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Javier Bracho Carpizo, nuevo miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana

El Seminario de Cultura Mexicana está conformado por 25 personas integrantes titulares, cuyo conjunto formará el Consejo, autoridad suprema de la institución. El doctor Bracho llega a completar esta cifra. “Lo que yo puedo aportar es mostrando cómo me relaciono yo con las matemáticas y con el arte. El bagaje que va uno incorporando es lo que puedo ofrecer a la gente, tengo ejemplos bonitos del quehacer en las matemáticas, mis experiencias de cómo una cosa me llevó a otra, quiero compartir todo eso con honestidad, sin tratar de impresionar más de lo que soy”, dijo el matemático su discurso de ingreso.

Foto EE: Cortesía Seminario de Cultura Mexicana

Foto EE: Cortesía Seminario de Cultura Mexicana

“Mi trabajo de investigación en matemáticas se ha nutrido de mi trabajo de difusión, y éste casi siempre se ha ligado al arte en una u otra de sus expresiones (...) más que una disertación filosófica sobre el arte y las matemáticas, este es el recuento de una relación íntima, de un menage a trois en el que yo quedo en medio: atrapado a veces en los brazos de una obsesión y a veces de la otra. Y al mismo tiempo, quiero plantearlo como un agradecimiento a la gente que colaboró conmigo en esas aventuras haciéndolas posibles: es un reconocimiento a les múltiples alcahuetes de este affair vital”. Este fragmento es parte del discurso de ingreso como miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana del reconocido matemático Javier Bracho Carpizo.

En una emotiva ceremonia, el doctor por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, profesor de la Facultad de Ciencias, exdirector del Instituto de Matemáticas de la UNAM, investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores y miembro del Comité de Ciencias del Fondo de Cultura Económica (FCE), tuvo una cálida bienvenida en medio de felicitaciones y elogios sobre su labor científica, destacando su amor por enseñar las matemáticas, así como mostrar su belleza en libros y obras de arte.

“Un día de mucha felicidad y de mucho orgullo, aunque nada es gratuito, pues todo tiene trabajo y dedicación por detrás, es halagador estar aquí”, expresó el doctor Bracho a El Economista.

Comparte visiblemente emocionado: “Ha sido un día muy especial, llevo muchos días angustiado en qué voy a decir, cómo me iba a presentar, que, si pongo una figura o la otra, hasta las comas, pero en realidad el trabajo de muchos años es lo que me ha traído aquí y cuando uno le es fiel a su trabajo, a sus principios e intuiciones, tanto estéticas como humanas, científicas y matemáticas, uno va avanzando”.

Sobre el secreto para una carrera tan prolífica como la del “profesor Bracho”, él asegura tener la suerte, el orgullo y el placer de haber sido apoyado, trabajado y colaborado con muchos matemáticos, artistas de diversas áreas y disfrutado mucho el trabajo en conjunto, “esto es uno de mis grandes placeres, por eso el día de hoy quise hacer un homenaje a la gente con la que he transitado por caminos extraños, por ejemplo, trabajar con un escultor o un ceramista haciendo un mosaico que a veces ni los matemáticos entienden y salir airosos, es un privilegio”.

Asegura que también hay derrotas y aunque no habló de ellas en su discurso, “para tener una buena victoria uno se enfrenta a estas cosas”, dijo que debemos aprender a lidiar con esta frustración y saber aprovechar ese apoyo. “Quise hacer un homenaje, dar gracias y reconocer el trabajo de toda la gente con la que he colaborado y eso me tiene muy contento, sentí el cariño de regreso, de estudiantes cercanos a mí, grandes matemáticos apoyándome, me divertí mucho, que es lo que trato siempre con mis alumnos”.

Un grupo selecto y de tradición

El doctor Bracho explica que para él es un honor haber sido elegido para entrar a un grupo tan “selecto y con tanta tradición” que data de 81 años atrás y con raíces profundas de la cultura mexicana “esto es loable hasta el fondo, estar en un lugar que arrancó con gente como Frida Kahlo o Manuel Sandoval Vallarta, es un gran honor”.

Él explica que, por definición, este seminario es un “grupo chiquito”, “no se trata de crecer y ser grandes masas, pero el efecto en la labor que tiene este espacio en todo el país como difusores de la cultura mexicana es una gran responsabilidad”. Dijo que se trata de apoyar a las corresponsalías que hay por todo el país con eventos culturales, conferencias, difusión de conocimiento y la fusión de las diferentes ramas y vertientes de lo que es la cultura. “Artes escénicas, gráficas, la literatura, la música, además de las ciencias. Es una cantidad de trabajo que ahora me va a tocar a mí y con mucho orgullo voy a intentar estar a la altura de mis colegas”.

Reivindicar las matemáticas

El hoy miembro titular del SCM comparte que siempre ha tenido una especial pasión, debilidad y encanto por trabajar con los jóvenes, “hablar y llevar las matemáticas a gente que no espera que lo que uno les vaya a decir sea referente a estos temas”.

Su “gran ilusión”, es que las matemáticas sean parte de nuestra cultura, “que se vean como algo bonito, agradable y no como el coco que nos sacó de la escuela. Ese papel que como sociedad le hemos achacado a una de las áreas más impresionantes y hermosas de la humanidad, es un drama en términos culturales”.

Dijo que, en otras culturas al revés, se aprecia. En Alemania, por ejemplo, tienen en sus billetes a Gauss, en París hay nombres de matemáticos, en Inglaterra se tiene un orgullo por Newton. “En el fondo se tiene un aprecio por las matemáticas y se puede ver hasta en el cine; pero en México eso no pasa, fuera de eventos como cuando Guillermo del Toro, que fue loable, se ofreció a financiar al equipo de la Olimpiada de Matemáticas, no ocurre, pero quisiéramos que esto fuera común, que se convirtiera en parte de lo que pudiéramos estar orgullosos”.

“Lo que yo puedo aportar es mostrando cómo me relaciono yo con las matemáticas y con el arte. El bagaje que va uno incorporando es lo que puedo ofrecer a la gente, tengo ejemplos bonitos del quehacer en las matemáticas, mis experiencias de cómo una cosa me llevó a otra, quiero compartir todo eso con honestidad, sin tratar de impresionar más de lo que soy”.

El doctor Bracho concluye diciendo que su idea no es que la gente aprenda matemáticas escuchándolo, pero sí que las aprecie, “para ello se necesita verlas desde un punto de vista muy diferente de como las conoce. Mucho de mi trabajo de divulgación se ha basado un poco en ese principio, el drama de las matemáticas es que todo el mundo cree que saben qué son, porque todo aquel que ha pasado por la escuela, se ha enfrentado a las matemáticas, y una gran mayoría lo ha hecho de una forma muy negativa, las han sufrido y yo quiero compartir otra visión, que es la mía y donde no hay sufrimiento sino mucho gozo estético, intelectual y cultural. Hacerlo como parte del Seminario de Cultura Mexicana me tiene henchido de orgullo”.

“Ojalá el Ethos de lo que significa ser mexicano un día incluya a las matemáticas y a la ciencia en general con el paso de los años”.

nelly.toche@eleconomista.mx

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