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La mala educación y las redes sociales
En la vida real, la mayoría de los seres humanos tenemos muy claras las reglas de etiqueta. Desde niños aprendemos que burlarnos de nuestros compañeros o insultarlos con groserías tiene consecuencias negativas ante las autoridades de las escuelas.
En la vida real, la mayoría de los seres humanos tenemos muy claras las reglas de etiqueta. Desde niños aprendemos que burlarnos de nuestros compañeros o insultarlos con groserías tiene consecuencias negativas ante las autoridades de las escuelas. Los adolescentes conocen también los riesgos a los que se enfrentan con el bullying o con comportamientos antisociales.
Pero ¿qué pasa cuando existe otra realidad virtual en la cual las burlas, las ofensas y los abusos verbales son admitidos?
Por desgracia, las redes sociales se han convertido en una arena en donde las celebridades o incluso personajes de la talla del presidente de EU se sienten con la libertad de publicar y compartir su mala educación. Aparentemente este comportamiento no sólo está tolerado en las redes sociales, sino incluso, aplaudido. Comportamientos tan imbéciles como los insultos del socialité o celebridad Rob Kardashian contra su exnovia la semana pasada le han generado mas de 7 millones de seguidores en Twitter.
Pareciera que las redes sociales son un conducto por el cual los enojos, las frustraciones, el odio y el veneno pueden circular sin tener repercusiones negativas. De acuerdo a expertos en la materia, psicólogos y educadores, este tipo de comportamientos en redes?sociales están generando serios?conflictos en los niños y en los adolescentes. Por una parte, en la vida real les estamos enseñando ciertas reglas de comportamiento y, por otra, en la vida virtual o mediática les estamos enseñando que es adecuado permitirnos comportamientos contradictorios. Esta doble moral genera confusión e incluso enojo, pues los patrones de comportamiento adecuado son poco claros e incongruentes.
En un segundo plano el alto grado de exposición de los niños y adolescentes a la vida virtual está alejándolos del trato personal con educadores, amigos y familia, lo cual ha tenido repercusiones negativas en su desarrollo, una de ellas la baja autoestima, derivada de la falta de contacto real con la sociedad. La forma cómo algunos tratan de mitigar este comportamiento es aplastando cobardemente a sus compañeros a través de redes sociales o, simplemente crea una falsa personalidad cimentada en la cantidad de likes o seguidores que tiene. Casos menos afortunados de baja autoestima se ven reflejados en las altas tasas de suicidio que se han observado año con año en sociedades desarrolladas.
A pesar de la baja popularidad de Trump en la actualidad, un hecho innegable es que la estrategia que utilizó en redes sociales durante su campaña fue uno de los grandes aciertos que le permitieron llegar a la presidencia. Analizando su historial en Twitter se puede apreciar que mientras Trump tuiteaba acusaciones escandalosas o cargadas de ofensas, su popularidad aumentaba. Éste hecho es un precedente que podría ser devastador para nuestra sociedad, pues estamos aceptando colectivamente que la violencia en redes sociales nos genera popularidad y ese comportamiento está avalado por los actuales líderes de la sociedad.
Más allá de las legislaciones en esta materia, valdría también la pena preguntarnos como sociedad hacia dónde queremos ir, qué queremos enseñar a los que vienen detrás de nosotros y cómo vamos a transmitir estos valores.
En otro tema....
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