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Arte e Ideas

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Imaginando un mundo sin odio: voces de la comunidad LGBT+

En México, los derechos de la comunidad LGBT+ todavía son vulnerados por el estigma y el odio; 7 de cada 10 personas pertenecientes a este grupo han sufrido algún tipo de discriminación y cerca de la mitad han experimentado agresiones físicas o acoso por su sexualidad o identidad.

Ilustración EE: Nayelly Tenorio

Ilustración EE: Nayelly Tenorio

"En el clóset sólo debería guardarse la ropa. Vivir dentro del clóset y salir de ahí es una de las experiencias más violentas que la sociedad nos obliga a atravesar a las personas de la comunidad (LGBT+)", dice Carlos Pérez, un hombre gay que de día atiende un local de ropa familiar, y de noche, participa en un show de drag queens. 

En entrevista con El Economista, a propósito del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, Carlos cuenta cómo ha sido su vida como integrante de la comunidad LGBT+, "ojalá no fuera diferente, pero lo es, desde que te das cuenta que estás fuera de la norma, se te ve diferente y se te trata diferente", dice.

En México, los derechos de la comunidad LGBT+ todavía son vulnerados por el estigma y el odio; 7 de cada 10 personas pertenecientes a este grupo han sufrido algún tipo de discriminación y cerca de la mitad han experimentado agresiones físicas o acoso por su sexualidad o identidad. 

Y, aunque se han dado pasos importantísimos en la lucha por los derechos de las personas LGBT+, los retos todavía son grandes. No sólo se trata de leyes o políticas públicas, sino de cambios socioculturales que permitan a las personas de la comunidad vivir con dignidad. 

"Ser una mujer lesbiana en este país es agotador. Incluso dentro de la comunidad todas las experiencias son diversas, y todas son válidas, pero creo que la misoginia combinada con el odio hacia las disidencias producen condiciones de más vulnerabilidad para las mujeres", cuenta Teresa B, quien pide ocultar su apellido por protección.

Teresa, que nació y creció en Guanajuato —uno de los estados más conservadores del país—, llegó a la Ciudad de México hace cinco años. Ahora tiene 38 años, está casada con Jazmín y ambas son contadoras independientes.

"Lenchas, machorras, tortilleras, marimachas, pecadoras y desviadas, los calificativos con los que me etiquetan desde que era niña y hasta ahora, pero si soy honesta, lo que más me duele fue el rechazo de mi padre. Yo no me imagino un mundo sin odio porque me ha tocado recibir lo peor de muchas personas, pero ojalá las siguientes generaciones lleguen a vivir mejor", dice Teresa entre lágrimas.

La homofobia se ve de muchas maneras

"Claro que existe un cambio muy importante, ahora, por ejemplo, ya tenemos matrimonio igualitario en todo el país, la discriminación se castiga por ley y así muchas otras políticas, pero la realidad es que en el día a día nos seguimos escondiendo, seguimos sintiendo vergüenza, esquivando las miradas y los juicios de la gente", dice Carlos Pérez.

Carlos vive en el municipio de Ecatepec, Estado de México y lleva casi tres años en el arte del drag; hoy sus padres y algunos amigos lo saben, pero por más de un año tuvo que mentir sobre lo que hacía por las noches. Está tomando cursos de maquillaje y canto, quiere mejorar porque su sueño es llegar a ser conocido internacionalmente.

"Dejar de ser Carlos para ser una reina es mi momento favorito. Sé que a mi familia le incomoda verme en vestido y con tacones, aunque sea parte de un arte. No puedo imaginarme si después de mis shows saliera a la calle sin cambiarme, quizás no seguiría vivo. A veces toca pretender ser alguien que no eres para mantenerte a salvo", agrega.

Al sur de la Ciudad de México vive Luis Alberto Contreras, un hombre gay que ha tenido que esconderse y justificarse muchas veces. También ha tenido que esconderse para proteger su integridad y bienestar. No todos los entornos, ni todas las personas son seguras para quienes pertenecen a la comunidad LGBT+.

Cuando Luis Alberto intenta recordar los espisodios de homofobia que más lo marcaron, no logra resaltar alguno porque han sido tantos. También dice que incluso ahora, que ya "salió del clóset" sigue teniendo que dejar de ser él cuando siente que la circunstancia lo amerita. 

"En la escuela siempre tuve que pretender que era heterosexual, me daba la sensación que de no corría riesgos. Todavía, después de que la mayoría de las personas saben quién soy, si siento que es necesario cambio mis posturas, cuido mi vocabulario y cambio mis formas de expresarme", dice. 

Erradicar la homofobia, transfobia y bifobia también se trata de garantizar que Carlos, Luis Alberto y todas las personas —sin importar sus preferencias sexuales o identidad de género— puedan ser ellas mismas sin sentir miedo.

¿Por qué persiste el odio?

"Siento que los comentarios de odio están tan normalizados y se repiten tanto que no caemos en cuenta del daño que hacen. Hay muchos prejuicios sobre la población LGBT+ que reproducen discursos y posturas que impiden que tengamos una vida libre", dice Luis Alberto.

En México, por ejemplo, todavía 3 de cada 10 personas aseguran que no rentarían una vivienda a una persona homosexual o transexual, de acuerdo con cifras de la Enadis (Encuesta Nacional sobre Discriminación) 2022.

El estigma es uno de los principales limitantes de derechos para las personas que pertenecen a la comunidad LGBT+. "Poder ser sin miedo a que te juzguen, caminar de la mano con tu pareja, conseguir un trabajo digno o hacer una familia, todas esas cosas cotidianas, para nosotros son verdaderos retos", comparte Carlos Pérez.

Teresa B está convencida de que las cosas no van a cambiar de un día para otro, pero cree que es importante señalar lo violento. "Tenemos la responsabilidad de denunciar y reprobar cada chiste, cada comentario ofensivo, cada expresión de odio, por mínima que parezca".

La lucha de la comunidad LGBT+ por sus derechos no cesa. Los entrevistados coinciden en que para crear un mundo menos violento, más igualitario y más justo se necesitan políticas públicas, representación, acciones privadas y, sobretodo, la participación de la sociedad. 

Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México. Periodista especializada en género, derechos humanos, justicia social y desarrollo económico.

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