pero no puede impedir subasta de piezas arqueológicas en Francia

Todo ese patrimonio ha salido de manera clandestina, no hay forma de probar la fecha y lugar de la sustracción, como solicitan las autoridades francesas para intervenir, lamentan autoridades del instituto.
 

El director del INAH indicó que hasta el momento no ha encontrado referencias en los registros de robo de piezas arqueológicas sobre las 30 piezas en cuestión. En la imagen, una de las piezas a subastar por Christie's. Foto: christies.com

El director del INAH indicó que hasta el momento no ha encontrado referencias en los registros de robo de piezas arqueológicas sobre las 30 piezas en cuestión. En la imagen, una de las piezas a subastar por Christie's. Foto: christies.com

Bajo el título de “Quetzalcoatl: Serpent à plumes” (Quetzalcóatl: serpiente emplumada), el próximo 9 de febrero, en París, Francia, la casa internacional de subastas Christie’s someterá a puja 40 piezas presuntamente de arte precolombino de las cuales 33 son adjudicadas a culturas originarias de México y el resto a culturas de América del Sur.

De los 33 lotes vinculados en el catálogo digital de Christie’s con culturas que ocuparon el ahora territorio mexicano podría asegurarse que tres son apócrifas, de manufactura reciente, por lo que su valor histórico y patrimonial para nuestro país es nulo, según dio a conocer Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la tarde de este martes.

La venta de las 30 piezas restantes, en cambio, es motivo de una condena internacional expresada por el funcionario, toda vez que se trata de un acto de comercialización de bienes de la nación que, indudablemente, han sido sustraídos del territorio mexicano de manera ilícita.

“Tenemos la absoluta convicción de que son nuestras y no vamos a renunciar al reclamo de las mismas”, indicó el funcionario. “Con los tesoros nacionales no se comercia. No estamos ni estaremos de acuerdo con ello nunca”.

Y es que dicha subasta, según lo establecido en la Ley Federal Sobre Monumentos Y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, es producto de hechos que presumiblemente constituyen varios delitos, entre ellos la exportación de bienes arqueológicos o históricos de relevancia particular y el comercio de dicho patrimonio.

Prieto Hernández comunicó que el 29 de enero pasado el INAH presentó una denuncia penal ante la Agencia Decimotercera Investigadora de la Fiscalía General de la República (FGR), donde se integró la carpeta de investigación FED/SEIDF/UEIDAPLE-CDMX/060/2021, caso que cuyos efectos serán aplicables únicamente para los hechos de sustracción ocurridos en nuestro país, en caso de hallarse evidencias, más no para la subasta a punto de ocurrir en Francia, donde no hay leyes que protejan de manera franca dichas transacciones.

“La legislación francesa favorece estas transacciones como ámbitos de lo privado, del derecho mercantil y, por lo tanto, ellos tienen dificultades jurídicas para intervenir en auxilio del Estado mexicano. Esta diferenciación jurídica es la que aprovechan muchas casas de subastas; no en vano lo hacen en Francia y no en otros países donde tenemos convenios que obligarían a las casas a acreditar de manera fehaciente la procedencia de estos bienes”, indicó el funcionario.

Precisó que incluso si no es posible probar el modo, tiempo y lugar en que ocurrió el trasiego de estos bienes a otro país, en este caso Francia, resulta en obviedad que se trata un acto ilícito, ya que el mismo catálogo disponible en línea especifica la procedencia mexicana de las piezas a subastarse.

El director del INAH indicó que hasta el momento no ha encontrado referencias en los registros de robo de piezas arqueológicas sobre las 30 piezas en cuestión.

Necesario armonizar las leyes internacionales

Prieto Hernández dijo que en muchos países el hecho de adquirir un bien mediante subasta ya otorga un título como la posesión del legítimo derecho, algo que para el Estado mexicano no es posible cuando se trata de los bienes patrimoniales y arqueológicos que son imprescriptibles.

“Nosotros no podemos hacer acciones de carácter policiaco fuera del territorio mexicano, salvo a través de la colaboración con Interpol o con las autoridades judiciales de Francia, con quienes, por cierto, estamos construyendo una colaboración fuerte (...) pero no se ha podido avanzar en la construcción de un marco jurídico, ya sea bilateral o multilateral que nos favorezca. Creo que ellos son conscientes de que en un momento dado tendrán que hacer modificaciones en su legislación para poder atender de mejor manera nuestros reclamos”.

Indicó que está en la vía para ratificar la convención que generó el Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado (Unidroit, por su sigla en inglés), un organismo que busca la armonización del derecho internacional privado y hace de intermediaria para la redacción de convenios internacionales. Sin embargo, dijo que Francia también debe ratificarla. Para la armonización de los acuerdos que establece Unidroit, indicó:

“Nosotros no podemos hablar de indemnización en materia de bienes arqueológicos, porque están fuera de cualquier acto comercial; segundo, no podemos hablar de prescripción, como sí lo señala Unidroit. Es decir, para nosotros, aunque hayan transcurrido 100 o 150 años, no prescriben los bienes arqueológicos. Tendríamos que hacer una aclaración interpretativa”.

 

El patrimonio ha salido de manera clandestina

Por su parte, María Villarreal, coordinadora nacional de Asuntos Jurídicos del INAH, indicó que una subasta es un acto comercial entre particulares, lo cual complica el asunto.

“Para detener una subasta las autoridades francesas o de Estados Unidos, por ejemplo, nos exigen que acreditemos cuándo salió, de dónde salió y quién la sacó. Lo hemos repetido hasta el cansancio: todo ese patrimonio ha salido de manera clandestina. No hay un solo ciudadano que declare ante aduanas que está sacando patrimonio porque nadie extiende los permisos para sacar patrimonio arqueológico, salvo el INAH a través del director general. Entonces ese patrimonio sale de excavaciones clandestinas no declaradas al INAH. No sabemos cuándo, dónde, quién ni la fecha exacta de su salida”.

Precisó que mientras no haya armonización de las legislaciones internacionales en materia de protección de patrimonio cultural difícilmente se podrán dejar de ver casos como el de la subasta en vivo del próximo 9 de febrero.

Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos:

Artículo 27.- Son propiedad de la Nación, inalienables e imprescriptibles, los monumentos arqueológicos muebles e inmuebles.

Artículo 29.- Los monumentos arqueológicos muebles no podrán ser transportados, exhibidos o reproducidos sin permiso del Instituto competente. El que encuentre bienes arqueológicos deberá dar aviso a la autoridad civil más cercana. La autoridad correspondiente expedirá la constancia oficial del aviso, o entrega en su caso, y deberá informar al Instituto Nacional de Antropología e Historia, dentro de las 24 horas siguientes, para que éste determine lo que corresponda.

Sobre las piezas a subastarse

De entre las 30 piezas identificadas como auténticas por el INAH se encuentran varias figuras antropomorfas cuyas procedencias se especifican en el catálogo: Veracruz, Nayarit, Guanajuato, Colima, Teotihuacan. Más de una docena se identifican como de origen maya y unas cuantas toltecas, mixtecas y aztecas.

Entre las piezas de costo estimado más elevado se encuentra una escultura de la diosa mexica Cihuatéotl, deidad de la muerte en el parto, fechada entre los años 600 – 1,000 de nuestra era y presuntamente sustraída en El Zapotal, Veracruz. Su valuación según Christie’s oscila entre los 600,000 y los 900,000 euros.

Otra de ellas es una vasija trípode de origen maya que data de entre el 250 y el 450 d. C., decorada con figuras del dios Quetzalcóatl, cuyo valor estimado oscila entre 60,000 y 90,000 euros.

Las tres piezas denunciadas como apócrifas por el director general del INAH son los lotes 7, 8 y 23 del catálogo. Las dos primeras son una máscara y la escultura que asemeja la cabeza de un anuro, ambas atribuidas a la cultura de Xochipala, Guerrero, y la tercera en cuestión es una máscara supuestamente de procedencia teotihuacana e incluso datada de entre el 450 y el 650 d. C. con un elevado precio estimado de entre 350,000 y 550,000 euros. Las tres son de manufactura contemporánea, son falsificadas, indicó Prieto.

“Hay piezas que salieron hace décadas. A mediados del siglo XX salieron multitudes de piezas y eso ya no lo podemos evitar. Mucho de eso ocurrió antes de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos. Esto ya ocurrió, es ilícito y por supuesto seguiremos combatiendo el trasiego de estos bienes en décadas muy anteriores.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

rrg

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