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La alfarería debe apresurar transición hacia el barro libre de plomo
En México 17% de los niños de entre 1 y 4 años presentan niveles altos de plomo en sangre; de acuerdo con datos del Banco Mundial, no evitar las afectaciones de salud causadas por este metal, cuesta 354 mil millones de pesos del Producto Interno Bruto.
Cuando el plomo se ingiere llega hasta el torrente sanguíneo, se aloja en diferentes órganos, principalmente, el sistema nervioso central, los riñones y el hígado; el 90% permanece hasta por 30 años. En los niños causa estragos en la memoria, la cognición, el lenguaje, la atención e incluso afecta el comportamiento.
El estudio, titulado "Niveles de plomo en sangre en países de ingresos bajos y medios: una revisión sistemática", publicado en The Lancet Planetary Health estimó que 632 millones de niños en 34 países de ingresos bajos y medianos tienen niveles elevados de plomo en la sangre, esto sugiere envenenamiento por plomo.
El estudio reconoce que una exposición elevada y continua al plomo entre los niños de países de ingresos bajos y medianos genera una disparidad global creciente. Específicamente para México el 17% de los niños de entre 1 y 4 años presentan niveles de plomo en sangre de más de 5 microgramos por decilitro, por arriba de los niveles que la NOM-199- SSA1-2000 establece como máximo aceptable para población infantil. En Puebla el porcentaje se eleva hasta un 46.6% de niños intoxicados.
¿Cuáles son las consecuencias de este hecho? En entrevista para El Economista, Daniel Estrada, director de Pure Earth México, organización líder en salud ambiental enfocada en problemas de contaminación, asegura que esto nos afecta más allá de lo que nos imaginamos, “no se trata de enfermarnos un poquito más, sino que está impidiendo que nuestros niños desarrollen sus capacidades al máximo” y esto es medible.
Hoy se sabe que el mercurio y el plomo son tóxicos y están presentes en todo el mundo, a pesar de ello, en México fue hasta el 2019 que se dieron a conocer los resultados de la ENSANUT. En ese documento se revelaba la evidencia sobre intoxicación que padecemos los mexicanos por este elemento químico; la prevalencia nacional de intoxicación fue 17.4%, lo cual representa 1.4 millones de niños, también confirmó como la principal fuente de exposición el uso de loza de barro vidriado con Pb (LBVPb) e identificó a las zonas centro y sur del país como las de mayor magnitud de intoxicación y las de mayor uso de este tipo de loza.
Estrada explica que el plomo ha estado presente en las gasolinas, la pintura, los lápices, los juguetes, en la soldadura, en las latas, la alfarería, entre otros productos; desde principios de los 90 se advirtió de lo tóxico de este material y se fueron tomando medidas, “hoy el plomo se ha eliminado de muchos productos, pero la tarea pendiente sigue siendo el barro vidriado con plomo; esto es un problema mayúsculo porque estamos llevando el plomo directamente a lo que más nos gusta, la comida”.
Evidencia de los daños a la salud reflejados en la economía
Con todo y los esfuerzos generados por el programa de acción de aplicación inmediata para el control de la exposición a plomo en México, estructurado en cinco líneas de acción: Revisión del paquete normativo, aseguramiento del manejo clínico de los casos, cambio de fuente de exposición generalizada, integración del sistema de vigilancia epidemiológica de PbS y promoción de la salud, todavía hay mucho trabajo por recorrer.
Estrada asegura que si hoy se entregaran sellos a los productores de alfarería vidriada libre de plomo estarían representando menos del 1% de los alfareros. Esto es grave, pues de acuerdo con datos del Banco Mundial, el no evitar las afectaciones de salud causadas por este metal, nos cuesta 354 mil millones de pesos del Producto Interno Bruto.
“Esto se mide de acuerdo con la carga de enfermedad, es decir, de enfermedades directamente relacionadas con el plomo”. Hoy la evidencia ha demostrado que disminuye el coeficiente intelectual, las capacidades cognitivas, capacidades de desarrollo para los años futuros, y en adultos, hay niveles de tensión más altos, problemas renales, cardiovasculares, problemas hepáticos, e incluso el plomo se relaciona con mayor violencia. “esto nos permite dar un número, pues estas enfermedades se atienden con la inversión de nuestros impuestos”.
Científicamente esto se explica porque el plomo es biosimilar al calcio, así el cuerpo lo “confunde” y lo absorbe. En contraste, todos los órganos requieren de calcio por lo que la afectación se vuelve multisistémica; también es un disruptor endocrino y hay órganos de nuestra conducta que se ven afectados.
También se incluyen los costos de baja productividad pues “una persona que creció o está expuesta al plomo, no puede rendir lo mismo y repercutirá en los ingresos”. Otro impacto es en los años de vida útil que han sido medidos. Y un cuarto factor es la imposibilidad de importar nuestros productos, ya que nuestra alfarería es emblemática y debería poder estar en más lugares, sin embargo, sus cantidades de plomo lo impiden. Así la asociación con la salud y con la economía de un país es directa.
Acciones en favor de la eliminación del plomo
Desde el 2009 se ha tratado junto con el Fondo Nacional para el Fomento de las Artes (Fonart) de convencer a los alfareros de convertirse en productores libres de plomo, existen programas como Barro Aprobado que surgió en 2014, o la creación de sellos para los alfareros que estén libres de plomo, pero aún no se ha podido llegar al 100 por ciento.
Estrada asegura que es imposible resolver este problema desde una asociación, por ello es fundamental que el sector privado y gubernamental otorgue financiamiento para que los alfareros puedan hacer su transición al libre de plomo y que se haga una vigilancia de la normativa vigente (NOM231 que establece niveles máximos de plomo en la alfarería y NOM199 que establece los niveles máximos de plomo en la sangre, 5 gramos por decilitro), con estos dos hechos se podría resolver este problema en beneficio de toda la población en México y de la alfarería porque se podría exportar e identificar más fuentes de exposición.
Por su parte, recientemente se creó la alianza Comida Sin Plomo, un organismo que surgió por la necesidad de contar con más actores. “Durante la décima semana internacional por la prevención de intoxicación por plomo, se dieron a conocer los resultados de esta alianza, a la que se sumaron instituciones académicas, gubernamentales, restaurantes, alfareros, individuos y cada uno con distintas aportaciones”.
Además, se lanzó una campaña de sensibilización denominada Sin plomo en la mesa y otra más para sumar recursos y apoyar a alfareras de Puebla. Para este año se lograron alrededor de 400 registros en la aplicación denominada la Ruta del Barro, donde la gente puede sumar los puntos de venta y lograr un mapeo de la alfarería en México. Otra acción es el círculo de mujeres alfareras, que entregará sellos por capacitación para convertir a las comunidades en libres de plomo.
De acuerdo con Estrada, la tarea pendiente está todavía en el monitoreo de más niños en instituciones, y en el acompañamiento a los alfareros, “no se trata de solo darles un nuevo producto y ya, se tienen que aprender nuevas cosas, experimentar y tener un acompañamiento de alguien que ya haya recorrido el camino, por eso se trata de estar con ellos, aquí está el costo y donde se debe invertir”.