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“La arquitectura está rendida a los sistemas de producción”: Tatiana Bilbao
Bilbao fue uno de los platos fuertes en la primera jornada de Mextrópoli, en el Teatro Metropólitan. “En vez de generar espacios para convivir con esta naturaleza de la cual somos parte, hemos generado espacio para limitarnos de ella”, reflexiona tras bambalinas.
El que padecemos de sismos tan imponentes en esta región, tanto que algunos resulten en coincidencias prácticamente inverosímiles y para nuestra ciudad deriven en daños estructurales, derrumbes, temores constantes ante la tragedia, reflexiona la reconocida arquitecta mexicana Tatiana Bilbao, “me lleva a preguntarme qué hemos hecho como humanidad. Es decir, esta ciudad está impuesta sobre un territorio que no estaba diseñado para ser una ciudad de concreto, que era un lago. Desde tiempos remotos, en vez de generar espacios para convivir con esa naturaleza, porque somos parte, hemos generado espacios para limitarnos de ella”.
La arquitecta y su socia Alba Cortés, una de seis del despacho Tatiana Bilbao Estudio, fundado en 2004, se dieron cita la tarde de este miércoles en el Teatro Metropólitan para formar parte de la serie de conferencias del día inicial del festival de arquitectura y ciudad Mextrópoli. En este contexto, conversaron con El Economista momentos antes de subirse al escenario.
“Hemos llevado nuestra arquitectura a un extremo que nos ha removido completamente de ese ecosistema al que pertenecemos en todos los sentidos”, afirma Bilbao. “Lo mismo sucede con los edificios hiper robustos que se paran aquí, en medio de un lago, en un piso totalmente gelatinoso, nos están removiendo de esa naturaleza. Necesitamos repensar cómo generar procesos arquitectónicos que estén mucho más en sintonía con el entorno natural en el que habitamos”.
Bilbao es responsable de proyectos en Francia, Estados Unidos, Guatemala, China, donde edificó la Sala de Exposiciones en Jinhua Architecture Park, y México, con proyectos como el Jardín Botánico de Culiacán, y encargada del que será, se presume, el acuario más grande en América Latina, en Mazatlán, así como el Centro de Investigación del Mar de Cortés, también en la ciudad sinaloense.
Hace hincapié en que hoy en día “la arquitectura está totalmente rendida a los sistemas de producción. Y no solo rendida, sino que es un vehículo para que la producción y el consumo puedan existir. Las ciudades están diseñadas para hacer la vida más eficiente, para que la gente produzca y las casas están diseñadas como el lugar de descanso del espacio de trabajo, lo cual no hace vivir prácticamente en una ficción”.
Por su trabajo, la arquitecta, otrora asesora de la Secretaría de Desarrollo y Vivienda de la Ciudad de México, ha sido ganadora de reconocimientos como el Premio Global a la Arquitectura Sostenible por la Fundación LOCUS en 2014, y el Premio de Impacto 2017 a los Homenajeados por Premios ArchitzierA +.
Destaca que en México está sucediendo algo que no sucede en otra parte del mundo: “creo que es el país donde hay más despachos liderados por mujeres. Aquí hay un fenómeno muy interesante. Hay una plataforma que permite que las mujeres estén encabezando la arquitectura contemporánea porque la ciudad ya lo estaba esperando”.
Está convencida de que “por un rato, definitivamente, debe haber muchas personas de otros géneros (distintos al masculino), de otras razas y de otras culturas, dominando el mundo, para que esto cambie, porque hasta ahora las decisiones, incluyendo las de las ciudades impuestas, han sido tomadas por personas de un mismo género y de una sola raza. Tiene que haber una transformación radical para poder aceptar que hoy el mundo debe transformarse desde la diversidad”.