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Juan Luis Arzoz hace balance de gestión como presidente de la Caniem
El crecimiento del e-commerce, la reactivación del vínculo con la SEP, el combate a la piratería y el problema del suministro de papel, algunos de los temas abordados por el titular, hasta este jueves, de la cámara de la industria editorial en nuestro país.
Este jueves 24 de marzo los miembros a la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) se reunirán en la LVIII Asamblea General Ordinaria Anual de Afiliados, misma que será oportunidad para el cierre de un ciclo más en la presidencia de la cámara, la cual desde marzo de 2019 y hasta este 2022 recayó en la responsabilidad del ingeniero Juan Luis Arzoz Arbide.
Este diario conversa con Arzoz Arbide a manera de corte de caja de un periodo de administración que, a decir del ingeniero, fueron tres años sorpresivos.
“Entramos en marzo de 2019, que pintaba para ser un buen año, y lo fue de hecho. En los primeros meses hubo un crecimiento del 5%, que para este mercado es muy importante. Pero vino la pandemia y nos partió en dos”, reconoce.
Aunque no todos los pasos dados durante este periodo fueron pequeños o simplemente pasos de reacción ante las varias inclemencias de una emergencia sanitaria como la que aún nos azora. Una de las evoluciones favorables fue el crecimiento exponencial del comercio electrónico.
Arzoz Arbide señala que antes de la pandemia en México solamente había 18 sitios de e-commerce, pero al cierre del año se alcanzaron 80 sitios de comercio electrónico. “Emprendimos una gran campaña para incentivar la venta por internet y creo que eso se va a quedar, no habrá manera de que se pierda”.
Otra buena noticia, comparte, es que el negocio con la Secretaría de Educación Pública (SEP) para la venta de ejemplares a bibliotecas se reactivó al cierre del año pasado después de que durante dos años este vínculo permaneció congelado. “Creo que la SEP está tratando de ayudar en ese sentido”, reconoce.
Temas de continuidad
La del comercio de libros piratas, que en nuestro país ocupa casi el 50% del comercio total de libros, es una de las principales pugnas que deberá continuar la nueva presidencia de la Cámara. “Estamos tratando de tener una representación a través de CeMPro con las autoridades. Pero sí es un tema importantísimo, se trata del crimen organizado y no es cualquier cosa”.
Sobre el incremento del precio del libro, en promedio de 40 pesos al menos hasta el cierre del año pasado, el presidente saliente declara: “lo que pasa es que el papel está carísimo, ha subido entre un 40 y 50% y, más allá del precio, hay una escasez enorme de papel que está pegando directamente en el precio del libro”.
Entre las medidas que han tomado las editoriales, comparte, ha sido la racionalización de algunos tirajes según la demanda del mercado, pero, remarca: “ahorita el principal problema es conseguir papel. No es tanto que esté caro sino que exista, porque su disponibilidad está limitadísima. Es una situación de mercado muy especial”.
Explica que uno de los factores de este escenario es la reconversión de la industria papelera hacia la fabricación de materiales distintos al papel blanco, como el de paquetería, con bolsas, paquetes y sobres.
—¿Le hubiera gustado presidir la Caniem en otro periodo no tan adverso?
“Cuando te toca, te toca y ya está. Creo que fue un gran aprendizaje en lo personal. Nos tocó reinventarnos en muchos sentidos y me atrevo a decir que el balance es positivo. Creo que hicimos muchas cosas como cámara en favor de la industria editorial y esas se van a mantener más allá del momento que pasamos”.