Hallazgos en la Plaza de las Columnas revelan que élite maya originaria del sur de México y Centroamérica residió en Teotihuacan. Según hallazgos confirman la relación entre dos altas civilizaciones separadas por unos 1,300 kilómetros.
Hallazgos en la Plaza de las Columnas revelan que élite maya originaria del sur de México y Centroamérica residió en Teotihuacan. Según hallazgos confirman la relación entre dos altas civilizaciones separadas por unos 1,300 kilómetros. Foto: Proyecto Plaza de las Columnas, INAH.
Los descubrimientos fueron realizados en el área denominada Plaza de las Columnas de Teotihuacan, la cuarta más grande del conjunto de 264 hectáreas, localizada entre las pirámides del Sol y de la Luna y al oeste de la Calzada de los Muertos, tres de los espacios más conocidos del centro arqueológico. Foto: Proyecto Plaza de las Columnas, INAH.
Uno de los hallazgos más reveladores ocurrió en 2016 cuando se rescataron más de 500 fragmentos de pintura mural, muchos de los cuales destacan por poseer estilo maya. Foto: Proyecto Plaza de las Columnas, INAH.
Este hallazgo fue la segunda y definitiva evidencia de la presencia de la civilización sureña, que se habría dado hace unos 1,700 años, tras el descubrimiento previo en la pirámide de la Luna de individuos sacrificados acompañados de pendientes de piedra verde de estilo maya. Foto: Proyecto Plaza de las Columnas, INAH.
El hallazgo de los restos de pintura mural "nos permite afirmar la presencia de las élites mayas en Teotihuacan, y que ésta no fue periódica y con fines rituales, sino permanente", dijo Saburo Sugiyama, uno de los directores arqueológicos del complejo. Foto: Proyecto Plaza de las Columnas, INAH.
Los restos de pintura fueron recuperados de una gruesa capa de relleno de 50 centímetros de espesor, por lo que el mural debió estar expuesto durante una época de auge y fue destruido intencionalmente hacia las últimas etapas de la ciudad. Foto: Proyecto Plaza de las Columnas, INAH.
Aunque los fragmentos de mural no han sido reconstruidos todavía, se puede identificar una amplia gama de colores (blanco, rojo, ocre, verde) y pequeñas figurillas humanas similares a las de otros sitios teotihuacanos. Foto: Proyecto Plaza de las Columnas, INAH.
La presencia de glifos mayas, el estilo fluido, el dominio de la línea y su naturalismo, son obra de artistas que conocían a la perfección la iconografía de las tierras bajas del sur maya. Foto: Proyecto Plaza de las Columnas, INAH.
La excavación en la Plaza de las Columnas permitió determinar que algunas de sus estructuras sirvieron para actividades administrativas, ceremoniales y probablemente como residencia de las élites teotihuacanas y mayas. Foto: Proyecto Plaza de las Columnas, INAH.
Por: Redacción El Economista
lunes 24 de septiembre de 2018 - 18:18